15 mayo, 2007

Los efectos del cambio climático en la salud humana

Actualizado 3:00 A.M. (hora local)

  La Habana, martes 15 de mayo de 2007. Año 11 / Número 135

Periódico Granma

En agosto pasado, en la isla de Córcega, en el Mediterráneo, un hombre de 59 años presentaba fiebre y dolor de estómago. El diagnóstico sorprendió a los doctores de la localidad y envió una señal de advertencia a la comunidad médica mundial: había contraído malaria.

La ola de calor en Europa hace cuatro años causó miles de muertes.

El cuadro del paciente no respondía a ninguna de las explicaciones usuales para el escaso número de casos de malaria que se reportan cada año en Europa, de donde la enfermedad fue erradicada hace décadas.

Ante lo que parecía el primer caso de malaria "autóctona" en Córcega en 35 años, los investigadores señalaron que el paciente contrajo la enfermedad por medio de alguno de los mosquitos transmisores que se han restablecido en la región. Se cree que el insecto transmitió la enfermedad de otro hombre que había sido infectado en Madagascar.

Las secuelas de las inundaciones
son impredecibles.

La atención se ha concentrado recientemente en las graves repercusiones ambientales del calentamiento global; sin embargo, el incidente en Córcega puso de relieve las preocupantes implicaciones médicas del fenómeno.

"La salud se está convirtiendo en un tema central en el debate sobre el calentamiento global", señala Diarmid Campbell-Lendrum, del programa sobre cambio climático, salud pública y medio ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS). "Ya no se trata solo de un problema ecológico, sino de una amenaza a la vida y a los medios de subsistencia de la gente".

ADVERTENCIAS

Los casos de malaria
se multiplicarán.

A principios de abril el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático dio a conocer en un informe que "es probable que los riesgos asociados con el previsible cambio climático afecten el estado de salud de millones de personas".

En las próximas décadas, el calentamiento global agravará la desnutrición e incrementará el número de muertes, enfermedades y lesiones provocadas por ondas de calor, inundaciones, tormentas, incendios y sequías. Asimismo, ocasionará una mayor incidencia de enfermedades diarreicas y problemas cardiorrespiratorios vinculados con el aumento de los niveles de ozono, así como cambios en los patrones de propagación de enfermedades infecciosas.

Cálculos elaborados por Tony McMichael, de la Universidad Nacional de Australia, señalan que los efectos del cambio climático ya están presentes. El investigador afirma que el aumento de la temperatura global observado desde la década de los setenta ocasionó que el número anual de fallecimientos se incrementara en 166 000 y que cada año se perdieran 5,5 millones de años de vida por discapacidad.

Jonathan Patz, director del Centro Global de Salud Ambiental de la Universidad de Wisconsin, en Madison, dice que estas estadísticas son "extremadamente conservadoras", porque "el cambio climático es una de las mayores amenazas a la salud pública, pues nos afecta de muchas formas".

Durante mucho tiempo los científicos han señalado que el impacto más grave del cambio climático y de sus efectos en la salud se observará en los países más pobres(¼ ). Sin embargo, Campbell-Lendrum afirma que hechos recientes han mostrado que los países desarrollados también son vulnerables. Por ejemplo, la ola de calor del 2003 en Europa causó más de 35 000 muertes prematuras; solo en territorio galo hubo 14 000 víctimas.

Las inundaciones y las olas de calor tienen efectos impredecibles, tanto en países pobres como ricos. Mientras, las enfermedades del mundo en desarrollo se propagan con mayor amplitud. La malaria, que prolifera si los mosquitos tienen temperaturas cálidas y agua estancada para reproducirse, ha reaparecido en países limítrofes con Europa, entre ellos Azerbaiyán, Georgia y Turquía, de donde había sido erradicada después de la Segunda Guerra Mundial.

Un estudio realizado el año pasado en el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades advertía que la Unión Europea estaba expuesta a la fiebre de chikungunia, una infección transmitida por mosquitos que provoca dolor de articulaciones y que ha afectado a India y a la isla de La Reunión, en el Pacífico. La enfermedad de Lyme o borreliosis y la encefalitis —transmitida por garrapatas transportadas por roedores que se reproducen rápidamente en regiones templadas después de inviernos húmedos— han llegado a zonas altas como Suecia.

En los países en desarrollo se agravarán principalmente la desnutrición y las enfermedades causadas por la escasez y la contaminación del agua. Estudios realizados en Europa señalan que por cada grado centígrado que aumente la temperatura, los casos de salmonelosis por ingestión de alimentos se incrementarán entre 5% y 10%.

La propagación de enfermedades infecciosas ha motivado a las compañías a realizar investigaciones en áreas que habían estado abandonadas por ofrecer pocas perspectivas de negocio.

En vista del escaso interés en desarrollar medicamentos y vacunas, y de la incertidumbre de los científicos sobre los efectos locales del calentamiento global, parecería difícil esbozar políticas públicas. Pero Bettina Menne, del Centro Europeo para el Ambiente y la Salud de la OMS, afirma: "Demandamos medidas de mitigación que beneficien la salud de la gente".

(Fragmentos del artículo de Economist Intelligence Unit tomado de La Jornada)

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