Los delegados de las agencias de la ONU en Bolivia coincidieron en que lo peor es que el desastre "aún no ha terminado", dado que se prevé que en Beni siga lloviendo en los próximos días y en el vecino distrito de Pando las aguas también están empezando a subir. ...
Puesta online a las 11:49, el 02 de Marzo del 2007
Los delegados de las agencias de la ONU en Bolivia coincidieron en que lo peor es que el desastre "aún no ha terminado", dado que se prevé que en Beni siga lloviendo en los próximos días y en el vecino distrito de Pando las aguas también están empezando a subir.
Representantes de las Naciones Unidas (ONU) en Bolivia reconocieron este jueves que hará falta mucha ayuda internacional para rehabilitar las zonas afectadas en el país por las peores inundaciones de las últimas décadas.
El presidente Evo Morales, el miércoles pasado, declaró en situación de desastre nacional al país, donde ya hay 42 fallecidos, según los últimos datos facilitados a Efe por el viceministerio de Defensa Civil.
La cantidad de damnificados se ha incrementado a 375.000 personas y todavía permanecen desaparecidos cuatro ciudadanos.
El coordinador residente de la ONU, Antonio Molpeceres, explicó que los más de ocho millones de dólares que han llegado de la cooperación internacional "no son suficientes" y subrayó que en 2006, cuando las inundaciones no fueron tan graves, se invirtieron unos 200 millones sólo en la fase de recuperación.
No obstante, recordó el pedido que hizo la semana pasada la ONU para recaudar 9,2 millones de dólares para enfrentar la emergencia.
Por su parte, el representante de UNICEF en Bolivia, Jonathan Lewis, hizo hincapié en que también se debe tomar en cuenta toda la ayuda anunciada pero aún no concretada, como los más de ocho millones de dólares que ha ofrecido el Banco Mundial para la rehabilitación de los caminos dañados por los derrumbes y las aguas.
Lewis reveló que alrededor de 115.000 damnificados son niños menores de quince años.
Por ello, además de realizar tareas vinculadas al saneamiento del agua, UNICEF ha enfocado su labor en la nutrición de los más de 4.000 niños afectados que tienen menos de dos años y en un plan para que más de 46.000 alumnos, principalmente en el departamento amazónico de Beni, puedan volver a las aulas después de que muchos colegios se hayan transformado en improvisados albergues.
Mientras, el Programa Mundial de Alimentos informó de que desde diciembre pasado ha distribuido en Bolivia 643 toneladas de víveres, de las que se han beneficiado unas 60.000 familias.
No obstante, su representante en el país, Vitoria Ginja, recalcó las dificultades para distribuir esta ayuda en Beni, el distrito más afectado por los desastres causados por el fenómeno "El Niño", algunas de cuyas áreas rurales están totalmente incomunicadas.
Como no se puede acceder a ellas por vía terrestre o fluvial, Ginja anunció que, a partir de este sábado, se van a usar helicópteros para que los alimentos lleguen a estas zonas.
Los habitantes de estas regiones anegadas son también los más vulnerables ante enfermedades como el dengue o la malaria, debido a la falta de agua potable, señaló el coordinador de salud ambiental y desastres de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Henry Hernández.
Por ello, la OPS coopera con las autoridades de los ocho departamentos afectados, de los nueve que tiene el país, para explicar las medidas de prevención que deben tomar, sobre todo a aquellas familias que no conocen o no aplican las normas de higiene necesarias.
Los delegados de las agencias de la ONU en Bolivia coincidieron en que lo peor es que el desastre "aún no ha terminado", dado que se prevé que en Beni siga lloviendo en los próximos días y en el vecino distrito de Pando las aguas también están empezando a subir.
Mientras, los prefectos (gobernadores) departamentales, que se reunieron este miércoles con Morales, emitieron hoy un comunicado en el que denuncian que la "intervención directa del Ejecutivo y la falta de coordinación en la distribución del apoyo humanitario está duplicando la atención a algunas zonas y descuidando a otras".
EFE
Puesta online a las 11:49, el 02 de Marzo del 2007
Los delegados de las agencias de la ONU en Bolivia coincidieron en que lo peor es que el desastre "aún no ha terminado", dado que se prevé que en Beni siga lloviendo en los próximos días y en el vecino distrito de Pando las aguas también están empezando a subir.
Representantes de las Naciones Unidas (ONU) en Bolivia reconocieron este jueves que hará falta mucha ayuda internacional para rehabilitar las zonas afectadas en el país por las peores inundaciones de las últimas décadas.
El presidente Evo Morales, el miércoles pasado, declaró en situación de desastre nacional al país, donde ya hay 42 fallecidos, según los últimos datos facilitados a Efe por el viceministerio de Defensa Civil.
La cantidad de damnificados se ha incrementado a 375.000 personas y todavía permanecen desaparecidos cuatro ciudadanos.
El coordinador residente de la ONU, Antonio Molpeceres, explicó que los más de ocho millones de dólares que han llegado de la cooperación internacional "no son suficientes" y subrayó que en 2006, cuando las inundaciones no fueron tan graves, se invirtieron unos 200 millones sólo en la fase de recuperación.
No obstante, recordó el pedido que hizo la semana pasada la ONU para recaudar 9,2 millones de dólares para enfrentar la emergencia.
Por su parte, el representante de UNICEF en Bolivia, Jonathan Lewis, hizo hincapié en que también se debe tomar en cuenta toda la ayuda anunciada pero aún no concretada, como los más de ocho millones de dólares que ha ofrecido el Banco Mundial para la rehabilitación de los caminos dañados por los derrumbes y las aguas.
Lewis reveló que alrededor de 115.000 damnificados son niños menores de quince años.
Por ello, además de realizar tareas vinculadas al saneamiento del agua, UNICEF ha enfocado su labor en la nutrición de los más de 4.000 niños afectados que tienen menos de dos años y en un plan para que más de 46.000 alumnos, principalmente en el departamento amazónico de Beni, puedan volver a las aulas después de que muchos colegios se hayan transformado en improvisados albergues.
Mientras, el Programa Mundial de Alimentos informó de que desde diciembre pasado ha distribuido en Bolivia 643 toneladas de víveres, de las que se han beneficiado unas 60.000 familias.
No obstante, su representante en el país, Vitoria Ginja, recalcó las dificultades para distribuir esta ayuda en Beni, el distrito más afectado por los desastres causados por el fenómeno "El Niño", algunas de cuyas áreas rurales están totalmente incomunicadas.
Como no se puede acceder a ellas por vía terrestre o fluvial, Ginja anunció que, a partir de este sábado, se van a usar helicópteros para que los alimentos lleguen a estas zonas.
Los habitantes de estas regiones anegadas son también los más vulnerables ante enfermedades como el dengue o la malaria, debido a la falta de agua potable, señaló el coordinador de salud ambiental y desastres de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Henry Hernández.
Por ello, la OPS coopera con las autoridades de los ocho departamentos afectados, de los nueve que tiene el país, para explicar las medidas de prevención que deben tomar, sobre todo a aquellas familias que no conocen o no aplican las normas de higiene necesarias.
Los delegados de las agencias de la ONU en Bolivia coincidieron en que lo peor es que el desastre "aún no ha terminado", dado que se prevé que en Beni siga lloviendo en los próximos días y en el vecino distrito de Pando las aguas también están empezando a subir.
Mientras, los prefectos (gobernadores) departamentales, que se reunieron este miércoles con Morales, emitieron hoy un comunicado en el que denuncian que la "intervención directa del Ejecutivo y la falta de coordinación en la distribución del apoyo humanitario está duplicando la atención a algunas zonas y descuidando a otras".
EFE
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