LA HABANA
La Iglesia Católica cubana advirtió sobre los peligros de la creciente erotización y materialización de la sociedad y exhortó a sus sacerdotes a colaborar para que los fieles no pierdan el rumbo.
Los obispos enviaron un mensaje a sus más de 300 prelados que trabajan en la isla, el que fue difundido en forma de síntesis por la revista Palabra Nueva, la publicación mensual de la Arquidiócesis de La Habana.
''La erotización creciente... la desenfrenada pérdida del pudor, junto con la engañosa subjetividad'' están conduciendo ''a las personas y a la sociedad a una peligrosa confusión y desorientación que conlleva la perdida de certezas y sentido con respecto al sexo, la familia y el amor'', expresó el artículo.
El documento reconoce las difíciles condiciones en las cuales los sacerdotes desempeñan su misión pastoral ``sobreponiéndose al cansancio físico y psicológico impuesto por las carencias materiales y dificultades de otro orden''.
Paralelamente, el texto identificó la ''variedad e intensidad de los retos'' que deben enfrentar los sacerdotes en una isla donde los valores sociales de las personas y las leyes del Estado no siempre son los mismos que apoya la Iglesia Católica como institución, como por ejemplo las normativas que permiten el aborto a las mujeres o el alto número de divorcios.
En reiteradas ocasiones, la iglesia cubana llamó la atención sobre la pérdida de valores morales producto de la crisis económica local y se quejó de las dificultades que encuentra en un estado socialista, que incluso durante al menos dos décadas vio a la religión como un enemigo.
Además el documento de los obispos recordó a sus sacerdotes su promesa de guardar celibato y castidad.
''Mucho ayudará a la fidelidad sacerdotal cultivar un estilo de vida que tiene en cuenta el lenguaje, los gestos, el vestuario y el comportamiento'', señaló el texto pues ``todo debe evidenciar la identidad sacerdotal''.
El mensaje que deben reflejar los prelados es el de ''estar en el mundo, sin ser del mundo'', expresó.
También los obispos expresaron su gratitud a los sacerdotes extranjeros que se desempeñan en la isla. Actualmente ejercen su ministerio unos 370 prelados de ellos 204 diocesanos y el resto de diferentes congregaciones religiosas masculinas, casi el 50% son extranjeros
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