Boletín NC&T Vol. 1, No. 591 28 de Marzo de 2008.
Una muela de 40.000 años ha proporcionado a los científicos la primera evidencia directa de que los neandertales se movían de un lugar a otro durante sus vidas.
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En un proyecto de colaboración entre cuyos participantes figuran investigadores de Alemania, Reino Unido y Grecia, el profesor Michael Richards, del Instituto Max Planck para la Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, y la Universidad de Durham en el Reino Unido, y sus colaboradores, utilizaron tecnología láser para recolectar partículas microscópicas del esmalte del molar.
Analizaron las proporciones de isótopos de estroncio en el esmalte. El estroncio es un metal existente de modo natural que llega al cuerpo a través de los alimentos y el agua. Los resultados del análisis permitieron a los científicos desvelar la información geológica gracias a la cual lograron averiguar dónde había estado viviendo el sujeto neandertal cuando su molar se formó.
La pieza dental en cuestión, un tercer molar, se formó cuando el neandertal tenía entre 7 y 9 años de edad. El hallazgo tuvo lugar en una caverna costera de roca caliza en Lakonis, en el sur de Grecia, durante una excavación dirigida por la investigadora Eleni Panagopoulou. Las lecturas de los isótopos de estroncio indican que el esmalte se formó cuando el neandertal vivía en otra región, una que formaba parte de un lecho rocoso volcánico. Este hallazgo podría servir para ayudar a dar la respuesta definitiva a un largo y viejo debate sobre la movilidad de la ya extinguida especie de los neandertales.
Algunos investigadores plantean que los neandertales permanecían en un área pequeña durante la mayor parte de su vida; otros dicen que sus movimientos fueron más sustanciales, y que recorrieron largas distancias; y otros creen que sólo se movieron en un área limitada, quizás en asentamientos estacionales para acceder a distintas fuentes de alimentos.
Los análisis efectuados en este estudio indican que cuando la corona de la muela se formó, este individuo tuvo que haber vivido en un lugar diferente a aquel en el que se produjo el hallazgo de la muela. La evidencia indica que este neandertal recorrió una extensión relativamente amplia, de al menos 20 kilómetros, o incluso más, durante su vida. Por tanto, parece claro que los neandertales sí se desplazaban durante su vida y no se quedaban confinados en terrenos geográficamente muy limitados.
Una muela de 40.000 años ha proporcionado a los científicos la primera evidencia directa de que los neandertales se movían de un lugar a otro durante sus vidas.
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En un proyecto de colaboración entre cuyos participantes figuran investigadores de Alemania, Reino Unido y Grecia, el profesor Michael Richards, del Instituto Max Planck para la Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, y la Universidad de Durham en el Reino Unido, y sus colaboradores, utilizaron tecnología láser para recolectar partículas microscópicas del esmalte del molar.
Analizaron las proporciones de isótopos de estroncio en el esmalte. El estroncio es un metal existente de modo natural que llega al cuerpo a través de los alimentos y el agua. Los resultados del análisis permitieron a los científicos desvelar la información geológica gracias a la cual lograron averiguar dónde había estado viviendo el sujeto neandertal cuando su molar se formó.
La pieza dental en cuestión, un tercer molar, se formó cuando el neandertal tenía entre 7 y 9 años de edad. El hallazgo tuvo lugar en una caverna costera de roca caliza en Lakonis, en el sur de Grecia, durante una excavación dirigida por la investigadora Eleni Panagopoulou. Las lecturas de los isótopos de estroncio indican que el esmalte se formó cuando el neandertal vivía en otra región, una que formaba parte de un lecho rocoso volcánico. Este hallazgo podría servir para ayudar a dar la respuesta definitiva a un largo y viejo debate sobre la movilidad de la ya extinguida especie de los neandertales.
Algunos investigadores plantean que los neandertales permanecían en un área pequeña durante la mayor parte de su vida; otros dicen que sus movimientos fueron más sustanciales, y que recorrieron largas distancias; y otros creen que sólo se movieron en un área limitada, quizás en asentamientos estacionales para acceder a distintas fuentes de alimentos.
Los análisis efectuados en este estudio indican que cuando la corona de la muela se formó, este individuo tuvo que haber vivido en un lugar diferente a aquel en el que se produjo el hallazgo de la muela. La evidencia indica que este neandertal recorrió una extensión relativamente amplia, de al menos 20 kilómetros, o incluso más, durante su vida. Por tanto, parece claro que los neandertales sí se desplazaban durante su vida y no se quedaban confinados en terrenos geográficamente muy limitados.
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