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El presidente de Ecuador, Rafael Correa, anunció la "expulsión inmediata" del embajador de Colombia en Quito, Carlos Holguín, tras la retirada de su embajador en Bogotá, Francisco Suéscum, y solicitó la reunión urgente de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comunidad Andina de Naciones (CAN) para tratar la incursión militar colombiana en su territorio.
En cadena nacional de televisión, Correa informó de que había ordenado la "movilización de tropas" a la frontera con Colombia y exigió al presidente de ese país, Alvaro Uribe, no sólo disculpas, sino "compromisos firmes y formales ante la comunidad internacional que garanticen que no se repetirán estos inaceptables hechos".
Correa remarcó que en este caso prevé llegar hasta las últimas consecuencias para hacer respetar la soberanía del país.
Para el jefe del Estado ecuatoriano, quedó demostrado que, en sus explicaciones sobre el ataque del sábado, "el Ministerio de Defensa de Colombia, la Cancillería de dicho país y el propio presidente Uribe, más aún, cuando me informó del hecho vía telefónica, le están mintiendo al Ecuador y al mundo".
"Esta es la más grave, artera y verificada agresión que el Gobierno del presidente Uribe ha ocasionado a Ecuador. No permitiremos que este hecho quede en la impunidad. Llamamos a la solidaridad de la comunidad internacional y particularmente regional", dijo Correa.
El mandatario indicó que había hablado con los presidentes de Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, Cuba, España, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, "para compartir con ellos la gravedad de la situación".
"También hemos solicitado de igual manera, por medio de gobiernos amigos, la convocatoria del Mercosur", dijo Correa.
Además, Correa ha "planteado la elaboración conjunta de una propuesta dirigida a detener este tipo de conductas e impedir la internacionalización del conflicto colombiano".
"Lo que ocurrió fue claramente una acción deliberada dentro de nuestro territorio, la cual atenta contra nuestra soberanía, los acuerdos bilaterales con Colombia y contra el derecho internacional", dijo Correa, para quien las explicaciones dadas por el Gobierno de Bogotá son "claramente una burla".
En su intervención, Correa afirmó que "el territorio ecuatoriano ha sido bombardeado y ultrajado intencionadamente por parte de un gobierno extranjero" con el ataque colombiano a un campamento de las FARC, en el que resultó muerto el portavoz internacional de esa Guerrilla, Luis Edgar Devia Silva, más conocido como "Raúl Reyes".
El ataque según Correa
En el ataque, según la información de Correa, murieron 20 guerrilleros, de los que se han encontrado 18 cuerpos en Ecuador, mientras otros dos, el de Reyes y Guillermo Enrique Torres, conocido como "Julián Conrado", un ideólogo de las FARC, fueron llevados a Colombia por los militares de ese país.
Otras tres guerrilleras fueron encontradas heridas y ya están en Quito ingresadas en el Hospital militar, una de ellas una mexicana estudiante de Filosofía.
Correa aseguró que los militares y autoridades del Gobierno ecuatoriano confirmaron "irrefutablemente" en el lugar, a tres kilómetros de la frontera, que "Ecuador sufrió un planificado ataque aéreo y una posterior incursión de tropas colombianas, con plena conciencia de que estaban violando nuestra soberanía".
"El ataque aéreo y terrestre deja 20 miembros de las FARC fallecidos en nuestro territorio, casi todos en ropa de dormir, lo que descarta cualquier versión en el sentido de que fuera una persecución en caliente y en legítima defensa, contrariando la versión oficial colombiana".
Para el gobernante ecuatoriano, "fue una masacre: Los aviones colombianos ingresaron al menos 10 kilómetros en nuestro territorio para realizar el ataque desde el sur. Luego llegaron tropas transportadas en helicópteros que culminaron la matanza, incluso se hallaron cadáveres con tiros en la espalda".
Ecuador, según Correa, "conoce la gravedad del conflicto interno colombiano" y ha manifestado su "condena a las acciones y métodos de las FARC", pero "no aceptaremos que, a pretexto del combate a lo que ellos llaman terrorismo, se implanten doctrinas y prácticas inaceptables de irrespeto a la soberanía de los estados".
"No hay justificación alguna para una acción militar foránea en nuestro territorio independientemente del motivo", dijo Correa, quien se mostró seguro de que Colombia no aceptaría "una acción similar de nuestra parte".
"El Derecho Internacional exigía que nos informasen y que fuera la Fuerza Pública ecuatoriana la que realice la captura, como ya ha ocurrido en múltiples ocasiones, siempre con respeto absoluto a los derechos humanos", añadió el gobernante. (EFE)
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