WASHINGTON
GREG GORDON / McClatchy
Aunque la administración de George W. Bush ha advertido reiteradamente sobre el peligro de un ataque nuclear terrorista y ha invertido más de $300,000 millones para proteger el territorio nacional, el gobierno sigue poco preparado para responder a una catástrofe nuclear.
Tanto expertos como documentos del gobierno sugieren que, al no haber un esfuerzo significativo de preparación, la reacción de Estados Unidos a una explosión nuclear podría ser peor que la debacle tras el huracán Katrina, lo cual posiblemente provocaría disturbios civiles y costaría miles de vidas.
''EEUU no está preparado para mitigar las consecuencias de un ataque nuclear'', concluyó Peter Brinkerhoff en el borrador de un memorando confidencial del 31 de julio del 2005 al Estado Mayor Conjunto. ``No pudimos encontrar ningún grupo u oficina con un plan coherente ante ese aspecto tan importante''.
``Es una situación difícil. El peligro de un ataque nuclear es real, y se requiere acción ahora para aprender a lidiar con eso''.
La coronel Jill Morgenthaler, directora de seguridad interna de Illinois, indicó que hay una ''desconexión'' entre lo dicho por el presidente George W. Bush y el vicepresidente Dick Cheney sobre el peligro de un ataque nuclear y los actos de este gobierno. ``No veo que se esté dedicando dinero a una verdadera respuesta y mitigación de un peligro nuclear''.
Las entrevistas de los periódicos McClatchy con más de 15 expertos en radiación y emergencias y el examen de documentos internos revelan que:
• El gobierno no ha lanzado un programa educativo parecido a la campaña de defensa de la Guerra Fría anunciando refugios contra la radiación, para enseñarle a la población de EEUU cómo protegerse de ésta, especialmente de la lluvia radiactiva, que puede depositar partículas nocivas hasta 100 millas en derredor del lugar del estallido.
• Los expertos calculan que podría requerirse hasta 300,000 trabajadores de emergencia después de un ataque nuclear.
• Las salas de emergencias de los hospitales no podrían atender la ola de afectados por la radiación ni a los muchos que temerían estarlo.
• Los equipos médicos tendrían que improvisar para tratar a las que pudieran ser decenas de miles de víctimas de quemaduras porque la mayoría de las ciudades sólo tienen una o dos unidades de quemaduras.
• Hay varias drogas en desarrollo y una es especialmente prometedora, pero el gobierno no ha adquirido ninguna nueva medicina para contrarrestar los devastadores efectos de la radiación en la médula ósea.
En los últimos tres años, varias agencias federales han dado algunos pasos en la planificación en caso de un desastre nuclear. El Departamento de Salud ha elaborado ''manuales'' para afrontar una serie de situaciones y ha establecido un website para instruir a los trabajadores de emergencia sobre tratamientos para las víctimas de radiación.
El Laboratorio Nacional Lawrence Livermore del Departamento de Energía se prepara para usar información meteorológica en tiempo real, para crear un modelo de computadora que proyecte el probable rumbo de la lluvia radiactiva para que el gobierno emita advertencias al público para que se refugie.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario