26 octubre, 2007

Partes esenciales del discurso de Bush sobre Cuba en el Departamento de Estado

Buenos Días* (*lo dijo en español).

Me complace estar de nuevo en el Departamento de Estado. Aprecio la labor que se realiza aquí. Cada día los hombres y las mujeres de este departamento fungen como emisarios de América al mundo. Cada día ustedes ayudan a nuestro país a responder a los agresores y a llevar la paz a tierras agitadas. Cada día ustedes promueven la misión de nuestro país en apoyo de los derechos humanos fundamentales de millones de personas a los que les son negados.

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Señora Secretaria, muchas gracias por sus palabras introductorias. Me complace estar con usted y con el Embajador Negroponte y con todos los que trabajan aquí. Gracias por la hospitalidad. Me complace estar aquí junto a nuestro Secretario de Comercio, el Secretario Carlos Gutiérrez —nacido en Cuba. Agradezco a otros miembros de mi administración que se encuentran aquí.

Quiero agradecer en particular a los miembros del Congreso que se han unido a nosotros: al Senador Mel Martínez, nacido en Cuba; a la Congresista Ileana Ros-Lehtinen, nacida en Cuba; a Lincoln Díaz-Balart, nacido en Cuba; y a su hermanito* (lo dijo en español) Mario Díaz-Balart. Quiero agradecer a Chris Smith, congresista de Jersey, por sumarse a nosotros; a Thaddeus McCotter, de Michigan; a Debbie Wasserman Schultz, de la Florida; así como a Tim Mahone, de la Florida. Les agradezco su presencia aquí.

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Los gobernantes de Cuba prometieron la libertad individual. En cambio, negaron a sus ciudadanos los derechos fundamentales que el mundo libre da por sentados. En Cuba es ilegal cambiar de trabajo, cambiar de casa, viajar al extranjero, y leer libros o revistas sin la aprobación expresa del Estado.

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Los gobernantes de Cuba prometieron libertad de prensa. En cambio, cerraron los periódicos y las estaciones de radio y televisión privados. Han encarcelado y golpeado a periodistas, allanado sus hogares, y confiscado sus materiales como papel, tinta y equipos de fax. Un periodista cubano pidió una cosa a extranjeros que lo visitaron: una pluma. Otro usa betún como tinta para la cinta de su máquina de escribir.

Los gobernantes de Cuba prometieron "respeto absoluto por los derechos humanos". En cambio, han ofrecido a los cubanos cárceles infestadas de ratas y un Estado policial.

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Se encuentran aquí con nosotros familiares de presos políticos en Cuba. Les pedí que vinieran porque quiero que nuestros conciudadanos vean los rostros de los que sufren como resultado de las violaciones de los derechos humanos en la Isla ubicada a unas 90 millas de nuestras costas.

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Ha llegado el momento de apoyar a los crecientes movimientos democráticos de la Isla. Ha llegado el momento de apoyar al pueblo cubano que se levanta en su exigencia de libertad. Y ahora es el momento para que el mundo deje a un lado sus diferencias y se prepare para la transición en Cuba hacia un futuro de libertad y progreso y promesas. Los disidentes de hoy serán los líderes del mañana de esa nación, y cuando al fin llegue la libertad, seguramente recordarán a aquellos que se mantuvieron a su lado.

La República Checa y Hungría y Polonia han sido fuentes vitales de apoyo y aliento para la valerosa oposición democrática en Cuba. Pido a otras naciones que sigan su ejemplo. Todas las naciones pueden realizar esfuerzos tangibles a fin de apoyar públicamente a los que desean libertad para la Isla.

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Aquí en los Estados Unidos podemos hacer mucho más también. El Congreso de los Estados Unidos recientemente votó a favor de fondos adicionales dirigidos a apoyar los esfuerzos por el establecimiento de una democracia en Cuba. Doy las gracias a todos por su buen trabajo en este aspecto —y los insto a que me envíen el proyecto de ley tan pronto sea posible. También insto a nuestro Congreso a que dé muestras de su apoyo y solidaridad a favor de un cambio fundamental en Cuba al mantener nuestro embargo sobre la dictadura hasta que se produzca el cambio.

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El régimen cubano utiliza el embargo de los Estados Unidos como chivo expiatorio de todos los suplicios que padece Cuba. Sin embargo, desde hace mucho tiempo los presidentes de ambos partidos políticos han comprendido que la fuente del sufrimiento de Cuba no es el embargo, sino el sistema comunista. Saben que comerciar con el gobierno cubano no ayudaría al pueblo cubano hasta tanto no se produzcan cambios fundamentales en la política de Cuba y en su sistema económico. Por el contrario, comerciar con Cuba solamente enriquecería a las élites en el poder a la vez que afianzaría su control. Mientras el régimen mantenga su monopolio sobre la vida económica y política del pueblo cubano los Estados Unidos mantendrán el bloqueo. (Aplausos).

Los Estados Unidos saben lo mucho que sufre el pueblo cubano —y no nos hemos mantenido con los brazos cruzados. A través de los años hemos concedido asilo a cientos de miles de personas que han huido de la represión y de la miseria impuestos por el régimen. Hemos congregado a las naciones para que defiendan la causa de la libertad cubana y continuaremos haciéndolo. Solamente el año pasado, autorizamos a organizaciones y a ciudadanos privados a suministrar alimentos y medicinas y otras formas de asistencia por un monto superior a los 270 millones de dólares. El pueblo americano, el pueblo de esta tierra generosa, es el mayor suministrador de ayuda humanitaria al pueblo cubano en todo el mundo.

La ayuda que les damos va directamente a manos del pueblo cubano en lugar de a las arcas de los líderes cubanos. En esto realmente radica nuestra política: romper el control absoluto que el régimen mantiene sobre los recursos materiales que el pueblo cubano necesita para vivir y para prosperar y para tener una esperanza.

Y a fin de ampliar estos esfuerzos, los Estados Unidos están dispuestos a adoptar nuevas medidas para ayudar directamente al pueblo cubano en estos momentos —pero solamente si el régimen cubano, la clase gobernante, se quita del medio.

Por ejemplo —aquí les presento una idea interesante para ayudar al pueblo cubano— el gobierno de los Estados Unidos está dispuesto a conceder licencias a organizaciones no gubernamentales y a grupos religiosos para que suministren al pueblo cubano computadoras y acceso a Internet —si los gobernantes cubanos ponen fin a sus restricciones que prohíben que el pueblo tenga acceso a Internet.

Los Estados Unidos están dispuestos a invitar a jóvenes cubanos cuyas familias sufren opresión a formar parte de programas de becas para jóvenes latinoamericanos (Partnership for Latin American Youth Scholarship Programs) para que puedan acceder por igual a mayores oportunidades educativas —si los gobernantes cubanos les permiten participar libremente.

Hacemos esta oferta al pueblo de Cuba –-y esperamos que sus gobernantes le permitan aceptarlas. Como ustedes conocen, anteriormente hicimos ofertas similares —pero fueron rechazadas por el régimen. Es una triste lección, aunque debiera ser una lección vívida de la cual debiéramos aprender todos, a saber, que es más importante para la clase gobernante de Cuba mantener las riendas del poder que el bienestar de su pueblo.

Las condiciones de vida de los cubanos no mejorarán bajo el actual sistema de gobierno. Ni tampoco mejorará cambiando a un dictador por otro. No mejorará si buscamos coexistir con una nueva tiranía en aras de la "estabilidad". (Aplausos). América no insuflará oxígeno a un régimen criminal que explota a su propio pueblo. No vamos a apoyar el viejo régimen con nuevas caras. El viejo sistema mantenido con nuevas cadenas. La palabra clave en nuestros tratos en el futuro con Cuba no será estabilidad. La palabra clave es libertad. (Aplausos).

Es en este espíritu que hoy anuncio una nueva iniciativa para desarrollar un multibillonario Fondo Internacional para la Libertad de Cuba (Freedom Fund for Cuba). Este fondo ayudaría al pueblo cubano a reconstruir su economía y realizar la transición hacia la democracia. He solicitado a dos miembros de mi gabinete que encabecen este esfuerzo —a la secretaria Rice y al secretario Gutiérrez. Ellos van a recabar el apoyo de los gobiernos extranjeros y de las organizaciones internacionales que deseen contribuir con esta iniciativa.

El fondo funcionaría de este modo: el gobierno cubano debe demostrar que respeta, de palabra y de hecho, las libertades fundamentales. Ello incluye la libertad de expresión, la libertad de asociación, la libertad de prensa, la libertad de crear partidos políticos, y la libertad de cambiar el gobierno mediante elecciones multipartidistas periódicas. Y una vez que se hayan concedido estas libertades, el fondo daría a los cubanos —especialmente a los empresarios cubanos— acceso a los préstamos, subsidios y alivio de la deuda para reconstruir su país. (Aplausos).

El reestablecimiento de estas libertades básicas es la base de unas elecciones justas, libres y competitivas. Sin estas protecciones fundamentales las elecciones solo serían un ejercicio cínico que daría a las dictaduras una legitimidad que no merecen.

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En estos momentos mis palabras son transmitidas a Cuba en vivo por los medios de comunicación del mundo libre —incluidos Radio y TV Martí. A aquellos cubanos que me escuchan, quizás exponiéndose a grandes riesgos, quisiera dirigirme a ustedes directamente.

Algunos de ustedes son miembros de los cuerpos militares cubanos o de la policía o funcionarios del gobierno. Tal vez ustedes una vez creyeron en la Revolución. Ahora ustedes se han percatado de su fracaso. Cuando los cubanos se alcen para exigir la libertad que ellos merecen, ustedes tendrán que tomar una decisión. ¿Acaso van a defender un orden deshonrado y moribundo recurriendo a la fuerza contra su propio pueblo o van a defender el deseo de su pueblo por un cambio? Existe un lugar para ustedes en una Cuba libre. Ustedes pueden compartir la esperanza que se evoca en esa canción que se ha convertido en un grito de reunificación para todos los cubanos amantes de la libertad, tanto dentro como fuera de la Isla: Nuestro Día Ya Viene Llegando * (lo dijo en inglés y en español).

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A los niños de Cuba: ustedes tienen muchas cosas en común con los jóvenes de los Estados Unidos. Ambos sueñan con futuros esperanzadores, y ambos tienen el optimismo para hacer que esos sueños se hagan realidad. No crean las trasnochadas mentiras que se les dicen sobre América. No queremos nada de ustedes, salvo darles la bienvenida a la esperanza y la dicha de la libertad. No teman al futuro. Su día ya viene llegando* (lo dijo en español y luego en inglés). (Aplausos.)

Hasta que llegue ese día, ustedes y su sufrimiento jamás están lejos de nuestros corazones y nuestras plegarias. El pueblo americano se preocupa por ustedes. Y en espera de que podamos estar juntos como hombres y mujeres libres, los dejo con una esperanza, un sueño, y una misión: Viva Cuba Libre* (lo dijo en español) (Aplausos.)

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