09 septiembre, 2007

Preocupante situación de Bolivia

La Estrella de Arica - Noticias del Día
Sábado 8 de septiembre de 2007


Analistas y cancillerías miran este desenvolvimiento con inquietud. Ante la aparente imposibilidad de un diálogo pacífico entre los grupos y etnias, algunos llegan incluso a temer una eventual "explosión" de Bolivia

Nuevamente la situación interna de Bolivia preocupa a los restantes países de esta parte de América del Sur y especialmente a este extremo norte de Chile.

En la profunda división que existe en ella, lo político se entremezcla con insalvables incompatibilidades de intereses económicos y regionalistas. Hace pocos días, una paralización convocada por organizaciones civiles de los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija, Chuquisaca y Cochabamba contra el Presidente Morales, por no aceptar éste el traslado de la sede del gobierno de La Paz a Sucre, entre otras causas, originó violentos choques entre manifestantes oficialistas y opositores. Similares enfrentamientos se habían producido a comienzos de este año.

Las poderosas regiones del oriente del país vienen exigiendo mayor autonomía hace mucho, pero esta vez se manifestaron derechamente por la secesión. Sindicatos, federaciones y comunidades representados por el Comité Cívico declararon que el paro fue sólo el prólogo de nuevas movilizaciones. El opositor gobernador de Cochabamba, Manfred Reyes, teme una guerra civil y estima que lo allí ocurrido "es el inicio". El jueves un estallido de violencia promovido por universitarios paralizó a la Asamblea Constituyente, que poco antes había recibido un ultimátum si no anula el retiro de la capitalidad plena para Sucre. Esta crisis ha alcanzado al partido oficialista: el prefecto del departamento de Chuquisaca, militante del MAS, pero que apoyaba las demandas de Sucre, renunció a su cargo por desacuerdos con el gobierno, motivados por los enfrentamientos en su región y por el anuncio del Vicepresidente Linera de que enviaría 100 mil campesinos para someter a la población.

Analistas y cancillerías miran este desenvolvimiento con inquietud. Ante la aparente imposibilidad de un diálogo pacífico entre los grupos y etnias, algunos llegan incluso a temer una eventual "explosión" de Bolivia, lo que alteraría los equilibrios continentales que se mantuvieron más o menos inmodificados durante el siglo XX.

Interesa a Chile la más pronta recuperación de la normalidad en Bolivia, pero las perspectivas se ven complejas y difíciles.
Preocupante lo que acontece en el vecino país, especialmente en esta nueva Región de Arica y Parinacota, donde parte de nuestras expectativas de desarrollo se cifran en la integración con ellos, pero cuadros de inestabilidad política como el reseñado no hacer ser muy optimistas.

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