27 abril, 2007

Bioquímica Cómo la Gestión Vegetal del Calcio Puede Reducir los Efectos de la Lluvia Acida

24 de Abril de 2007.

Foto: Bill DotyUn más amplio conocimiento de cómo las plantas controlan los niveles internos de calcio podría conducir a vegetales modificados por ingeniería genética con el fin de evitar los daños causados por la lluvia ácida, según afirman los autores de un estudio.

"Nuestros hallazgos deberían poder ayudar a los científicos a entender cómo responden los ecosistemas vegetales a la disminución de calcio en el suelo, y a diseñar, en respuesta a ese problema, estrategias apropiadas para proteger el medio ambiente", explica Zhen-Ming Pei, el biólogo de la Universidad Duke que condujo el estudio.

La investigación contó con el apoyo de la Fundación Nacional para la Ciencia (NSF por sus siglas en inglés), el Departamento de Agricultura de Estados Unidos y la Universidad de Xiamen, en China.

Para crecer, las plantas necesitan un suministro adecuado de calcio, el cual entra en la planta disuelto en el agua que las raíces absorben del suelo circundante. A medida que el agua circula a través de la planta, el calcio es fijado donde sea necesario para aportar a las células vegetales su rigidez estructural. Los suministros de calcio que entran en la planta oscilan en el transcurso del día, cayendo a un mínimo en la noche.

El calcio es un regulador clave de las funciones fisiológicas vitales tanto en los vegetales como en los animales. El descubrimiento de las interrelaciones entre el calcio en el suelo, el presente en las células vegetales, y los mecanismos celulares, ha aportado datos esclarecedores sobre el papel de este importante mineral en el crecimiento y desarrollo de las plantas.

Las plantas utilizan sensores moleculares y flujos de mensajeros químicos para detectar y regular el almacenamiento y distribución de los nutrientes vitales, tales como el agua y el calcio.

Según Pei, los sensores tratan de detectar cuánto calcio hay, y coordinan esos niveles con el crecimiento y el desarrollo. Si los sensores detectan que no hay suficiente calcio, pueden indicarle a la planta que detenga su crecimiento, al menos hasta que haya más calcio.

Aunque la lluvia ácida roba al suelo gran parte de su contenido de calcio, todavía queda en el mismo una cantidad suficiente para sostener la vida de las plantas. Pero los investigadores sospechan que los sensores pueden malinterpretar el nivel de calcio en las plantas amenazadas, creyendo que es "demasiado escaso" cuando en realidad sólo es "escaso", con la consecuencia del envío innecesario de señales para detener el crecimiento vegetal.

Algunos suelos han perdido tanto como el 75 por ciento de su calcio durante el siglo pasado. Una forma de tratar de mitigar este problema es incrementar el contenido en el suelo por la vía directa de añadir calcio extra. Sin embargo, hacer esto en todos los lugares donde sería útil más calcio resulta inviable por varias razones, incluyendo las económicas. Una opción más prometedora, si se consigue desarrollarla lo suficiente como para que resulte realizable en términos prácticos, sería "engañar" a los sensores del vegetal, para que una lectura de "escaso" la interpretase como "aún suficiente", lo que permitiría seguir con la construcción de nuevas paredes celulares.


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