21 abril, 2007

CUBA-EEUU: El silencio de Posada Carriles

Por Patricia Grogg *

LA HABANA, 20 abr (IPS) - Luis Posada Carriles ha hecho "el juego sucio" de Estados Unidos, y "el escándalo se multiplicaría si le da por hablar", dijo el opositor cubano Eloy Gutiérrez Menoyo en referencia a la libertad bajo fianza otorgada al anticastrista en ese país. La opinión coincide con la de expertos estadounidenses.

Posada Carriles, exiliado cubano de 79 años acusado de terrorismo por los gobiernos de Cuba y Venezuela, se encuentra desde el jueves en libertad condicional y deberá presentarse el 11 de mayo ante un tribunal estadounidense para responder por infracciones a las leyes migratorias.

El autor confeso de atentados terroristas se encontraba detenido desde mayo de 2005 en Estados Unidos, país al que ingresó de forma clandestina ese mismo año. Su caso se convirtió en centro de controversias inclusive en ese país, donde algunos sectores consideran que afectó la credibilidad de la lucha de Washington contra el terrorismo internacional.

El gobierno de George W. Bush "sabe que está protegiendo a un terrorista", dijo a IPS Gutiérrez Menoyo, quien regresó a Cuba hace casi cuatro años desde su exilio en la sureña ciudad estadounidense de Miami.

Washington "queda mal" en el plano internacional, pero mayor es el riesgo de mantener al anticastrista en prisión y que "algún día le dé por hablar de la participación norteamericana (estadounidense) en todos los juegos sucios", opinó.

Posada Carriles "es un agente de ellos, conoce demasiadas cosas", comentó Gutiérrez Menoyo, quien no duda de la responsabilidad del anticastrista en la explosión de un avión civil cubano en octubre de 1976 frente a las costas de Barbados, por la cual murieron sus 73 ocupantes.

"Venezuela tiene mucha razón en pedir la extradición, porque se fugó de una cárcel de ese país" en 1985, señaló.

"Este es un terrorista redomado, y lo tratan con tanta cautela. ¿Por qué no lo acusan de terrorismo en lugar de infracciones migratorias?", se preguntó el experto en diplomacia Wayne Smith, jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en Cuba entre 1979 y 1982.

"Tal como ha señalado el gobierno de Venezuela y según el derecho internacional, o se lo extradita a ese país o se lo juzga en Estados Unidos como terrorista. Pero acusarlo de falso testimonio es patético", dijo Smith a IPS en una entrevista telefónica.

Posada Carriles "sabe dónde están enterrados los cuerpos, quién los enterró y quién ordenó los asesinatos. Por tanto (si las autoridades) actúan con firmeza, empezará a hablar. Es una situación embarazosa, en especial ahora con nuestra guerra al terrorismo", añadió Smith, miembro del Center for International Policy (Centro para una Política Internacional), con sede en Washington.

"En el mejor de los casos, nos acusarán de hipocresía y doble discurso. En el peor, Estados Unidos será visto como protector de un individuo con una vida dedicada a la violencia", dijo a IPS Peter Kornbluh, director del Proyecto de Documentación sobre Cuba del no gubernamental National Security Archive, que ha publicado documentos desclasificados sobre la responsabilidad de Posada Carriles en la explosión de 1976.

"El caso es la prueba de fuego de cuán comprometido está Bush con llevar a los terroristas a la justicia, y ayer el gobierno reprobó el examen", dijo Kornbluh.

"Según los documentos del FBI (Buró Federal de Investigaciones) y de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) que hemos divulgado en los últimos años, no hay duda de que la comunidad de inteligencia lo considera responsable de orquestar el ataque al avión", agregó.

Familiares de las personas muertas en ese atentado encabezaron este viernes una vigilia que mantendrán por 36 horas en el Monte de las Banderas, levantado frente a la sede de la Sección de Intereses en La Habana en conmemoración de las víctimas de actividades terroristas.

Esta vigilia es "para alertar al mundo de la responsabilidad de la administración Bush por la liberación y protección del terrorista Posada Carriles, para exigir que el verdugo regrese a prisión, que sea juzgado como lo que es: un connotado terrorista, o que se cumpla con la solicitud de extradición a Venezuela", dijeron los familiares en una declaración.

Ese mismo lugar fue escenario, el jueves por la noche, de una reunión de miles jóvenes que exigían el retorno de Posada Carriles a la cárcel.

Mientras en La Habana protestaban, en Miami, cubanos anticastristas festejaban por la libertad de Posada Carriles.

"El espectáculo (de sus seguidores festejando este viernes) en Miami no sólo es vergonzoso, sino dañino para la seguridad nacional", opinó Kornbluh.

Caracas insistirá en su demanda de extradición, dijo el abogado del gobierno venezolano José Pertierra, en una entrevista telefónica con el programa de la televisión estatal cubana Mesa Redonda. "Esto no se ha acabado, estamos comenzando a luchar", sentenció.

En una declaración publicada en el oficial diario Granma, La Habana consideró que la liberación es una compensación para que el cubano no divulgue "los innumerables secretos que guarda sobre su prolongado periodo como agente de los servicios especiales norteamericanos" en los que actuó "en la guerra sucia contra Cuba, contra Nicaragua y contra otros pueblos del mundo".

La Habana responsabilizó al gobierno de Bush por las consecuencias de esa decisión y considero que Washington tiene toda la información y los mecanismos legales para volver a arrestar a Posada Carriles. "Falta sólo tener la voluntad política para luchar en serio contra el terrorismo", indicó.

Según documentos oficiales desclasificados por el NSA, Posada Carriles se unió a las fuerzas armadas estadounidenses en 1963 y fue reclutado por la CIA, que le brindó entrenamiento en demoliciones.

Mientras trabajaba para la CIA, vínculo que duró al menos hasta 1974, participó en numerosos intentos de atentados explosivos, frustrados o exitosos, contra objetivos cubanos o soviéticos en México.

A comienzos de los años 70, trabajó también en Caracas, como funcionario de la agencia de espionaje venezolana Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención. Poco después del atentado de Barbados fue arrestado en la capital de Venezuela y estuvo preso hasta que se fugó en 1985.

En una entrevista con el diario estadounidense The New York Times, admitió haber organizado una serie de atentados con bombas en 1997, en los que murió el turista italiano Fabio Di Celmo, y otras 11 personas resultaron heridas.

En 2000 fue arrestado junto a otros tres exiliados de origen cubano en Panamá, a raíz de la denuncia del presidente cubano Fidel Castro de que se preparaba un atentado en su contra durante la Cumbre Iberoamericana que ese año se celebró en el país centroamericano.

Posada Carriles, Gaspar Jiménez Escobedo, Pedro Remón y Guillermo Novo Sampoll fueron juzgados en Panamá por delitos menores y condenados en abril de 2004 a penas de cuatro a ocho años de prisión.

A punto de terminar su mandato, la presidenta panameña Mireya Moscoso concedió el indulto a los cuatro. Posada Carriles habría viajado entonces a Honduras, hasta que a principios de 2005 reapareció en Estados Unidos.

Venezuela solicitó de inmediato la extradición, pero el gobierno de Bush sostuvo que, si lo entregaba a ese país, el encausado podía sufrir torturas o ser a su vez extraditado a Cuba.

* Con aportes de Jim Lobe (Washington). (FIN/2007)

1 comentario:

Unknown dijo...

POSADA CARRILES Y LA PRENSA VENAL DE PARAGUAY
(Luis Agüero Waner-)---------------------------------------------------------------------------------------

A raìz de nuestra posición sobre la no renovación de la licencia a RCTV en Venezuela, fuimos aludidos tácitamente y con innumerables inexactitudes en el diario dirigido por Aldo Zuccolillo, hermano de un delator de la policía polìtica de Stroessner y cuñado de una de las piezas claves del asesinato de Orlando Letelier en Washington en los años 70 (Conrado Pappalardo), asì como gran colaborador con donaciones de dinero del centro de detenciòn y tortura de la dictadura paraguaya. Las alusiones se dieron en una columna del periodista Edwin Brítez, ex jefe de la sección política de Abc Color, cercano colaborador del filizzolismo (se le conoce como ayudante del senador José Nicolás Morínigo en varias publicaciones) y pareja de la directora de comunicación social de la Presidencia de la República Alicia de Brítez, que con frecuencia integra la comitiva oficial de Nicanor Duarte Frutos en sus frecuentes excursiones recreativas por cuenta del Estado.
Primero debo decir que no me tomo muy a pecho lo que pueda escribir aludiendo a mi persona el Sr. Brítez, sabiendo que lo que plasma en su columna no es precisamente lo que piensa con su propia cabeza, sino lo que le gusta a su autoritario patrón, de lejos el más rígido de nuestro medio en cuanto a imponer la línea editorial que refleje sus opiniones.

Es lo que ciertamente corresponde a un emblemático referente de una prensa nacida y crecida al amparo de una dictadura militar, que sobresale por su falta de compromiso con la realidad social paraguaya y que fácilmente se autodegrada con bochornosas campañas contra la verdad.
En segundo término, debo decir que me consta la conducta irregular del firmante personero del amarillismo, por la forma tendenciosa en que tergiversaba u omitía información sobre mi partido político en la etapa en que ocupé el cargo de director de prensa del mismo, por lo que ya conocía con anterioridad a la publicación del último domingo que tenía órdenes de hostigarme e intentar perjudicarme.




Dice Aldo Zuccolillo -por intermedio de Brítez- que es víctima de nuestras campañas, confundiendo los roles desempeñados.

Para ser víctima se requiere de una situación injusta, que no se da en este caso, pues todo lo que hemos publicado sobre el aludido personaje está perfectamente documentado y no escapa un milímetro a la verdad. Todo el Paraguay sabe que el amo de Abc Color se autodefine en su delirio como luchador contra la dictadura, siendo que apoyó a la misma por casi dos décadas de manera abyecta e incondicional, llegando a jactarse muchas veces de haber recibido a Stroessner en el local de su diario, y habiéndole dedicado loas suficientes desde sus editoriales como para empapelar toda la ciudad.

También menciona como víctima a Alcibíades González Delvalle, como si hubiésemos inventado su paso por las ensangrentadas dependencias del Ministerio del Interior en tiempos de Édgar L. Ynsfrán. Lo que puedo añadir al respecto es que probablemente allí el defenestrado director de Cultura de la Municipalidad se inició como campeón de la libertad de expresión, obligando a "hablar" y expresarse libremente a los presos políticos mientras eran torturados en ese lugar.

Sobre los enredos de estos personajes con su otrora gran benefactor Alfredo Stroessner, resulta cada vez más evidente que respondieron a desacuerdos particulares o de negocios y no ideológicos o políticos, dado el rabioso anticomunismo y maccartismo del que hacen gala, que alcanza en sus escritos un admirable vuelo que hubiera envidiado el mismo Stroessner.

No pretendo pontificar sobre los asuntos de Venezuela, que en realidad preocupan poco a la sociedad paraguaya, que tiene sus propios problemas y mucho más acuciantes que la libertad para ver telenovelas de mal gusto de los venezolanos, aunque reconozco que deben ser muy preocupantes para los intocables padres de la patria periodística que lograron su tajada del espectro radioeléctrico por decreto de Stroessner, o montaron sus diarios con dinero público o del narcotráfico. No el balde el mismo senador Jesse Helms enviò a sus emisarios a solicitar protecciòn de algunos de estos personajes cuando instalò su empresa de telefonìa celular en Paraguay, en sociedad con otros grandes filántropos como Jorge Mas Canosa.

Sobre el tema de los estudiantes venezolanos que se manifiestan "espontáneamente" contra Chávez como pretende hacer creer el recadero de Zuccolillo, me permito informarle que los fondos que pagan la insurgencia universitaria en Caracas provienen -según lo han informado ellos mismos- de La Pequeña Habana de Miami, asiento de la terrorífica colonia batistiana.

Para más detalles, en esta sobresale como ilustre miembro el terrorista Luis Posada Carriles, quien confesó a la periodista venezolana Alicia Herrera haber sido el autor del atentado con bomba contra el vuelo Cu 455 de Cubana de Aviación, que el 6 de octubre de 1976 costó la vida a los 77 pasajeros y tripulantes de varias nacionalidades que llevaba a bordo cuando estalló sobre las islas Barbados.

Con toda seguridad, Aldo Zuccolillo y sus asalariados están absolutamente de acuerdo con que Posada Carriles haya sido liberado "por razones humanitarias" hace unas semanas, dado lo mucho que aprueban la política del presidente W. Bush, al punto de promover su trasnochado bushismo pro ALCA en Paraguay utilizando como pretexto el tema de Itaipú para disparar contra el Mercosur.

Luis Agüero Wagner