Tomado de BBC
Agricultores, apicultores y científicos en Estados Unidos están desconcertados por la desaparición masiva de abejas. En algunos estados se ha perdido hasta el 70% de la población de abejas.
En 24 estados de ese país los insectos parecen estar muriendo a una velocidad alarmante.
Hasta ahora la causa es un misterio, pero la desaparición de estos insectos amenaza la producción de numerosos cultivos. Las colonias de abejas en Estados Unidos ya habían sido azotadas por crisis regionales en el pasado, pero esta, dicen los expertos, es la primera a nivel nacional.
La noticia de la desaparición de abejas podría no parecer importante. Pero en Estados Unidos la polinización que realizan estos trabajadores insectos vale más de 14 000 millones de dólares en semillas y cultivos cada año, particularmente de frutas, hortalizas y frutos secos, que dependen de ese proceso.
"La producción de almendros podría estar amenazada", dijo a BBC Ciencia Fernando Esteban, director de la revista Espacio Apícola, de Argentina.
"California es el principal proveedor de almendros del mundo y allí cada año se requieren aproximadamente dos millones de colmenas para realizar la polinización de ese fruto seco", afirma el experto.
La muerte podría deberse
a un virus o a la mala nutrición
del insecto.
Esta crisis pone de manifiesto la importancia del papel que desempeñan las abejas en el proceso que hace llegar las frutas y verduras a nuestros supermercados y platillos.
Y numerosos cultivos están amenazados, desde aguacates y kiwis, hasta almendras.
La comunidad científica y la apícola están asombradas por las colmenas vacías y afirman que nunca se había visto algo similar en el país.
Se ha informado que la pérdida de abejas va desde el 30% y 60% en estados de la costa oeste, hasta el 70% en la costa este y Texas, en el sur del país.
La pérdida normal, dicen los expertos, es del 20%, que ocurre durante las temporadas de frío.
TEORÍAS
Los científicos creen que los insectos podrían estar muriendo en el campo, o quizás están desorientados, exhaustos y eventualmente caen víctimas del frío. La muerte podría deberse a un virus o a la mala nutrición del insecto. Pero la pregunta principal es: ¿por qué dejan las colmenas?
Los investigadores están analizando varias causas posibles de esta desaparición, que llaman "síndrome de despoblación de colmena".
"Actualmente se están llevando a cabo estudios nuevos sobre estos síndromes —afirma Fernando Esteban— que se deben a un debilitamiento de las abejas, y que ocasionan un estrés en la colonia".
"Este sí tiene causas bien conocidas, como la pérdida que estamos provocando en la biodiversidad creadas, por ejemplo, por el exceso o uso de agroquímicos", señala. Las teorías incluyen un posible virus, un hongo, o la mala nutrición del insecto.
"Hemos ido reduciendo el espectro de la variedad de plantas, de vegetaciones y flores que son el sustento de la abeja", afirma Fernando Esteban.
En algunos estados se ha
perdido hasta el 70% de la
población de abejas.
Según el experto, la mala nutrición y el bajo nivel proteico en las abejas las vuelve susceptibles a virus y a distintos tipos de patologías que las terminan destruyendo.
Otra teoría señala que los pesticidas, que están prohibidos en ciertos países de Europa, podrían estar afectando la capacidad innata de las abejas para navegar de vuelta a sus colmenas.
California es el principal proveedor de almendros del mundo y allí cada año se requieren aproximadamente dos millones de colmenas para realizar la polinización de ese fruto seco. La apicultura, que fuera alguna vez dominio de aficionados, se ha vuelto una actividad cada vez más comercial y consolidada.
Un ejemplo es el estado de California, donde se produce uno de los cultivos más redituables del país: el de almendros. "Cada año se requieren más colmenas para llevar a cabo la polinización de esos cultivos", afirma Fernando Esteban.
"Y la situación es tan crítica y radical que cada año el pago a los apicultores es más alto debido a la creciente demanda de colmenas en estas plantaciones de almendros", señala.
El daño económico de la pérdida de abejas es sin duda importante, pero tal como señala Fernando Esteban, el valor de la abeja va mucho más allá de la polinización de almendros o del girasol.
"La abeja es necesaria para mantener la biodiversidad del planeta", dice el experto.
"Gracias a la abeja y a la producción de su polinización puede preservarse una gran variedad de especies, y esa ha sido su mayor contribución al planeta desde hace más de 50 millones de años", concluye Fernando Esteban.
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