El estudio, del 'Oxford Research Group', señala que los compromisos en Irak y Afganistán han sido "catastróficos" para la lucha contra el terrorismo
AFP - Londres - 08/10/2007
Las guerras de Irak y Afganistán son "catastróficas": no solo han fracasado en la pacificación de los países sino que ha ofrecido un terreno fértil para Al Qaeda, según un informe del Oxford Research Group publicado hoy.
"Poner fin al régimen taliban por la fuerza militar en 2001-02 no ha logrado llevar la seguridad a Afganistán. Las milicias talibanes han sido reactivadas y el país es el primer productor de heroína", asegura el instituto de reflexión estratégica, que sostiene que la guerra de Irak es "un valor directo para el movimiento de Al Qaeda".
La ocupación de Irak ha sido también un "grave error" y ha proporcionado "un terreno de entrenamiento a la yihad (guerra santa) para las generaciones venideras de seguidores de Al Qaeda, comparable al que benefició a los insurgentes que combatieron a las tropas soviéticas en los años 80" en Afganistán, añade el informe de unas 130 páginas y elaborado por Paul Rogers, de la Universidad de Bradford, en el norte de Inglaterra.
Las detenciones masivas sin procesos de miles de personas, la tortura generalizada, los malos trataos infligidos a los prisioners, juegan a favor de las organizaciones extremistas y son una fuente continua de propaganda", estima el grupo. "Al Qaeda tiene más apoyo que hace seis años", sentencia el informe.
Para hacer frente a la red, el grupo llama a "comprender las raíces de los apoyos y a cortarlos sistemáticamente". El informe añade que hay que combinar "medidas convencionales de políticas y seguridad, Al Qaeda puede ser contenida y minimizada pero para ello hace falta un cambio político a todos los niveles".
"Los países occidentales deben enfrentarse a los errores peligrosos de estos últimos seis años y reconocer la necesidad de poner en marcha nuevas políticas", asegura, pero aún poniendolas en marcha, "hará falta diez años para reparar los errores cometidos después del 11 de septiembre de 2001", señala Paul Rogers.
"Renunciar a adoptar los cambios que se imponen podría tener como consecuencia una guerra contra el terrorismo que puede durar decenios", advierte Rogers, que además alerta sobre el riesgo de una guerra contra Irán.
"Declarar la guerra a Irán empeoraría largamente las cosas, sirviendo directamente a los intereses de los extremistas" asegura el profesor Rogers. "Sean cuales sean los problemas con Irán, la guerra tiene que ser evitada a toda costa", insiste.
La publicación de informe coincide en el día en el que el primer ministro británico Gordon Brown comparece ante el Parlamento británico para confirmar la reducción de 4.500 soldados de aquí a final de año.
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