27/03/2007 - 21:31
IBLNEWS, AGENCIAS
El trovador cubano Faustino Oramas, conocido popularmente por el sobrenombre de "El Guayabero", como una de sus canciones, falleció hoy de un cáncer de hígado a los 95 años de edad, en su ciudad natal, la oriental Holguín.
Oramas era el músico en activo más viejo de Cuba y creador de "Cómo baila Marieta" y "Trigueñita del alma", sus canciones más populares.
Fue un juglar itinerante que cultivó un estilo musical con textos tocados por el humor, la sensualidad y el picante.
Se le considera el heredero de los cantadores del antiguo teatro bufo popular y callejero, dotado de un espíritu satírico de una gracia peculiar para el público.
Nacido en la ciudad de Holguín, el 4 de junio de 1911, "El Guayabero" se relacionó con la música desde los 15 años, cuando tocaba de oído las maracas en el septeto "La Tropical", y comenzó a componer en la década de los años cuarenta.
Su nombre artístico se lo debe a un bar del mismo nombre en el que fue protagonista de una trifulca en los años veinte y a partir de entonces incluyó en el estribillo de una canción "En Guayabero mamá, me quieren dar..." y se le quedó para toda su vida.
Fue un músico autodidacta que devino en un cronista de sociedad que tomó como fuente de inspiración para sus composiciones todas las cosas importantes que vio o le sucedieron en su larga vida, el modo de ser del cubano, su picardía congénita y su humor corrosivo y vital.
En su opinión, "entre la gente sucede todo lo necesario como para escribir miles de canciones".
Su instrumento predilecto era "el tres", una guitarra de tres cuerdas con la que animaba las rimas traídas del mundo campesino con un diseño melódico muy particular e imaginativo.
A Faustino Oramas se le considera el último representante de aquella generación de soneros que transmitieron a su obra la idiosincrasia del cubano.
Como narraciones cotidianas, las canciones de "El Guayabero" cuentan los sucesos más impensados aderezados con los ritmos de la música tradicional y rústica de la cual quedan en el país unos pocos cultivadores.
Su música se mantuvo fiel a sus raíces autóctonas desde los quince años cuando se inició en un septeto apegado al son tradicional nacido en la región oriental de la isla.
Sus composiciones, como él mismo decía, sólo llevan implícito el doble sentido que cada cual imagina a su manera.
"Me gusta que el público se divierta, pero mi intención siempre es seria", solía decir el llamado "Rey del doble sentido" en Cuba.
Fue galardonado con el Premio Nacional del Humor en 2002, por la obra de toda una vida, la distinción "Félix Varela", por la cultura nacional y el Hacha y el Escudo de la Ciudad de Holguín, donde funciona la Casa de la Trova que lleva su nombre, con una programación dedicada a la trova tradicional cubana.
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