|  |  Seth Berkley Crédito:        IAVI | 
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NUEVA YORK, 28 nov (IPS) - La carrera hacia una vacuna contra el sida, que ya lleva dos décadas, sufrió un duro traspié cuando los investigadores debieron abandonar una de las pruebas más prometedoras y de mayor escala.
La sustancia que se examinaba no sólo se demostró  incapaz, hace un par de meses, para bloquear el virus de inmunodeficiencia  humana (VIH) que causa la enfermedad. También aumentó la vulnerabilidad de  algunas de las personas que la recibieron. 
Seth Berkley, director de la  Iniciativa Internacional para la Vacuna contra el Sida (IAVI, por sus siglas en  inglés), considera que la búsqueda debe continuar, pues la inmunización es lo  único que logrará "borrar a esta enfermedad del mapa". 
La IAVI, con sede  en Nueva York, es una organización internacional sin fines de lucro que juega un  importante papel en la promoción de las investigaciones hacia la vacuna contra  el sida, a través de asociaciones con más de 40 instituciones académicas,  gubernamentales y de la industria farmacéutica.. 
IPS: Algunos expertos  dicen que la investigación sobre la vacuna contra el sida tiene defectos  básicos: que muchos científicos trabajan de forma aislada, que existe poca  coordinación entre los laboratorios y que no hay una red que permita  intercambiar información. ¿Los científicos no pueden cooperar entre sí?  
BERKLEY: Cuando se fundó la IAVI no existía un compromiso concertado  --político, científico y económico-- con la vacuna contra el sida. Hoy la  situación cambió completamente. Los gobiernos, tanto de los países ricos como de  los pobres, apoyan la iniciativa, política y financieramente. Y los más  importantes expertos se han movilizado para desarrollar esta vacuna. 
En  los últimos años se han formado varias alianzas para potenciar la cooperación en  este terreno y encontrar nuevas estrategias para acelerar la investigación y  desarrollo de la vacuna. La IAVI ha creado tres consorcios para ayudar a  resolver los principales desafíos que afrontan hoy los investigadores.  
Gracias a estos y a otros esfuerzos, los científicos de todo el mundo  han vuelto a la tarea de identificar y probar los mejores vectores para la  vacuna y a la búsqueda de los anticuerpos capaces de neutralizar las diversas  variedades del VIH. Estos científicos comparten sus hallazgos para corregir el  curso y llevar a la próxima generación de "candidatos prometedores" a la etapa  de pruebas clínicas. 
No debemos olvidar, sin embargo, que una sana  competencia es esencial para el avance de la ciencia. La innovación puede llevar  a descubrimientos que salvan millones de vidas. 
-- ¿Cuáles pueden ser  las consecuencias del fracaso en los ensayos de la vacuna V520 de Merck en  septiembre? 
-- Es decepcionante pero no desmoralizador. Aunque es claro  que la vacuna no prevendrá completamente la infección con VIH, tenemos la  esperanza de que será capaz de disminuir la carga viral de los individuos que se  infecten luego de recibirla, por lo que se hará más lenta la progresión del  sida. Desafortunadamente, aquella vacuna no logró este objetivo. 
La  investigación sobre la vacuna debe continuar y, de hecho, continuará. Es  prematuro sacar conclusiones amplias en base a los resultados de las pruebas de  Merck. Hasta que no sepamos por qué fracasó, no conoceremos el impacto que esto  puede tener en otras investigaciones similares. 
-- Algunos expertos  dicen que a causa de los años que demanda obtener la autorización, cuando  comienzan las pruebas en humanos los fundamentos científicos sobre los que se  desarrolló el proyecto de vacuna ya están obsoletos. ¿Debería permitirse que se  aceleren esos plazos? 
-- En primer lugar, no coincido con quienes opinan  que lleva años obtener el permiso para iniciar las pruebas clínicas. En Estados  Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos analiza con rapidez los  pedidos relacionados con la vacuna contra el sida. 
Las autorizaciones  iniciales de otros países pudieron resultar lentas, pero con la experiencia y el  amplio apoyo político a las investigaciones los permisos posteriores se  otorgaron con celeridad. La IAVI ha realizado pruebas en 11 países y, en la  mayoría de los casos, estamos satisfechos con la velocidad con que se  realizaron. 
Dicho esto, coincido con quienes dicen que debemos encontrar  una forma más sistemática y eficiente para probar y categorizar a las  "candidatas" a convertirse en una vacuna contra el sida. 
Para acelerar  el desarrollo, la IAVI propone que las que aparentan ser las mejores vacunas  sean probadas de manera rápida y "cabeza a cabeza". Actualmente, las pruebas que  incluyen a 3.000 personas toman como mínimo tres años para llegar a resultados  provisorios. 
Nosotros proponemos una nueva modalidad, que permitiría  probar a varios "candidatas" en una población menor de personas con alto riesgo  de infección con VIH. Esto permitirá descartar a los productos menos aptos y  ahorrar años en la búsqueda de una vacuna que el mundo necesita  desesperadamente. 
-- ¿Qué impacto tiene sobre la investigación la  amenaza de juicios? 
-- La seguridad de los voluntarios para las pruebas  es de fundamental importancia para nuestra organización. Creemos que la mejor  forma de evitar demandas judiciales es poner el acento en la seguridad en cada  etapa del desarrollo de la vacuna, desde la producción de la "candidata" hasta  el asesoramiento de los voluntarios y la obtención de su consentimiento  informado. 
La IAVI adhiere a las normas éticas internacionales que  protegen los derechos de los participantes en las pruebas de todos los  medicamentos y vacunas. Estas normas constituyen una práctica común y están  reforzadas por un sistema de revisión independiente, a nivel nacional y en cada  sitio en los que se llevan adelante las pruebas. 
-- ¿Qué podría hacer  mejor el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (Onusida)?  
-- Esta semana, Onusida y la Organización Mundial de la Salud  difundieron estadísticas sobre la pandemia que sugieren que el porcentaje de  personas que viven con VIH se ha estabilizado y que el número de nuevas  infecciones anuales alcanzó su pico a fines de los años 90. 
En IAVI nos  sentimos animados ante la posibilidad de que menos gente de la que se pensaba  tenga la enfermedad o se esté infectando con el virus. 
Pero aun con  estas nuevas cifras, el sida sigue siendo la cuarta causa de muerte del mundo y  la principal en África subsahariana. Onusida tiene un papel muy importante para  asegurar que el mundo no se vuelva complaciente en su respuesta a esta terrible  enfermedad. 
Si vamos a derrotar a esta epidemia, tenemos que continuar  ampliando el acceso al tratamiento y los métodos de prevención existentes, al  tiempo que nos concentramos en nuevas tecnologías de prevención y la vacuna  contra el sida, la cual es lo único que puede borrar este mal del mapa.  
Sabemos por experiencia histórica que ninguna gran epidemia de origen  viral fue controlada sin una vacuna. Contamos con los líderes políticos para  asegurar que existirá un sostenido apoyo político y financiero para este  esfuerzo.(FIN/2007)
 
 
 

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