Mientras Estados Unidos acumula déficit y los expertos pronostican un peligroso agravamiento de la crisis presupuestaria, el fiasco de Radio y TV Martí, que ni se escuchan ni se ven, ya superó los 500 millones de dólares del dinero del contribuyente.
Desde su creación en 1985, el Office of Cuba Broadcasting (OCB) —el barco madre de Radio y TV Martí— ha constituido un mecanismo de corrupción al cual no son ajenos varios políticos, como tendrá que constatar la comisión del Congreso que debe investigar próximamente a esa filial de la Voz de América por iniciativa de los representantes Bill Delahunt y Jeff Flake.
Un reporte publicado hace un año por el Consejo de Asuntos Hemisféricos (COHA), un tanque pensante basado en Washington, señalaba cómo varios intentos de reducir los suntuosos presupuestos de la OCB chocaron contra las "estruendosas recriminaciones y hasta las amenazas abiertas de los políticos letales de Miami" encabezados por los hermanos Díaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen.
Los accesos de rabia del trío de politiqueros no son ociosos, responden a una "brillante estrategia" basada en las contribuciones que reciben, analiza COHA.
"Por medio de un proceso alquímico, cientos de miles de dólares en contribuciones privadas de campaña a la Casa Blanca y a miembros del Congreso, son convertidos luego en cientos de millones de dólares de fondos públicos para programas aprobados por el Congreso que se usan para financiar a grupos anticastristas", afirma.
Así fue también como, cuando el corrupto Salvador Lew renunció a su puesto de director de la OCB después de innumerables denuncias de actos de corrupción, su padrino George W. Bush escogió para reemplazarlo a Pedro Roig, el actual director, tan o más corrupto que su predecesor.
SOCIO DE MAS, "EL GATO" Y POSADA
Para conseguir el puesto, pagado con 132 000 dólares al año, Pedro Roig no tenía mucho que ofrecer aparte de sus lazos con Jorge Mas Canosa, presidente fundador de la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA) y de Radio Martí, a quien George Bush (padre) siempre apadrinó por su pasado con la CIA.
A principios de la década del 60, Roig y Mas se habían entrenado para la guerra sucia en las instalaciones secretas de la Operación 40, en Fort Benning, con Luis Posada Carriles, el terrorista internacional, y Félix "El Gato" Rodríguez Mendigutía, el oficial CIA que ordenara el asesinato del Che.
Un sondeo hecho a solicitud del propio Gobierno de EE.UU., reveló hace unos meses que la audiencia de la Radio Martí en Cuba era la más baja de su historia. En cuanto a TV Martí, el propio Salvador Lew reconocía ya, años atrás, que está virtualmente "fuera del aire".
Sin embargo, el colmo fue revelado recientemente por el diario The Chicago Tribune: Lew sigue en la lista de los miembros de la junta directiva de la OCB¼
Por su parte, Luis Zúñiga Rey, directivo del llamado Consejo por la Libertad de Cuba (CLC) y amigo personal de George W. Bush, recibe anualmente 100 000 dólares como miembro de este mismo órgano fantasma.
El periódico de Chicago contó cómo Pedro Roig ha contratado al sobrino de su esposa como jefe de personal, mientras paga a un ex cliente suyo como guionista de un show humorístico.
Mientras tanto, el disparate del año, en el 2006, fue la compra de un avión militar EC-130 por 10 millones de dólares, cuya sola función fue confirmar la invisibilidad de la mal llamada TV Martí.
Este año, fueron asignados 182 500 dólares para Radio Mambí y otros 195 000 a Azteca América, para la difusión de una programación anticubana en esas moribundas estaciones. Ambas empresas, por supuesto, están vinculadas a miembros de la mafia miamense.
Simultáneamente, "El Chema" Miranda, quien fue director de programas de TV Martí hasta noviembre último, confesaba ante un tribunal criminal de Miami haber recibido 112 000 dólares en sobornos de una firma productora que él mismo contrataba.
No obstante, el director de la Oficina de Radiocomunicaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, Fabio Leite, declaró inadmisibles las transmisiones ilegales de radio y televisión desde Estados Unidos contra Cuba.
Entretanto, se prevé que Radio y TV Martí y su red de socios recibirán 37 millones de dólares este año. A menos que la comisión Delahunt-Flake consiga desenmascararla como refugio de mafiosos ante sus colegas del Congreso.
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