12 marzo, 2008

El préstamo de libros es cada vez menor en las bibliotecas universitarias modernas

El Mercurio. Lunes 10 de marzo de 2008
 
Recursos tecnológicos y un diseño al servicio del estudiante son la tendencia mundial:

Desde la temperatura al interior del edificio hasta el uso de materiales pedagógicos a través de la web determinan si estos recintos cumplen los requisitos básicos de un centro de consulta de excelencia. Chile camina a buen paso.

MARÍA JOSÉ HESS y DAVID INOSTROZA

Pedro Pineda, astrónomo y geofísico de la Universidad de Chile, no ocupa cuadernos. Hoy, a punto de terminar ingeniería civil, la que estudió en paralelo, la biblioteca de la facultad de ciencias físicas se acomoda a su estilo más que nunca. A diferencia de lo que ocurría cuando entró a estudiar, hoy le prestan un notebook al entrar a la biblioteca y puede ver gran parte de sus ramos en línea gracias al Wi-fi y las guías de trabajo virtuales. "Cuando voy a la biblioteca, pocas veces toco un libro", reconoce.

La modernización está llegando a las bibliotecas chilenas, que no quieren quedarse atrás en el camino que siguen las universidades más prestigiosas del mundo. Según el proyecto internacional "Biblioteca de Babel", que reúne a 25 planteles y en el que participan la U. de Talca y la UC de Valparaíso, los préstamos a domicilio que realizan las bibliotecas han disminuido en 30% anual.

Además, el estudio revela que en los últimos 5 años aumentó en 40% el acceso a material pedagógico on-line (como guías de ejercicios, por ejemplo) a disposición de los alumnos en las bibliotecas. A modo de ejemplo, el Massachusetts Institute of Technology (MIT) tiene el material de casi todos sus cursos disponibles en línea, tendencia que siguen universidades como UCLA y Oxford.

En este contexto, "las bibliotecas chilenas, a mi juicio, gozan de una salud aceptable en comparación con Europa, y de mejor salud en comparación con el resto de Latinoamérica", opina el experto español Javier Gimeno, coordinador de Innovación y Calidad de la U. Complutense de Madrid. Sin embargo, recomienda una mayor evaluación de su rendimiento: "Falta conocer en profundidad las fortalezas y amenazas que tiene su sistema bibliotecario", comenta.

Si bien hay poca investigación sobre el tema, en 2003, la Comisión de Directores de Bibliotecas del Consejo de Rectores (Cabid) esbozó un documento que marca estándares de recursos, gestión y eficiencia que sirven de referencia para medir su calidad. Allí se sugiere, por ejemplo, que una biblioteca moderna debe contar con catálogos en línea o con un computador multimedia por cada 50 alumnos.

Pero la modernidad va mucho más allá de la digitalización: el diseño y la arquitectura del espacio también se han reformulado. "Como hay mucho material digital disponible, el uso de la biblioteca cambia: debe adaptarse para ser una nueva 'plaza pública' en la que se construya conocimiento", dice el director de bibliotecas de la U. Católica de Valparaíso, Atilio Bustos.

Es por eso que hoy la biblioteca no es sólo un lugar silencioso apto para la lectura, sino que debe contar, por ejemplo, con salas aisladas para el estudio grupal. Según los estándares de Cabid, debe contar también con buena iluminación, un mínimo de un metro cuadrado por cada alumno y un promedio de 20 grados de temperatura.

Más investigación

Para modernizarse, las 25 universidades del Consejo de Rectores han recibido fondos Mecesup, los que desde 1998 han significado una inversión de más de 30 millones de dólares.

La UC es la que más proyectos se adjudicó e invirtió gran parte de esos recursos en aumentar su catálogo de revistas especializadas: de 968 que tenía en 2003, aumentó a 6.700 en 2007.

Pero el resto de las universidades no se queda atrás. A partir de febrero, las tradicionales se agruparon en un consorcio para fortalecer el acceso a la información científica (Cincel), y hoy pueden acceder a más de 6 mil revistas electrónicas, beneficio al que también podrían optar las universidades privadas. "Esto significa un gran salto para la investigación en las universidades más chicas, porque el costo de suscribirse a esta colección supera los $3 mil millones", concluye Bustos.

Un nuevo bibliotecólogo

Sólo dos universidades del Consejo de Rectores imparten bibliotecología: la U. de Playa Ancha y la U. Tecnológica Metropolitana (UTEM), y la escasa oferta de profesionales especialistas en la materia se siente en las bibliotecas. "Hoy necesitamos a más profesionales, un nuevo tipo de bibliotecólogo, que no sólo sea capaz de ordenar y clasificar libros", explica el director de bibliotecas de la UCV, Atilio Bustos. Entre las características del nuevo perfil, los expertos coinciden en que es fundamental el dominio de tecnologías de información y de idiomas, especialmente inglés, y herramientas comunicacionales y de aprendizaje.

"50 mil libros o 15 ítems por alumno es lo mínimo recomendado para una biblioteca universitaria de calidad."

Desafíos nacionales

"Nuestras bibliotecas universitarias son de calidad. El desafío está en complementarlas con personal capacitado".
RICARDO REICH
Coordinador de Mecesup.

"Las bibliotecas no pueden ser estáticas, deben adaptarse a las innovaciones en el proyecto educativo de la universidad".
MARÍA LUISA ARENAS
Directora de bibliotecas UC.

"Las bibliotecas deben mantener actualizados a sus investigadores, ofreciéndoles la literatura más reciente en sus áreas.
PATRICIA ABUMOHOR
Directora de bibliotecas U. de los Andes
 
De acuerdo a la tendencia, la biblioteca de la U. de los Andes se pensó para que sea un espacio agradable al estudio. Posee 2 mt2 por alumno. El doble de lo recomendado.
© El Mercurio S.A.P
 

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