Boletín NC&T Vol. 1, No. 567 28 de Enero de 2008.
Cuando el pasado verano Javier Rodríguez Molina visitó, en la estación ferroviaria de Atocha, Madrid, el monumento en memoria de los allí fallecidos por el atentado terrorista del 11 de Marzo de 2004, este ingeniero natural de Barcelona sintió una gran tristeza. Pero también la esperanza de que su trabajo con tecnología avanzada para emergencias, en la Universidad de California, en San Diego, algún día quizá pueda salvar vidas en desastres similares.
Policías, bomberos y otros expertos en emergencias que desempeñan actividades críticas cuando se desencadenan desastres naturales o provocados por el hombre, en el futuro podrán salvar más vidas con la ayuda del "Gizmo", un dispositivo avanzado que incluye comunicaciones móviles inalámbricas.
Rodríguez es el ingeniero principal del Gizmo. Éste, que parece un cruce entre un camión de juguete con control remoto y un vehículo para un desembarco lunar, puede transformar en el futuro la respuesta a las catástrofes recolectando y transmitiendo en tiempo real cualquier información que necesite el personal de emergencia a través de cualquier sistema de comunicación que estén utilizando.
En casi cualquier emergencia, lo más importante es tener información inmediata y exacta. En el futuro, Gizmo podrá ir a cualquier parte por sí mismo y enviar en tiempo real cualquier información que se pueda necesitar.
Rodríguez espera construir muchas variedades de Gizmos, entre ellas una capaz de volar. Los dispositivos podrán ir a cualquier lugar que resulte demasiado peligroso para los humanos, incluyendo emergencias urbanas tales como toma de rehenes, ataques terroristas o el derrumbe de un edificio. El Gizmo actual es del tamaño de un camión de juguete dirigido por control remoto. Pero entre los futuros modelos los puede haber más pequeños (para que, por ejemplo, puedan entrar sin ser descubiertos en un recinto donde se tiene atrapados a rehenes), y también otros mucho más grandes, como un camión de tamaño real que podría penetrar en áreas azotadas por catástrofes tales como un huracán.
Trabajando con Ramesh Rao, un experto de reputación internacional en tecnología de emergencias, Rodríguez dirige ahora un equipo de colaboradores que construye Gizmos, los cuales crean su propia burbuja de red inalámbrica dondequiera que van. Un Gizmo puede crear una red inalámbrica de 200 metros de diámetro; varios trabajando en conjunto pueden crear una red mucho más grande.
Uno de los mayores problemas para el personal de salvamento en cualquier situación de emergencia es perder las comunicaciones entre ellos y no saber qué está pasando dentro de un área peligrosa. Así que Rodríguez y sus colegas se concentraron en la construcción de los Gizmos con la idea de que fuesen capaces de recabar información precisa en situaciones de emergencia y de transmitirla de inmediato a los miembros de los equipos de rescate, utilizando para ello cualquier sistema de comunicaciones que esté operativo.
Los datos reunidos por los Gizmos pueden reenviarse a través de la conexión de red inalámbrica a cualquier parte, ya sea a un puesto de la policía a una manzana de distancia o a un laboratorio de investigaciones en el otro lado del mundo. Los Gizmos pueden ser controlados por teléfono móvil, ordenador portátil, e incluso mediante un joystick para videojuegos conectado a un ordenador. Aceptan desde Bluetooth hasta cualquier tipo de transmisor inalámbrico de emergencia que el personal esté utilizando.
La plataforma de cada Gizmo puede equiparse con cualquier dispositivo, como cámaras de alta definición, micrófonos ultrasensibles, sensores que detecten gases peligrosos o altos niveles de radiación o de calor, y un brazo robótico manejable por control remoto que pueda recoger muestras. Toda la información que reúnan de este modo la pueden enviar a cualquier dispositivo de comunicación.
Si un sistema de comunicación falla, el personal de emergencias puede cambiar a otro. Como cualquier sistema inalámbrico de internet, los Gizmos pueden enviar información a través de paredes o de otros obstáculos.
Otra meta que persigue Rodríguez es que los Gizmos sean, en general, bastante baratos (por debajo de los mil dólares), y que sean fabricados con muchas piezas fáciles de reemplazar, de modo que se les pueda producir en masa. La idea es que cualquier cuerpo de bomberos, o de policía, u otras entidades al cargo de servicios de emergencia pueda comprarlos sin dificultad, y reemplazar en un plazo muy breve a aquellos que resulten destruidos en el cumplimiento de sus arriesgadas misiones
Por ahora, los Gizmos son vehículos con ruedas, pero Rodríguez y sus colaboradores ya están construyendo uno con cadenas de oruga para que pueda subir escaleras o avanzar sobre terrenos con desniveles y obstáculos.
Las aplicaciones de los Gizmos pueden ir incluso más allá de las tareas de salvamento. Se les podría emplear en tareas que van desde vigilancia rutinaria de seguridad hasta ayudar en excavaciones arqueológicas delicadas.
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