26 diciembre, 2006

Japón se suma al rearme nuclear

25/12/2006 - 21:13
IBLNEWS, AGENCIAS


Japón se suma al rearme nuclear

El Ejecutivo japonés estudia desarrollar cabezas nucleares, según informó hoy el diario nipón Sankei, citando un documento oficial del Interior titulado "Sobre la posibilidad de desarrollar armas nucleares nacionales", que data del 20 de septiembre.

Mientras, el principal portavoz del Gobierno japonés, Yasuhisa Shiozaki, rechazó la existencia de tal informe. "El Gobierno no tiene conciencia de tal documento", subrayó en la habitual conferencia de prensa.

Asimismo, el diario Sankei informó de que varios expertos de distintos organismos gubernamentales concluyeron que sería imposible que Japón desarrollara armas nucleares en el próximo año y sucesivo, ya que, según los expertos, harían falta entre tres y cinco años para desarrollar una cabeza nuclear prototipo.

Por su parte, los expertos estimaron que Japón necesitaría hacer una inversión que oscila entre los 200.000 millones de yuanes (1.680 millones de dólares estadounidenses y 1.270 millones de euros) y los 300.000 millones de yuanes (2.520 millones de dólares y 1.910 millones de euros), además de movilizar varios cientos de ingenieros necesarios para diseñar y fabricar una cabeza nuclear prototipo, según Sankei.

Siendo el único país que ha sido atacado con armas nucleares, Japón se pronunció en contra de la tenencia y fabricación de armas nucleares durante décadas, y además su política de gobierno rechaza permitir la introducción de tales armas en Japón.

Sin embargo, a raíz de la primera prueba nuclear ejecutada por Corea del Norte el pasado 9 de octubre y el temor por que se desate una auténtica carrera armamentística en la región, varios políticos destacados sugieren que Japón, al menos, debata la posibilidad de hacerse con este tipo de armamento nuclear.

El Ejecutivo que dirige el primer ministro, Shinzo Abe, subrayó que la Constitución pacifista nipona no prohíbe al país dotarse de armas nucleares como medida de autodefensa, pero hizo hincapié en que Japón seguirá manteniendo una política prohibitiva respecto a tales armas.

Por otra parte, las grandes reservas de plutonio japonesas procedentes de las centrales nucleares, despiertan el miedo en la comunidad internacional, que teme que éstos arsenales radioactivos puedan ser objeto de ataques terroristas y, en el futuro, como materia prima en la fabricación de bombas nucleares.

Patriotismo y Defensa

La reforma de la Ley de Defensa, aprobada (a diferencia de la de Educación) sin apenas oposición parlamentaria, por la preocupación que genera en Japón la amenaza norcoreana, establece que, a partir de enero de 2007, el director general de la Agencia Nacional de Defensa, Fumio Kyuma, se convierta en ministro, aunque el Ejército seguirá llamándose Fuerzas de Autodefensa.

Y lo más importante. El Gobierno ya no necesitará ninguna ley especial para enviar militares a zonas de conflicto en el exterior, como ocurrió en los casos de la misión humanitaria en Irak o de apoyo logístico en Afganistán. El cambio implica, en cierta forma, el principio del fin del estatus japonés nacido tras la victoria aliada en 1945 y un distanciamiento de la impronta pacifista de su Constitución, redactada por EE UU.

También podría ser el primer paso de un cambio en el equilibrio de poder en el Este asiático, reforzando el papel de Tokio en su respaldo a EE UU (que cuenta con 50.000 soldados desplegados en Japón) en la defensa de Taiwan, en caso de una agresión china.

"Es natural que dispongamos nuevamente de un Ministerio de Defensa, porque ya lo teníamos hace 60 años y porque Japón debe contar con ejército propio. Es un error que nuestra autodefensa dependa aún de EE UU, lo que estuvo justificado en los primeros 10 años de posguerra. Esto ha perdido sentido desde que somos la segunda potencia económica", afirma Reinosuke Hara, líder destacado de la industria japonesa.

Respecto a la introducción del patriotismo en las escuelas, Hara señala que "en EE UU cantar el himno nacional acompañado del gesto de llevarse la mano al corazón es una tradición arraigada y presente en la vida diaria", y no por ello se considera nacionalistas a los estadounidenses. Hara añade que "el amor a la patria, al himno y a la bandera es positivo", pero "no lo es que el texto de la enmienda legal no mencione que ello debe ser compatible con el respeto a la comunidad internacional

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