Argentina y Brasil arrasaron con los premios en el 28 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano entregados en la noche del viernes en el teatro Karl Marx de la capital cubana.
"El cielo de Suely", largometraje brasileño de ficción dirigido por Karim Ainouz, obtuvo el Gran Premio Coral, máximo galardón que otorga el festival, además de lograr el Coral a la mejor actuación femenina.
La actriz brasileña Hermila Guedes recogió los dos galardones, "me siento muy feliz. Son dos premios muy importantes, a la mejor película y a mi papel como actriz, es muy estimulante", dijo a la BBC.
Brasil también se alzó con la distinción especial del jurado en la categoría de documentales entregada a Eduardo Coutinho por "El fin y el principio", además de una mención a "Los restos y soledades", de Petrus Cariry.
En tanto, el cine argentino logró los premios al mejor director y al mejor actor, concedidos a Rodrigo Moreno y Julio Chávez respectivamente por el film "El Custodio", la historia del guardaespaldas de un ministro al que nadie quiere matar.
Realidad variable
"La realidad en el continente es variable, el gran problema del cine argentino es la exhibición", explicó Moreno a la BBC y agregó que "es un embudo donde se produce mucho pero hay pocos lugares para exhibirlo".
"El Festival de Cine de La Habana es como un punto de encuentro de todos los realizadores, es un lugar donde te encuentras con pares tuyos del resto del continente y eso siempre es bueno", dijo Moreno.
El director se mostró asombrado con el público cubano.
"Asumen las películas como si fueran hechos de la vida real, en cuanto al diálogo que mantienen con la pantalla, gritan si no les gusta y si les gusta lo demuestran también", señaló Moreno.
Efectivamente, los cubanos son verdaderos amantes del cine: durante los 15 días que duro el Festival pasaron por las diferentes salas más de 100 mil personas, a pesar de lo cual muchos creen que el público fue menor que otros años.
Asistencia irregular
"Eso dice la gente pero yo creo que no", indicó a la BBC Iván Girau, presidente del Festival, y explicó que "desde antes de comenzar el evento ya estaba todo vendido, vendimos 15 mil pasaportes de 15 entradas cada uno".
Sin embargo, reconoció que las salas apartadas del centro de la ciudad muchas veces no se llenaban y recordó que también hubo muchos días de lluvia, lo cual conspiró contra la asistencia masiva.
"He podido ver pocas películas por los estudios", dijo a la BBC Pedro Velásquez, mientras que su amigo, Pedro Morales, confesó que sólo había visto cuatro films, también por falta de tiempo para ir al cine.
Giselle Puppo se quejó de no poder "ir ni una sola vez al cine por mi trabajo, a pesar de ser una amante del cine".
Sin embargo todos coincidieron en que el festival fue un éxito como otros años.
Cine para reflexionar
"Considero que ha sido muy bueno, hay películas muy interesantes que nos dan la posibilidad de reflexionar, como la argentina Las Manos, un film que me impresionó mucho", comentó Vivian Rossel.
"Es una fiesta, es la posibilidad de venir y ver otro tipo de cine", explicó Rossel, comprensible si se tiene en cuenta que la mayor parte del año los cubanos sólo tienen acceso al cine de Estados Unidos.
Tanto la televisión como los cines pasan muchas películas estadounidenses porque pueden hacerlo sin necesidad de pagar derechos de autor, una de las pocas ventajas del embargo económico de Washington contra la isla.
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