Exhorta Raúl a los universitarios a continuar en la primera fila de la defensa de la Revolución
María Julia Mayoral y Katia Siberia García
ma.julia@granma.cip.cu
Este es un Congreso como para hacer historia, si somos capaces de darle continuidad y cumplir lo que hemos acordado, aseguró ayer el general de ejército Raúl Castro Ruz, Segundo Secretario del Partido, al evaluar el VII Congreso de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), finalizado ayer en el Palacio de las Convenciones.
El Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros consideró igualmente que el foro estudiantil puede catalogarse como el mejor de los celebrados hasta el momento, por el contenido y la profundidad de sus debates, y el momento histórico en que se ha realizado.
Digo histórico, comentó Raúl, porque nosotros (la generación que logró el triunfo de la Revolución) estamos terminando el cumplimiento de nuestro deber y hay que seguir abriéndole paso a las nuevas generaciones paulatinamente. Es histórico, recalcó, porque el Congreso tuvo como plataforma de discusión el discurso del Comandante en Jefe, pronunciado el 17 de noviembre del 2005 en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, en el cual Fidel dio un campanazo de alerta sobre el futuro de la Revolución en un mundo tan convulso y complejo como el actual.
Raúl exhortó a los universitarios a desarrollar sin temores el ejercicio del debate, el análisis y la discrepancia, pues de la discusión oportuna, en el lugar adecuado y con formas correctas, siempre saldrán las mejores decisiones.
El Ministro de las FAR contó que por su experiencia personal puede dar fe de la importancia de promover esa actitud ante la vida. El primer principio de la construcción de unas fuerzas armadas, dijo, es el mando único; pero eso no significa que no se pueda discutir. Siempre digo, discutan hasta la saciedad y después tráiganme las discrepancias; así es que vamos conformando las decisiones, y estoy hablando de grandes decisiones, indicó.
Con su habitual jovialidad, Raúl también compartió con los jóvenes anécdotas de la infancia junto a sus hermanos Ramón y Fidel, y prometió a los reunidos que no haría ni un discurso ni una extensa intervención como los que suele hacer el Comandante en Jefe, pues Fidel es insustituible. Salvo que lo sustituyamos todos juntos, cada uno en su lugar, cumpliendo su tarea concreta. El sustituto de Fidel, sentenció, solo lo puede ser el Partido Comunista de Cuba.
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