En los caucuses de Iowa hubo una "revuelta"
Ramón Sánchez Parodi
Los caucuses de Iowa, el pasado jueves 3 de enero y las elecciones primarias de New Hampshire el próximo martes 8, constituyen laboratorios de prueba de las estrategias y las tácticas de los aspirantes demócratas y republicanos a la candidatura presidencial.
Obama se presenta como candidato del cambio.
Ambos estados son de escasa población, de territorio relativamente pequeño y sus economías no son de gran escala, pero la tradición les ha dado un peso desproporcionado en las elecciones. Un aspirante debe tener un buen desempeño en esos eventos para ser considerado con posibilidades de ser nominado e incidirá, durante las primarias y caucuses, en el apoyo político y financiero que reciban los aspirantes.
Los resultados de los caucuses en Iowa confirmaron la "revuelta" de los electores (recogida en las encuestas en las últimas seis a ocho semanas y comentada por los analistas políticos), que apuntaba a una sensible caída de los aspirantes punteros de ambos partidos.
Por los demócratas, Hillary Clinton fue desplazada a un humillante tercer lugar (29,5% de los votos), por debajo de Barack Obama (37,6 %) y de John Edwards (29,8%). Los delegados asignados en este proceso se dividieron en 16 para Obama, 15 para Hillary y 14 para Edwards.
Michael Huckabee, aspirante republicano.
El análisis de la votación indica que triunfó la estrategia de Obama de presentarse como el abanderado del cambio (la mitad de los participantes favorecían los cambios y de ellos el 51% votó por Obama) y su táctica de buscar el voto de los independientes (aventajó a Hillary 2 a 1 entre estos) y de los jóvenes (votó por Obama el 60% de los menores de 25 años, mientras que por Hillary votó el 45% de los mayores de 65). Entre las mujeres también Obama obtuvo una mayor votación que la de Hillary: 36% vs. 30%.
El voto de los demócratas liberales (50% de los electores afiliados) fue predominantemente para Obama y compartió con Hillary la mayor proporción de votos entre los moderados, mientras que el menos numeroso voto conservador fue mayoritariamente para Edwards. Los electores seleccionaron en proporciones iguales como temas más importantes: la guerra en Iraq, la situación de la economía y la falta de atención a la salud. El voto por estos motivos fue mayoritariamente a Obama.
Los senadores Joseph R. Biden, Jr. y Cristopher J. Dodd anunciaron que se retiraban de la contienda. Hay señales de que otros candidatos se mantienen con el ánimo de cerrarle el paso a Hillary. Antes del caucus, el representante Dennis Kucinich pidió públicamente a sus seguidores que si sus posibilidades eran nulas, dieran su voto por Obama y dos ayudantes del también aspirante Bill Richardson comentaron confidencialmente a periodistas que su jefe había dado igual orientación.
Entre los aspirantes republicanos el resultado del caucus confirmó un giro aún más pronunciado. Rudolph Giuliani, quien estuvo liderando las encuestas hasta unas semanas atrás, cayó tanto en las preferencias que decidió acogerse a la máxima de que es mejor una retirada a tiempo que una derrota (solo logró el 3,5% de los votos) y abandonó Iowa para concentrarse en la campaña de las primarias en la Florida, que tendrán lugar el 29 de este mes.
Otros dos fuertes contendientes, Fred Thompson y John McCain alcanzaron, respectivamente, el 13,4% y el 13,1%, lo que da un respiro a McCain, quien prácticamente se había retirado de Iowa.
El principal perdedor fue Mitt Romney. A pesar de ser el candidato que más tiempo y dinero dedicó a la campaña en Iowa, solamente obtuvo el 25,3% de la votación.
Triunfador absoluto es el predicador bautista y ex gobernador de Arkansas, Michael Huckabee, quien a pesar de los escasos recursos financieros y organizativos con que contó y de estar hace seis semanas, según las encuestas, entre los últimos en la preferencia de los electores, se alzó con el 34,3% de los votos.
Influyó mucho en la victoria de Huckabee el aspecto religioso por su condición de predicador bautista enfrentado a Romney, un aspirante de fe mormona, considerada por muchos evángélicos como una secta religiosa no cristiana. Se estimó por las encuestas que el 60% de los votantes era cristiano evangélico y de ellos la mitad votó por Huckabee.
Ayudó también que el 90% fuese afiliado al Partido Republicano y mayoritariamente votó por Huckabee, mientras que el restante 10% de independientes dieron su voto por Romney. Del 40% del total de los electores que consideraron como importante en los candidatos el "compartir sus mismos valores", el 44% votó por Huckabee, al igual que también votaron por él la mayoría del 33% del electorado que entendió como más importante que el candidato "dijera lo que cree".
Los electores en los caucus republicanos dieron la mayor importancia, en ese orden, a la política hacia los inmigrantes ilegales, la situación económica del país, las amenazas terroristas y la guerra en Iraq, y el voto motivado por esas causas fue predominantemente hacia Huckabee.
Ahora la contienda se traslada hacia las primarias de New Hampshire. Allí se enfrentarán nuevamente Obama, Hillary y Edwards, pero en diferentes circunstancias. Obama cuenta con una fuerte organización de campaña electoral con 12 oficinas de campaña, 100 asistentes a sueldo, un sargento político por cada pueblo y barrio de la ciudad, grupos de apoyo por profesiones o temas de interés y una amplia movilización de voluntarios para captar votos.
Hillary cuenta con el sólido apoyo de la mayoría de los líderes demócratas del estado y la gran popularidad de William Clinton entre la población, lo que puede ser importante para revertir el fracaso en Iowa y vital para recuperar en las próximas contiendas su condición de líder entre los aspirantes demócratas.
Edwards tiene una difícil tarea por delante, ya que la organización de su campaña es la más débil de la de los tres candidatos.
Entre los republicanos, Mitt Romney tendrá que enfrentar a John McCain, quien ya ganó a George W. Bush por 18 puntos de ventaja en las primarias del 2000. Huckabee no es un contrincante de peso en un estado como New Hampshire, donde no cuenta con una base de apoyo, ni posee recursos financieros, ni ha hecho campaña política en este proceso, ni el factor religioso tiene tanto peso.
Si al igual que sucedió en Iowa, los resultados de las primarias de New Hampshire confirman la tendencia a que no haya un ganador decisivo en los comicios, la campaña electoral podría dar un giro radical y los vaticinios de que en el primer trimestre de este año ya estarían decididos los candidatos a la presidencia por cada partido, rodarán por el piso, al menos hasta ver lo que sucede en las siguientes primarias de enero y del 5 de febrero, cuando se disputará el "premio gordo" de los comicios en 22 estados.
Hoy por hoy la elección presidencial en Estados Unidos está en el aire. Ya que no se puede siquiera predecir quien será el candidato de cada partido, mucho menos se puede tener certeza de quien pudiera resultar electo en noviembre del 2008.
* El autor fue Jefe de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, D.C, de septiembre de 1977 a abril de 1989.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario