SANTIAGO, dic (IPS) - El día 21 se cumplirán 100 años del asesinato de miles de huelguistas de la entonces pujante industria salitrera del norte de Chile, perpetrado por militares a instancias del gobierno, episodio conocido como "La matanza de la escuela Santa María de Iquique".
"La masacre es una gran vergüenza que Chile  escondió por mucho tiempo", comentó a IPS Juan Manuel Díaz, encargado de  relaciones internacionales de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la  principal organización sindical del país. 
El caso se conoció masivamente  en Chile y en el mundo gracias a la célebre "Cantata Santa María de Iquique",  compuesta en 1970 por el fallecido músico Luis Advis e interpretada por el grupo  de nuevo folclore Quilapayún. 
Hoy, "el hecho está en el imaginario y la  memoria colectiva nacional", dijo a IPS el historiador chileno Sergio Grez,  autor de numerosos libros y artículos sobre la historia social chilena.  
A comienzos de diciembre de 1907, miles de obreros portuarios de la  septentrional ciudad de Iquique, cuya actividad se vinculaba especialmente con  la industria salitrera, declararon la huelga en demanda de mejores condiciones  de trabajo. 
En los días posteriores, se sumaron a la movilización miles  de trabajadores que "bajaron" desde la pampa del desierto de Atacama, donde se  ubicaban numerosas oficinas salitreras controladas por capitales chilenos y  extranjeros, principalmente británicos. 
Con su plataforma en la mano,  los huelguistas intentaron negociar con sus patrones, que pusieron como  condición para el diálogo la vuelta a los puestos de trabajo. 
El  gobierno del entonces presidente Pedro Montt participó en el conflicto actuando,  inicialmente, como mediador. 
Pero conforme avanzó la movilización, las  autoridades consideraron que los 5.000 obreros que ocupaban la escuela Santa  María y los otros 2.000 que tomaban la plaza Manuel Montt constituían una  amenaza para la seguridad y la salud públicas. 
Ante la negativa de los  obreros a trasladarse a otro recinto, el representante del gobierno en la zona,  el intendente Carlos Eastman, ordenó, a instancias del ministro del Interior  Rafael Sotomayor, el desalojo por cualquier medio. 
El 21 de diciembre, a  las 15.45 de la tarde, el general Roberto Silva Renard dio la orden de  ametrallar a los huelguistas de nacionalidad chilena, boliviana, peruana y  argentina que ocupaban la escuela Santa María. 
Advis habla en su cantata  de 3.600 muertos, pero Grez aclaró que no existen bases documentales que avalen  esa cifra. "Se estima que la cantidad de muertos y heridos ascendió a las 1.000  personas. Los muertos pudieron haber sido, como máximo, 2.000", dijo el  historiador. 
"La huelga de Iquique era menos una amenaza en sí misma que  un peligro latente por el mal ejemplo que podía proyectar una actitud de  debilidad del Estado y los patrones", explicó Grez en un artículo titulado "La  guerra preventiva. Escuela Santa María de Iquique. Las razones del poder".  
"El acto de policía perpetrado en la escuela Santa María de Iquique  respondía a una estrategia de guerra preventiva contra el enemigo interno",  acotó Grez. Para las autoridades, los huelguistas eran peligrosos "no por lo que  habían hecho sino por lo que podían llegar a hacer", evaluó. 
La de Santa  María de Iquique fue el punto culminante de un ciclo de masacres de trabajadores  desatado en 1903 por el Estado chileno. Su impacto aceleró el diseño e  implementación de políticas de mejoramiento de las condiciones de vida y de  trabajo de la clase obrera. 
Al igual que el sindicalista Díaz, Grez  piensa que diversos elementos se repiten en el Chile de 1907 y el actual.  
"Ambos son periodos de gran bonanza económica. Ahora, al igual que hace  100 años, el Estado y la clase dirigente disponen de enormes riquezas. Antes era  por la exportación salitrera y hoy por la exportación de cobre y otros recursos  naturales", señaló. 
"Además, la brecha entre ricos y pobres en ambos  casos es gigantesca", afirma. 
A esto se suma "la reactivación del  movimiento sindical", que este año emprendió diversas huelgas y movilizaciones  por mejoras laborales, que tienen como telón de fondo el rechazo a la desigual  distribución de la riqueza del país. 
Precisamente para canalizar esas  demandas, la presidenta Michelle Bachelet formó en agosto una comisión asesora  de 48 integrantes, de carácter principalmente técnico, que en marzo de 2008  deberá presentarle propuestas en materia de "trabajo y equidad". 
"Las  luchas de ayer son las mismas de hoy", complementó el dirigente de la CUT.  
Para impulsar actividades de conmemoración de la masacre de Iquique, en  enero se formó una coordinadora nacional integrada por más de 70 instituciones y  figuras públicas. 
Según Díaz, a lo largo de este año se han realizado  más de 300 iniciativas relativas a la masacre --exposiciones, reuniones  sindicales y conferencias académicas-- tanto en Chile como en Argentina,  Bolivia, Brasil, España, Francia, Italia, Japón, México y Portugal. 
La  coordinadora está integrada por la CUT, la municipalidad de Iquique, la  intendencia de la región de Tarapacá, el Colegio de Profesores, la Sociedad de  Escritores y la Federación de Estudiantes de la estatal Universidad de Chile.  
Los cuatro partidos políticos de la coalición de centroizquierda que  gobierna el país desde 1990 --el Socialista, Demócrata Cristiano, Por la  Democracia y Radical Social Demócrata-- y el opositor Partido Comunista también  se sumaron a la convocatoria. 
El lunes 10, Día Internacional de los  Derechos Humanos, se realizará un acto artístico en el centro de Santiago para  "despedir" a una caravana de la CUT que se dirigirá a Iquique para participar en  la semana oficial de conmemoración, entre el 14 y 21 de este mes.  
Ubicado a 1.860 kilómetros al norte de Santiago, Iquique será el  escenario de exposiciones fotográficas, recitales, mesas redondas, reuniones de  descendientes de los obreros, exhibición de documentales, lanzamiento de libros,  radioteatros, marchas y otros acontecimientos. 
Grupos musicales  emblemáticos como Quilapayún e Inti Ilimani participarán activamente en la  semana. En países como Ecuador, Grecia, Nicaragua, Suecia, Suiza y Venezuela  también se recordará la matanza, aseguró Díaz. 
Entre el 17 y el 20 se  efectuará el II Encuentro de Historiadores estudiosos de la masacre. El primero  se realizó en 1997. 
El día 18, siete centrales sindicales del América  del Sur y Europa participarán en una reunión denominada "A 100 años de la huelga  de Tarapacá, aún mantenemos las mismas luchas y los mismos sueños". 
El  día 21, se realizará el acto de clausura con autoridades locales y otros  miembros de la coordinadora. 
Se espera que ese día la población  iquiqueña haga un alto en sus actividades para recordar la matanza a la hora  exacta en que se produjo. La idea es que todos los automóviles toquen sus  bocinas, las ambulancias, carros de bomberos y barcos enciendan sus sirenas, y  que suenen las campanas de las iglesias... y de las escuelas.
 
 
 

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