15 enero, 2008

Ciencia de compromiso

Actualizado 3:30 A.M. (hora local)

  La Habana, martes 15 de enero de 2008. Año 12 / Número 17

Periódico Granma
La ciencia cubana celebra este 15 de enero su día. Con la publicación del siguiente material sobre la obra del Centro de Inmunología Molecular, Granma reconoce el esfuerzo, creatividad y consagración de todos los trabajadores del sector

Orfilio Peláez y Otmaro Rodríguez
pelaez@granma.cip.cu

Al principio fue solo un pequeño grupo de investigadores que desde el interior de un modesto laboratorio situado en el Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología (INOR), y utilizando técnicas prácticamente artesanales, logró producir los primeros anticuerpos monoclonales en el país en los finales de la década del 80 del pasado siglo.

El centro trabaja bajo el principio de integración con otras instituciones científicas.

Cuenta el doctor Agustín Lage Dávila que el destino de aquel colectivo quedó sellado el 28 de septiembre de 1989, cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro los visitó en el INOR y expresó: Vamos a remodelar y ampliar las áreas de trabajo de ustedes aquí, pero piensen en diseñar un proyecto para construir una instalación mucho más grande.

Dos años después y en medio del comienzo del periodo especial, lo que parecía una utopía se hizo realidad al comenzar en 1991 las obras civiles del nuevo local, ubicado al oeste de la capital.

Pese a la compleja coyuntura, la decisión de la máxima dirección del país era impulsar el desarrollo de la biotecnología nacional de cualquier manera. Así en el peor momento de la crisis económica quedó inaugurado el flamante Centro de Inmunología Molecular (CIM), el 5 de diciembre de 1994.

PARADIGMA DE IMPACTOS

Para el doctor Agustín Lage, director fundador del CIM, la biotecnología cubana tiene la peculiaridad de haber surgido precozmente, es decir en el preciso momento en que esta ciencia daba sus primeros pasos en los Estados Unidos, y con ello en el mundo.

Doctor Agustín Lage Dávila, director fundador del CIM.

"Fuimos de los primeros en montarnos en ese nuevo tren de conocimientos. Otros rasgos distintivos son el haber diseñado desde el principio el concepto de que todo centro trabajara a ciclo completo (investigación-producción), existiera una cooperación integrada entre todos, y lograr resultados con impactos significativos en el sistema nacional de salud para beneficio del pueblo".

Sobre la base de tales premisas, el CIM es hoy una de las instituciones emblemáticas de la industria biotecnológica nacional, dedicada principalmente a la investigación básica, desarrollo y fabricación de novedosos productos para el diagnóstico y tratamiento del cáncer, a partir del cultivo de células superiores de mamíferos basado en las regulaciones de las Buenas Prácticas de Manufacturas.

El doctor Rolando Pérez Rodríguez, director del área de investigación y desarrollo, explicó que en la actualidad el centro trabaja en 24 proyectos investigativos vinculados en unos casos a la asimilación de tecnologías, y los demás a la generación de productos totalmente innovadores y de más perspectivas, como son los anticuerpos monoclonales terapéuticos y las vacunas terapéuticas del cáncer.

Cada resultado es investigado y probado previamente en modelos animales.

Dentro del primer grupo figura la Eritropoyetina Humana Recombinante, para tratar la anemia por insuficiencia renal crónica y otras causas. Las producciones de esta glicoproteína satisfacen plenamente las necesidades del país y en estos momentos constituye el principal rubro de exportación del Centro de Inmunología Molecular, a través de su empresa comercializadora CIMAB S. A.

Resulta oportuno destacar que en el año 2006, el CIM mereció el Premio Nacional al Exportador en la categoría de Empresa Grande.

En la segunda relación sobresale el anticuerpo monocolonal hR3 (conocido como Nimutuzumab o CIMAHER), destinado al tratamiento de varios tipos de tumores. Ambos productos tienen registro sanitario en Cuba y otros países.

Según precisó el doctor Pérez Rodríguez, las llamadas vacunas terapéuticas del cáncer constituyen una prioridad, pues en el país fallecen anualmente alrededor de 19 000 personas por esa enfermedad, mientras se detectan unos 29 000 nuevos casos todos los años.

El propósito de las vacunas, asevera, es tratar de estimular el sistema inmunológico del organismo para que este genere los propios anticuerpos contra la neoplasia. Con ello pretendemos actuar sobre la evolución del tumor y bloquear su crecimiento y desarrollo. El objetivo final de esta forma de inmunoterapia innovadora es transformar el carcinoma avanzado en una enfermedad crónica controlable, como puede ser la hipertensión arterial o la diabetes.

Si lográramos ese propósito un paciente enfermo de cáncer en estadio III y IV, e incluso, con metástasis, podría vivir determinada cantidad de años con buena calidad de vida, indicó. Esto tendría un impacto real en el aumento de los índices de sobrevida.

Al cierre del 2007 estaban en diferentes fases de ensayos clínicos (todavía no tienen el registro médico) tres vacunas para el tratamiento de neoplasias avanzadas de pulmón, mama y próstata, que figuran entre las principales causas de muerte en Cuba.

Hasta diciembre pasado los nuevos conocimientos generados en el CIM disponen de 180 patentes concedidas en el exterior, en tanto sus productos de probada excelencia, originalidad, eficacia y competitividad, están registrados en 36 países.

CRUZANDO FRONTERAS

Una de las noticias más relevantes aportadas por el Centro de Inmunología Molecular en el recién finalizado año, fue la aprobación en los Estados Unidos de un ensayo clínico en pacientes pediátricos con el ya mencionado anticuerpo monoclonal Nimotuzumab o CIMAHER, para el tratamiento de tumores avanzados de cabeza, cuello y cerebro.

La doctora Tania Crombet, jefa de la Dirección de Investigaciones Clínicas y una de las autoras principales de ese promisorio aporte de la ciencia cubana, afirmó que el CIMAHER actúa contra el receptor del Factor de Crecimiento Epidérmico e inhibe el crecimiento de la lesión maligna. Combinado con la radioterapia su empleo reporta una significativa disminución del tamaño del tumor en un elevado porcentaje de los casos, además de incrementar la expectativa y la calidad de vida.

Pese a que la disponibilidad todavía es insuficiente (para satisfacer la demanda se construye una nueva planta en el propio centro), cerca de 1 500 pacientes cubanos han sido tratados con este producto inyectable antitumoral, que al no tener los efectos secundarios indeseados de otras formas de terapia, hace más tolerable el tratamiento de las personas aquejadas por los tipos de cáncer citados.

También en el 2007 comenzaron los ensayos clínicos del CIMAHER en Japón, y se presentó el expediente para su registro ante la Agencia Regulatoria Europea. En total, de los 52 ensayos clínicos realizados en ese periodo con los productos del CIM, 38 tuvieron lugar en Cuba y 14 en el exterior.

Para la doctora Crombet, en las investigaciones de este anticuerpo monoclonal humanizado por técnicas de ingeniería genética y otros productos contra el cáncer, ha sido vital el apoyo y la colaboración brindada por los grupos multidisciplinarios de oncólogos y otros especialistas de diferentes hospitales e instituciones de salud.

Como bien afirma el doctor Agustín Lage, más allá de existir en el país más de 200 centros de investigación y un personal altamente calificado, lo esencial de la ciencia cubana es su compromiso permanente con el pueblo, el poner los nuevos conocimientos y tecnologías en función del bienestar de la sociedad.

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