30 agosto, 2007

Factor de contención

Actualizado 10:30 A.M. (hora local)

  La Habana, jueves 30 de agosto de 2007. Año 11 / Número 241

Periódico Granma

ARNALDO MUSA

Aunque Washington pone el grito en el cielo ante la cada vez mayor fortaleza y cohesión de la aún joven Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), esta no constituye netamente un bloque militar, no obstante haya ejecutado maniobras antiterroristas en las que tropas chinas y rusas, en presencia de observadores de otros países, demostraron su potencia.

Las cumbres de la organización cada vez convocan a más países.

La coordinación política de Rusia, China, Kazajastán, Kirguizistán, Tayikistán y Uzbekistán, y naciones observadoras de distintos matices, que asisten a sus cumbres, como la India, Irán, Mongolia, Paquistán y hasta Afganistán, se plasma en la búsqueda de consenso respecto a los temas regionales e internacionales, en tanto la cooperación económica y comercial tiende a reforzarse en una zona en la que abundan los recursos minerales y agrícolas.

De hecho, la propia existencia de la OCS sirve de escudo para la penetración de influencias externas que, como Estados Unidos, tratan de sembrar bases militares y aislar a naciones que no le son afines.

El entendimiento ruso-chino sirve de acicate al impulso de la OCS y se complementa con el ascendente poder económico, comercial y financiero de China, al que se empieza a sumar Rusia, que, sin dudas, contribuye a reforzar la integración y la alianza política. Ello puede ser el mejor exponente para evitar que Estados Unidos implante su dictado económico, financiero, tecnológico y militar, en su afán de asegurar la hegemonía mundial.

Tal interés hace que ahora Washington y sus aliados de la OTAN observen con preocupación la cohesión de la Organización de Cooperación de Shanghai, cuyo quehacer indica que puede ser un polo alternativo a la pretensión estadounidense.

En este contexto, la Casa Blanca ve con malos ojos que se amplíe su convocatoria con aquellos países que desean y son capaces de implementar una política autónoma.

Hay que recordar que cuando Irán fue invitado a participar en una cumbre de la entidad, en el 2005, el entonces secretario norteamericano de Defensa, Donald Rumsfeld, echó mano al fantasma del terrorismo, que tanto Washington ha alimentado en sus guerras en Afganistán e Iraq, fomentando un ambiente de agresión "preventiva" contra Teherán.

La consolidación de la OCS empieza a cosechar prestigio y confianza política. Lo demostró en la cumbre que celebró este agosto en Bishkek, la capital de Kirguizistán, donde llamó a fortalecer el multilateralismo, cooperar en la reforma de la ONU y crear una zona libre de armas nucleares en Asia Central.

También a mejorar la seguridad de la información internacional, colaborar en la normalización de Afganistán y establecer una asociación confiable en materia energética que favorezca la seguridad y la estabilidad en la región y en el mundo en general, donde pudiera desempeñarse cual factor de contención al expansionismo de EE.UU. y la OTAN hacia el Oriente.

No hay comentarios.: