23 mayo, 2007

El imperio de la desinformación

Actualizado 3:00 A.M. (hora local)

  La Habana, miércoles 23 de mayo de 2007. Año 11 / Número 143

Periódico Granma

ARNALDO MUSA
musa.amp@granma.cip.cu

Pablo Neruda advirtió que "monopolizar cobre es malo. Monopolizar petróleo, café, barcos, trigo, peor. Monopolizar noticias es crimen".

La afirmación del poeta chileno cobra renovada vigencia. En el mundo de hoy, la desinformación está siendo controlada por intereses tan oscuros como los que movieron al magnate de la prensa neoyorquina William Randolph Hearst a llevar a cabo una campaña sensacionalista en The Journal para provocar la intervención norteamericana en Cuba y la guerra imperialista contra España en 1898.

Si al llegar al poder el presidente George W. Bush los monopolios de la información podían controlar por ley cada uno hasta el 35% de los medios de televisión en Estados Unidos, poco después, con las medidas promovidas por la Comisión Federal de Comunicaciones, llegaron a tener el 39%.

Cuatro de cada cinco mensajes emitidos y distribuidos en el planeta se producen en Estados Unidos. Allí las 10 principales corporaciones de la comunicación social facturaron el pasado año 280 000 millones en publicidad comercial.

Muy pocas personas tienen demasiado, aseveró el intelectual norteamericano Ben Bagdikian, quien alertó que un pequeño número de corporaciones privadas ejercen un control sin precedentes de la información al público: "De los 1 500 diarios en Estados Unidos, el 99% es el único de sus ciudades¼ No debemos ver las cuestiones estadísticas como simples asuntos financieros¼ Se está en posesión de un poder para cercar a cada hombre, mujer y niño con imágenes y palabras controladas para 'socializar' cada nueva generación de norteamericanos, para alterar la agenda política del país".

Sobresale el dominio de la corporación Clear Channel Comunications, la más grande a nivel mundial, con participación en los sectores de la televisión, la radio, Internet y publicidad exterior.

Solo en este último comercializa más de 80 000 espacios en 65 países del mundo. También domina en la radio, y controla totalmente 675 emisoras en Estados Unidos, donde es virtualmente intocable por las conexiones del magnate australiano, hoy ciudadano norteamericano, Rupert Murdoch, con la Casa Blanca.

No hay por qué asombrarse de que la "tierra de la libre expresión" sea la más manejada y desinformada.

Con censura, autocensura y omisiones, los estadounidenses no llegan a conocer hasta mucho después temas de interés nacional e internacional, porque algunas corporaciones temieron ver comprometidos sus intereses.

En cuanto a Murdoch, el más notorio instrumento de la desinformación, hace unos días compró el portal de juegos IGN por 650 millones de dólares en Internet, y ofertó 5 000 millones de dólares para obtener Dow Jones&Co, cuando ya maneja directa e indirectamente redes de televisión, el estudio de cine Fox, periódicos en tres continentes y la página web MySpace.

Además, News Corporation, donde Murdoch, su presidente, tiene el 47% de las acciones, fue el segundo vendedor de billetes de cine en Estados Unidos en el 2005, con 1 460 millones de dólares.

El periodista catalán Enric Sopena lo señaló como uno de los personajes con más poder en el mundo, mientras el diario francés Le Monde tituló el 11 de abril último: "El imperio de Rupert Murdoch, al servicio de la propaganda pro guerra", y citó: "¼ es dueño del 40% de la prensa británica y de tres cuartas partes de la australiana. En Estados Unidos posee el diario The New York Post, el semanario The Weekly Standard, principal foco de irradiación de la doctrina neoconservadora, y la citada Fox News, de creciente audiencia". No hablemos de la CNN y otros medios. Son verdaderos oligopolios.


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