23 de Enero de 2008.
Durante mucho tiempo, los científicos han dedicado sus estudios a investigar cómo el clima y la vegetación permitieron que los ancestros de los humanos evolucionaran en África. Ahora, unos geólogos del Instituto de Energía y Geociencias de la Universidad de Utah, han indagado en la idea de que los procesos geológicos que formaron ciertas montañas y valles, generaron entornos que favorecieron el surgimiento de la humanidad.
En muchos aspectos, los movimientos tectónicos (movimientos de la corteza terrestre) fueron los primeros responsables de que la humanidad evolucionara, según explican Royhan y Nahid Gani, cónyuges que forman este equipo de investigación, quienes argumentan que el proceso de elevación acelerada de montañas y tierras altas desde Etiopía hasta Sudáfrica, frenó la influencia de la humedad oceánica, convirtiendo las exuberantes selvas tropicales de entonces en un mosaico más árido de bosques y praderas de sabana, que, gradualmente, contribuyó a que nuestros ancestros descendieran de los árboles y comenzaran a caminar sobre dos piernas, una forma energéticamente muy eficiente de desplazarse para inspeccionar grandes áreas en busca de alimentos en un entorno más árido que el anterior.
Los investigadores describen esta extensión de casi seis mil kilómetros de tierras altas y montañas como "la muralla africana".
Debido a los movimientos tectónicos en el este de África, el paisaje cambió drásticamente. Ese nuevo paisaje controló el clima tanto a escala local como regional. Dicho cambio climático impulsó la evolución de los ancestros humanos con respecto a los primates.
Los humanos (Homo) y sus ancestros (incluyendo a los Ardipithecus, Paranthropus y Australopithecus) se separaron de los monos en el árbol evolutivo hace entre 7 y 4 millones de años.
Aunque la muralla africana comenzó a formarse hace unos 30 millones de años, estudios recientes demuestran que la mayoría de los levantamientos se produjeron hace entre 7 y 2 millones de años, justo cuando los homínidos se bifurcaban de los primates africanos, desarrollaban la bipedación y pasaban a tener un cerebro mayor y más evolucionado.
Según las conclusiones del estudio, el cambio de las selvas a un mosaico de bosques y sabanas no tuvo lugar al mismo tiempo en todo el este de África, y, a su vez, el este africano fue la última región del mundo donde se produjeron estos cambios.
Durante mucho tiempo, los científicos han dedicado sus estudios a investigar cómo el clima y la vegetación permitieron que los ancestros de los humanos evolucionaran en África. Ahora, unos geólogos del Instituto de Energía y Geociencias de la Universidad de Utah, han indagado en la idea de que los procesos geológicos que formaron ciertas montañas y valles, generaron entornos que favorecieron el surgimiento de la humanidad.
En muchos aspectos, los movimientos tectónicos (movimientos de la corteza terrestre) fueron los primeros responsables de que la humanidad evolucionara, según explican Royhan y Nahid Gani, cónyuges que forman este equipo de investigación, quienes argumentan que el proceso de elevación acelerada de montañas y tierras altas desde Etiopía hasta Sudáfrica, frenó la influencia de la humedad oceánica, convirtiendo las exuberantes selvas tropicales de entonces en un mosaico más árido de bosques y praderas de sabana, que, gradualmente, contribuyó a que nuestros ancestros descendieran de los árboles y comenzaran a caminar sobre dos piernas, una forma energéticamente muy eficiente de desplazarse para inspeccionar grandes áreas en busca de alimentos en un entorno más árido que el anterior.
Los investigadores describen esta extensión de casi seis mil kilómetros de tierras altas y montañas como "la muralla africana".
Debido a los movimientos tectónicos en el este de África, el paisaje cambió drásticamente. Ese nuevo paisaje controló el clima tanto a escala local como regional. Dicho cambio climático impulsó la evolución de los ancestros humanos con respecto a los primates.
Los humanos (Homo) y sus ancestros (incluyendo a los Ardipithecus, Paranthropus y Australopithecus) se separaron de los monos en el árbol evolutivo hace entre 7 y 4 millones de años.
Aunque la muralla africana comenzó a formarse hace unos 30 millones de años, estudios recientes demuestran que la mayoría de los levantamientos se produjeron hace entre 7 y 2 millones de años, justo cuando los homínidos se bifurcaban de los primates africanos, desarrollaban la bipedación y pasaban a tener un cerebro mayor y más evolucionado.
Según las conclusiones del estudio, el cambio de las selvas a un mosaico de bosques y sabanas no tuvo lugar al mismo tiempo en todo el este de África, y, a su vez, el este africano fue la última región del mundo donde se produjeron estos cambios.
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