02 mayo, 2007

BIODIVERSIDAD: Ciudades aplastan espacios verdes

Por Haider Rizvi

NACIONES UNIDAS, abr (IPS) - El desproporcionado crecimiento de la población urbana del mundo podría provocar una gran pérdida de muchas formas de vida, advierten expertos en cambio climático y biodiversidad.

Hace casi 200 años, Londres era la única ciudad del mundo con una población superior al millón de habitantes. Hoy son más de 400 ciudades.

Aunque estas ciudades ocupan apenas dos por ciento de la superficie del planeta, sus habitantes son responsables de al menos 75 por ciento del consumo de recursos, incluida una enorme cantidad de combustibles fósiles, según el informe de la ONU titulado "Perspectivas de Población en el Mundo".

El cambio climático es uno de los principales responsables de la enorme pérdida de biodiversidad sobre la Tierra, según expertos.

Los cambios a largo plazo en las temperaturas promedio pueden alterar drásticamente los hábitat donde conviven numerosas de especies vegetales y animales.

Hoy, con más de 3.200 millones de personas, por primera vez la población urbana del mundo excede la de áreas rurales.

Desde su aparición sobre la Tierra, los seres humanos nunca destruyeron tantos hábitat como en los últimos 50 años, según el informe "Evaluación de Ecosistemas del Milenio" de la ONU.

El estudio muestra que, antes de la era industrial, casi 47 por ciento de la superficie terrestre estaba cubierta de bosques. Hoy queda apenas 10 por ciento.

"Consumimos recursos naturales a un ritmo que supera el de su regeneración. Vivimos más allá de los medios y de la capacidad de nuestro planeta", dijo Ahmed Djoghlaf, secretario ejecutivo de la Convención sobre Diversidad Biológica de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

El informe de 2007, que involucró a más de 1.300 científicos de 95 países, indica que cada año unos 10 millones de hectáreas de bosques del mundo se pierden por la aplicación de insostenibles mecanismos de desarrollo económico.

Gran parte de los bosques del mundo están ubicados en regiones tropicales, de gran biodiversidad.

En esos bosques, que cubren apenas siete por ciento de la superficie del planeta, se desarrollan alrededor de 80 por ciento de las especies vegetales y animales, según el informe.

Además de causar erosión costera y de reducir la productividad agrícola, el recalentamiento global también terminará matando muchas especies en las próximas décadas, advirtió este estudio.

Expertos en biodiversidad advierten que las especies vegetales y animales desaparecen ahora a un ritmo entre 100 y 1.000 veces superior al de la extinción natural.

Las estadísticas sobre la pérdida de biodiversidad sugieren que por al menos 20 por ciento de las especies de pájaros ya desaparecieron completamente y que 23 por ciento de los mamíferos, 25 por ciento de las coníferas, 32 por ciento de los anfibios y 52 por ciento de las cícadas (familia de plantas perennes similares a las palmeras y los helechos, pero no emparentadas) continúan seriamente amenazados de extinción.

Djoghlaf y los científicos involucrados en el informe coinciden en que la pérdida de biodiversidad del planeta demanda una acción urgente. De otro modo, a mediados de este siglo alrededor de un quinto de las especies vegetales del mundo pueden quedar condenadas.

En el marco del Convenio de la ONU sobre la Diversidad Biológica, firmado por 188 países, se requiere que los gobiernos den ciertos pasos que "reducirían significativamente" la pérdida de biodiversidad para 2010.

Pero varios países pobres quedarán muy relegados en la ejecución de planes para revertir la pérdida de especies, debido en parte al rápido crecimiento de la urbanización no planificada. Varios de estos países en desarrollo también son los más ricos en términos de biodiversidad.

Por ejemplo, miles de pobres rurales en India se mudan cada día a grandes ciudades donde las políticas de protección ambiental son insuficientes.

Aunque se radican en las urbes en busca de una vida mejor, muchos pobres terminan viviendo en tugurios, sin acceso a agua segura o saneamiento. Además, su demanda de alimento y energía se suma a la ya elevada de quienes ya residían en las ciudades cuando ellos llegaron.

Si la tendencia no se revierte en los próximos años, es probable que para 2050 se hayan trasladado a las ciudades de India 700 millones de pobres rurales, según los estudios de la ONU.

Con 45.000 especies vegetales y casi 90.000 de animales, India es considerada uno de los países más megadiversos del mundo. Los expertos dicen que el crecimiento continuado de su población urbana podría llevar a una enorme pérdida de biodiversidad.

Hasta ahora, el país no logró mostrar esfuerzos serios de planificación para afrontar el impacto ambiental de la urbanización.

Djoghlaf señaló que en China, Indonesia y Sudáfrica --tres países megadiversos en desarrollo-- los planificadores urbanos tampoco lograron incorporar medidas de preservación ambiental.

Pero Brasil, que cuenta con más de 56.000 especies vegetales, tomó la delantera en el establecimiento de nuevas tendencias en planificación urbana. Las autoridades de la "ciudad verde" de Curitiba demostraron que la planificación urbana puede ser amigable con el ambiente.

Los 1,8 millones de habitantes de Curitiba consumen 23 por ciento menos de combustible por persona que el promedio nacional brasileño. La ciudad tiene 16 parques, 14 bosques y unas 1.000 áreas públicas verdes.

Hace poco Curitiba exhibió ante alcaldes de todo el mundo su aporte a la agenda global sobre biodiversidad en general, y sobre planificación urbana en particular.

"Las ciudades no son el problema, son la solución", dijo a los participantes en la reunión Jamie Lerner, uno de los arquitectos involucrados en planificar el paisaje de la ciudad.

Lerner afirmó que un manejo urbano poco sólido no es el destino inevitable de las ciudades, y que urbanización y ecología pueden coexistir.

Pero, agregó, eso requiere una participación cada vez más activa de todas las partes involucradas, incluido el sector público y el privado, así como de los ciudadanos comunes.

Algunos importantes expertos ambientales sugieren que en muchas partes del mundo en desarrollo los políticos no logran planificar y ejecutar políticas ambientales sólidas porque carecen de contacto cercano con la comunidad científica.

Robert Watson, quien dirigió el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de 1996 a 2002 y ahora trabaja en el Banco Mundial, considera improbable un cambio drástico en la elaboración de políticas ambientales a menos que los expertos en cambio climático y biodiversidad tomen la iniciativa de llegar a los gobiernos.

"Por el bien del planeta, la comunidad científica que estudia la biodiversidad debe crear un modo de organización para recomendar a los gobiernos modos de frenar la potencialmente catastrófica pérdida de especies", dijo Watson.

Pero Djoghlaf cree que compartir la carga de responsabilidad también requiere que políticos y administradores locales comiencen a prestar mucha atención a la preservación de la biodiversidad, así como a convertir los pensamientos en acción.

"Las ciudades determinarán el destino de la biodiversidad que quedará en nuestro planeta. La batalla por la vida se ganará o se perderá allí", aseguró. (FIN/2007)


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