TEHERÁN, ene (IPS) - A la población de Irán le preocupa un posible ataque de Estados Unidos o nuevas sanciones económicas por su política nuclear, pero, según analistas, los peores peligros procederán este año de la política interna.
La economía iraní se fue a pique y las libertades civiles han sido coartadas como nunca antes.
El temor a un ataque se redujo entre el público tras la publicación de la Estimación Nacional de Inteligencia, informe periódico oficial estadounidense según el cual Irán no cuenta con un programa de armas nucleares, tal como aseguran hace años las autoridades de este país.
"Pero las sanciones a largo plazo pueden perjudicar aún más profundamente que un ataque", dijo a IPS un analista económico en Teherán que pidió no ser nombrado.
"Gastando sin trabas ganancias petroleras sin precedentes de unos 60.000 millones de dólares anuales en los últimos dos años, Teherán se las arregló para que la población no sienta el impacto de las sanciones impuestas por la ONU en diciembre de 2006 y marzo de 2007", dijo.
"Sin embargo, la economía comienza a dar señales claras de fracaso. Prevemos que la situación empeore aun más, a medida que la inflación aumenta, principalmente debido a la elevada liquidez de la que el gobierno es responsable directo", agregó.
El Banco Central situó la inflación en 17 por ciento, pero los expertos del parlamento elevaron ese porcentaje a 23. El crecimiento económico cayó cinco por ciento, y durante los últimos nueve meses la liquidez creció 40 por ciento.
El dinero inyectado por el gobierno en la economía en los últimos dos años equivale al de todos los anteriores 45, dijo, entrevistado por la televisión estatal, el gobernador del Banco Central, Tahmasb Mazaheri.
El presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, admitió que su gobierno no había logrado llevar la inflación a un solo dígito, como había prometido al momento de su elección, en 2005.
"Ahmadinejad lo atribuyó a la estructura económica del país y al parlamento, y acusó a sus rivales políticos y a la prensa de crear expectativas de una inflación más elevada. Pero no dijo cómo remediaría el problema sin malquistar al electorado", dijo el analista económico.
El gobierno recurrió a una reducción de aranceles que inundó el mercado de mercaderías importadas. Se prevé que las compras del exterior superen la marca de los 60.000 millones de dólares al cabo del presente año fiscal (que concluirá el 20 de marzo de 2008).
Mientras, las exportaciones no petroleras, la mitad de las cuales son de productos petroquímicos, representarán apenas unos 15.000 millones de dólares.
"El enorme aumento de las importaciones eliminará unos 100.000 puestos de trabajo por cada 1.000 millones de dólares importados. El crecimiento de las importaciones y el efecto de las sanciones llevan a cientos de industrias grandes y pequeñas al borde de la bancarrota, además de las que ya han cerrado", dijo el analista.
El desempleo, que caía de modo constante desde 2001, está de nuevo en ascenso, y, según las últimas cifras oficiales, se acerca al 12 por ciento.
"Una de las consecuencias del desempleo es la fuga de cerebros. Irán es el país más afectado por el fenómeno. No hay cifras oficiales, pero la situación política y económica alienta cada vez más a jóvenes graduados universitarios a abandonar el país", dijo a IPS el analista económico.
La deteriorada situación de los derechos humanos no incentiva a los jóvenes a quedarse en el país. "En 2007, manifestaciones pacíficas de maestros, obreros, mujeres y estudiantes fueron reprimidas violentamente por la policía", dijo a IPS un activista político teheraní.
"Cientos de participantes en protestas y de activistas fueron encarcelados, habitualmente acusados de actuar contra la seguridad nacional", agregó.
Las autoridades advirtieron a la prensa, único medio de comunicación disponible para los partidos políticos, está bajo constante presión, que debía abstenerse de abordar cuestiones como el desarrollo nuclear y los derechos femeninos, sindicales y estudiantiles.
En 2007, el movimiento estudiantil cobró impulso. "Ahmadinejad aseguró que éramos libres para criticarlo, pero pagamos cara nuestra oposición. Es difícil llevar la cuenta de los estudiantes universitarios que entraron y salieron de la cárcel en este tiempo, o que fueron suspendidos por actividades políticas", dijo a IPS Mohammad, estudiante de la Universidad de Tecnología Amir Kabir.
"Los que más lo sufrieron fueron tres miembros de la Asociación de Estudiantes Islámicos de nuestra universidad, encarcelados en mayo por caricaturas ofensivas publicadas en periódicos falsos. Estuvieron en aislamiento durante meses y fueron brutalmente torturados, tanto física como psicológicamente", dijo.
Un tribunal absolvió hace poco a los tres de toda participación en esa publicación. Pero todavía no fueron liberados, pues son demandados por haber acusado a la milicia estudiantil Basij de pergeñar el incidente.
"El año pasado, los estudiantes universitarios, muy desilusionados y pasivos en la segunda presidencia del reformista Mohammad Jatami (1997-2005), rompieron su silencio. El movimiento de estudiantes izquierdistas cobró enorme impulso en universidades de todo el país y ahora constituye una fuerza difícil de ignorar", dijo el estudiante a IPS.
Por otra parte, el año pasado "empeoró la presión sobre las minorías religiosas", según relató a IPS una activista de la sociedad civil. Ni siquiera los chiitas, rama del Islam oficial del Estado, son ahora inmunes a la represión, y los bahais sufren aun más que antes.
"Muchos bahais que no suelen profesar públicamente su religión han sido identificados, e incluso se les impidió ingresar a universidades. Los niños de esta religión son intimidados y acosados en escuelas", agregó la activista.
"Las condenas a muerte y ejecuciones de menores continuaron. Un hombre fue lapidado en la provincia de Zanjan por adulterio, y varias mujeres esperan la ejecución de sus condenas. Un joven que alcanzó hace poco la mayoría de edad fue ahorcado por delitos sexuales cometidos cuando era menor", aseguró.
La policía detuvo a mujeres y hombres en las calles por no lucir la vestimenta tradicional obligatoria, como el "hijab" (velo femenino).
"La policía estacionan sus camionetas en todos los centros comerciales y lugares públicos concurridos para inspeccionar. Incluso usar botas es considerado ahora un acto provocativo por parte de las mujeres", dijo a IPS una activista por los derechos femeninos.
Para septiembre, 977.000 mujeres y hombres habían sido detenidos en las calles y advertidos por su apariencia. Casi 40.000 de ellos fueron detenidos y se les hizo firmar un documento en que se comprometían a observar los códigos de apariencia en el futuro observarían los códigos.. Casi 4.000 fueron enviados a la justicia, informó el jefe de policía Ahmadi Moghaddam.
"He perdido toda esperanza de que vengan días mejores. Ya hace más de dos años y medio desde que Ahmadinejad nos prometió que el dinero del petróleo se reflejaría en nuestras mesas. El dinero no está allí, e incluso la mesa está más vacía que antes", dijo a IPS una maestra y madre de tres adolescentes.
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