El pacto voluntario firmado por los demócratas había sido olvidarse de Florida, castigada por el partido por haber adelantado la fecha de las primarias: sus delegados no contarán en la Convención Nacional, se decidió. Pero allí estaba Hillary Clinton anoche, celebrando los resultados como si se estuviera apuntando el premio gordo de sus 185 delegados.
En la semana que ha precedido a la votación prohibida, Clinton ha visitado Florida tres veces con la excusa de participar en recaudaciones de fondos, que de facto se convirtieron en mítines políticos. En el estado del exilio cubano Clinton era la favorita absoluta entre los candidatos demócratas, gracias a la popularidad que goza entre los hispanos. Y todo parece indicar que no ha sabido resistir la tentación de arramplar con esos delegados que la pondrían en cabeza si contasen. Y ella está haciendo todo lo posible para cambiar las reglas del juego a mitad de la partida.
La ex primera dama dice tener el corazón partido con el clamor de los habitantes de Michigan y Florida que «quieren que su voz se oiga en la Convención«, dijo en un comunicado. Clinton también ganó los 128 delegados de Michigan, sobre todo porque su nombre era el único de los tres principales candidatos que quedaba en la papeleta. Según el mismo comunicado, instruirá a sus delegados de todo el país a votar en la Convención a favor de que se cuente a los castigados.
Algunos analistas creen que los motivos de la ex primera dama para dar esta sucia batalla van más lejos que vencer a su rival Barack Obama. Hillary estaría ya haciendo campaña para noviembre, cuando la voz de Florida resulte fundamental para ganar.
En la semana que ha precedido a la votación prohibida, Clinton ha visitado Florida tres veces con la excusa de participar en recaudaciones de fondos, que de facto se convirtieron en mítines políticos. En el estado del exilio cubano Clinton era la favorita absoluta entre los candidatos demócratas, gracias a la popularidad que goza entre los hispanos. Y todo parece indicar que no ha sabido resistir la tentación de arramplar con esos delegados que la pondrían en cabeza si contasen. Y ella está haciendo todo lo posible para cambiar las reglas del juego a mitad de la partida.
La ex primera dama dice tener el corazón partido con el clamor de los habitantes de Michigan y Florida que «quieren que su voz se oiga en la Convención«, dijo en un comunicado. Clinton también ganó los 128 delegados de Michigan, sobre todo porque su nombre era el único de los tres principales candidatos que quedaba en la papeleta. Según el mismo comunicado, instruirá a sus delegados de todo el país a votar en la Convención a favor de que se cuente a los castigados.
Algunos analistas creen que los motivos de la ex primera dama para dar esta sucia batalla van más lejos que vencer a su rival Barack Obama. Hillary estaría ya haciendo campaña para noviembre, cuando la voz de Florida resulte fundamental para ganar.
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