2005 registró la cifra más alta de afectados por desastres naturales en todo el mundo
J. A. AUNIÓN - Madrid - 21/12/2006
Los desastres naturales afectaron el año pasado a más de 157 millones de personas, unas cifras sin parangón hasta el momento. La acción del hombre sobre el planeta (el cambio climático, la deforestación, la mala gestión del agua...) es la causa principal del incremento, según el informe sobre la ayuda humanitaria en 2005 presentado ayer en Madrid por Médicos sin Fronteras y el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Ayuda Humanitaria.
El equivalente a más de tres veces toda la población española sufrió el año pasado un desastre natural. Si se contara además el maremoto que arrasó las costas del sureste asiático los últimos días de 2004, cuyos efectos se prolongaron durante todo 2005, habría que sumarle a esa cifra otros 2,4 millones de afectados, además de 226.000 muertos. "El calentamiento climático, el acelerado proceso de urbanización (especialmente en las zonas costeras), la deforestación, el empleo de prácticas agrícolas y ganaderas extensivas, la mala gestión de las cuencas hidrográficas y de los recursos hídricos en general..., entre otras muchas variables de origen humano, están incidiendo de modo directo en la magnitud de los desastres", señala el informe.
Los huracanes fueron especialmente duros en 2005 en Centroamérica y el Caribe: Stan, Beta o Gamma, además del Katrina en EE UU y causaron tres veces más muertos en 2004. El de muertos en terremotos -uno de los más graves fue el ocurrido en Pakistán- se multiplicó por 86. Y la cifra de afectados por sequía, que atacó con más fuerza en África, se dobló. Todo ello, teniendo en cuenta que entre 2000 y 2004, los desastres afectaron a un 33% más de personas que entre 1995 y 1999.
La respuesta a estas emergencias ha puesto de manifiesto, según el informe, las carencias del sistema. "La ayuda a veces parece más orientada por criterios políticos o de popularidad mediática que por las necesidades reales de las poblaciones", aseguró Aitor Zabalgogeazkoa, director general de Médicos sin Fronteras España. El maremoto logró recaudar casi 10.000 millones de euros, mientras otros desastres como la sequía en Somalia sólo recaudó unos 68 millones de euros, y conflictos armados como el de Darfur (Somalia) apenas han captado el interés del público. El informe subraya la necesidad de flexibilizar el destino de los fondos -que las ONG puedan distribuirlos en función de las necesidades, eso sí, mejorando los sistemas de rendición de cuentas- y de que los países y los organismos internacionales se coordinen para dividir y optimizar los esfuerzos.
España destinó el año pasado 108 millones de euros a la ayuda humanitaria, el doble que 2004. Las principales críticas del estudio a este trabajo es la falta de eficacia de algunas acciones -como los 8 millones de euros que costó mandar el buque Galicia para atender al tsunami, que llegó un mes y medio después de la catástrofe-, y la forma en que se usa al ejército en misiones humanitarias -el gasto del Ministerio de Defensa ha pasado de 934.000 euros en 2004 a 24 millones en 2005. "El uso de las Fuerzas Armadas es legítimo, pero según las directrices de Oslo, que España firmó, debe ser el último recurso y la parte humanitaria siempre debe estar bajo control civil", aseguró Francisco Rey, coordinador del informe. "Es muy serio. El hecho de que haya militares disparando por las mañanas y repartiendo comida por las tardes nos pone en peligro a los cooperantes", se quejó Aitor Zabalgogeazkoa.
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