08 agosto, 2007

¿Por qué tanto revuelo por el acuerdo?

Revista Qué Pasa
NEWSLETTER | Edición sábado 4 de agosto de 2007

Carlos Osorio. ¿Por qué tanto revuelo por el acuerdo? Esta pequeña tormenta es un botón de muestra de un desconocimiento en el tema que a pocos les pareciera importar.

Por  Carlos Osorio y Ángel Jiménez de Luis
 
¿Por qué tanto revuelo por el acuerdo de Microsoft con el gobierno de Chile? Vamos a analizar las posiciones. Antes, sin embargo, hago un disclosure: trabajé en parte del acuerdo como asesor por unos meses del ministro de Economía. No trabajo ni he trabajado para Microsoft, sólo soy académico y usuario de software propietario y de fuente abierta. Sepa además que durante mis años en Harvard y el MIT investigué, publiqué y presenté en América Latina, Europa y EE.UU. las bondades del software libre en general, en especial para el gobierno digital. Ahora seguimos con el tema.

Por un lado, el gobierno y Microsoft dicen que el acuerdo sólo es un marco de entendimiento en que MS hace una donación a Chile en el contexto de responsabilidad social empresarial y el gobierno se compromete a actuar de contraparte. Por otro lado, la oposición al acuerdo mediante blogs y declaraciones ha mencionado que el gobierno se vendió a Microsoft, que todo se hizo a escondidas, que se hipotecó "el principio de neutralidad tecnológica" y que se habría regalado la información de todos los chilenos a la empresa. Son palabras fuertes, pero ¿tienen sustento?

La formalidad del acuerdo. Todo comienza con una declaración de Alejandro "Wikipedia" Navarro. El 18 de julio, citando su sitio como fuente, se dirigió en la 36a sesión del Senado diciendo que "este acuerdo, joint venture o sociedad, como es definido en el Acuerdo Marco...". Aquí nace parte del problema. El pacto establece que "nada en este Acuerdo será interpretado como estableciendo una sociedad, joint venture (en Chile, similar a la unión transitoria de empresas), agencia, empleo u otra relación similar entre las Partes". Por alguna razón, el senador leyó mal, no entendió lo que leyó, o decidió tomarse algunas libertades al hablar del tema. El acuerdo no obliga a Chile.

"El acuerdo se hizo en secreto". La firma fue en mayo y salió en la mayoría de los diarios. Lamentablemente, y para variar, el sistema de comunicaciones del gobierno no brilló por su excelencia. ¿Se quiso esconder? No, pero el gobierno debería hacer un mea culpa -una vez más- por una política comunicacional a media máquina.

El acuerdo vulnera el principio de neutralidad tecnológica. Antes que nada ¿existe tal cosa? Las primeras referencias a esto aparecieron en los 70 (la tecnología debe ser neutra y libre de valores. No es buena ni mala, sino lo que importa es cómo la utilizamos). Entre otros, Weizenbaum -desde la computación en 1976- y Ihde -desde la filosofía en 1979- argumentaron que no existe tal neutralidad. Uno no sólo "utiliza" la tecnología, sino que sin quererlo se decide por patrones de comportamiento.  Otra cosa es la "imparcialidad tecnológica". El gobierno no debe preferir a priori un sistema o proveedor sobre otro. Se dice que el acuerdo estaría favoreciendo a Microsoft, sin embargo una de las premisas fue que debería ser agnóstico al tipo de soluciones en la administración pública, mediante la utilización de estándares de compatibilidad e interoperabilidad de sistemas. Si no es interoperable, entonces no ha lugar.

¿El acuerdo obligaría al Estado a utilizar soluciones Microsoft? Tampoco es verdadero. ¿Se podría decir entonces que el Gobierno estaría obligando o incentivando a que pymes, personas y escuelas usen sistemas Microsoft? Tampoco. parte de la imparcialidad tecnológica tiene que ver con que, si una empresa viene y dice "quiero donar plata para ayudar a pymes y personas" uno no tenga por qué decirle que no a priori; igualmente no hay por qué negárselo a ninguna otra empresa ya sea Oracle, Sun, IBM, o RedHat.

¿Microsoft tomaría control de nuestros datos personales? No sólo es legalmente imposible, sino que la idea del portal del ciudadano es que la información llegue a una casilla correo.  Si no quiero usar Hotmail, sólo tengo que revisar todo desde mi Gmail. Nadie obliga a nada.

Por último, hay quienes se han sorprendido -"Wiki" incluido- por la firma del acuerdo, dado que el mismo Ministerio de Economía tiene proyectos andando en temas de software libre y de fuente abierta.  Aquí hay que hacer un párele, porque la conversa comienza a darse más en términos absolutistas que respecto de los objetivos de la tecnología. El tema no es sólo una cuestión del precio de la licencia, sino que cada tipo de software tiene propósitos y requiere competencias distintas.

Esta pequeña tormenta es un botón de muestra de un desconocimiento en el tema que a pocos les pareciera importar. Éste se debe a falta de información, pero, más importante aún, a falta de capacidad y educación para entender tecnología, estrategia y política tecnológica. Lo anterior, unido a la tendencia cada vez más común en Chile de importar la opinología desde la farándula a la política, no augura buenos resultados.

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