12 octubre, 2007

Coronell Vs. Uribe



Simone Bruno

Cuando Daniel Coronell se despertó anteayer por la mañana probablemente se estaba alistando para recibir el premio Simón Bolívar como mejor columnista colombiano del año, de pronto pensaba en lo que se iba a poner para la ceremonia, tal vez se ilusionaba que los días en los que había tenido que irse del país ya estaban lejanos. Por cierto,  no se imaginaba que le esperaba un debate de más de una hora con el presidente de la República,   Álvaro Uribe Vélez.

Daniel es un periodista de la vieja escuela, con el gusto por la investigación, cosa que se vive en sus artículos, el gusto por  desenmascarar la corrupción y los comportamientos inmorales de quien cumple  cargos públicos o de quien actúa en el mundo de las finanzas. Sus investigaciones son el  resultado  de un trabajo de grupo, con el cual mantuvo contacto aun cuando tuvo que dejar el país. Hoy,  Daniel es probablemente el periodista más influyente y leído en el país,  muchas veces el debate político se encuentra en sus columnas.

Fue él quien contó por  primera vez  a los colombianos  y al mundo, sobre  la presencia de algunos ex oficiales del ejército israelita, como Yair Klein, en el cartel de Medellín. Su tarea era entrenar a un grupo de sicarios que después, con el tiempo, se transformaría en el ejército paramilitar más sangriento y violento del continente.

En  2002, fue el primero que habló de un helicóptero del padre del actual presidente encontrado en uno de los laboratorios de coca descubierto más grandes.  

Noticias que dieron la vuelta al mundo y que le costaron muy caro.

La última columna de Daniel se refiere a un texto escrito por Virginia Vallejo: "Amando a Pablo, odiando a Escobar". Virginia fue una famosa  presentadora de televisión en los '80, pero es más conocida por haber sido la amante de Pablo Escobar.

En el libro, la ex presentadora habla de la relación entre el jefe del cartel de Medellín y el actual presidente de la República, en ese tiempo  director de la aeronáutica civil.

El texto desencadenó las iras presidenciales en contra de Gonzalo Guillen, reportero en Colombia del Nuevo Herald. El presidente lo acusó de haber sido el "ghost writer" del libro. Guillen, que ya había recibido amenazas de muerte el mes de mayo pasado y por eso vivía bajo protección, negó las acusaciones sin fundamento del presidente, pero, de todas maneras, decidió dejar el país por su seguridad.  La Fundación por la Libertad de Prensa (FLIP) confirmó que el periodista dejó el país por el empeoramiento de su situación de seguridad a causa de las acusaciones del presidente.

La columna de Daniel retoma el  tema especificando que existen pruebas de la relación entre el actual presidente y el más grande narcotraficante del mundo y que van mas allá de lo que reporta en su libro Virginia Vallejo.

La investigación llevó Daniel a encontrar un artículo de 1983 publicado por el periódico de Medellín "El Mundo"  en lo cual se afirma que: "Desde Medellín había salido a las 6:45 un moderno helicóptero de propiedad de Pablo Escobar, al mando de Jaime Sandoval, con el propósito de traer de urgencia a Santiago (Uribe) a esta ciudad para ser internado en una clínica. El permiso especial fue otorgado por la Aerocivil, a petición del ex director de esa dependencia y ex alcalde de Medellín, Álvaro Uribe Vélez… Sin embargo, el helicóptero no pudo aterrizar en Yolombó por el mal tiempo y debió regresar anoche mismo al aeropuerto Olaya Herrera… Uribe Vélez, de regreso en Medellín, en el propio hangar, conoció la magnitud de los lamentables hechos…".

Estos hechos se desarrollaron el día en que el padre y Santiago, el hermano del presidente Uribe,  habían sufrido  un atentado.

Esta vez la furia del presidente se dirigió en contra de Daniel Coronell.

En medio de una entrevista en  RCN  Radio el primer mandatario colombiano pidió llamar a Daniel a un  debate público. Los periodistas los pusieron en comunicación y el país tuvo que asistir a un degradante espectáculo de 80 minutos en los cuales el presidente de la República insultaba a uno de los mejores periodistas de su país sin responder a sus preguntas. "Un diálogo entre sordos", argumentó Daniel en  medio del debate.

El presidente, en cambio,  fue mucho más allá, llegando a afirmar: "quien como usted es débil, suele confundir el temperamento con la cólera y yo tengo un temperamento muy fuerte". Esta es una de las tantas frases que tuvo que digerir Daniel Coronell. Este comentario fue acompañado por otros insultos como "miserable", repetido bastante frecuentemente o: "la única cosa que hace usted es esconderse atrás de sus privilegios de periodista para herirme a mí con calumnias. Deje este cinismo atrás de su, entre comillas, ética profesional".

Además de los ataques personales a Daniel, que hace poco volvió al país, después de haberlo dejado a toda prisa por una serie de amenazas a su vida y  a la de su familia, tuvo que escuchar al  presidente en directo declarar que: "usted se fue por cobardía, porque acá gozaba de toda la protección posible".

La respuesta de Daniel fue: "después de estos litigios públicos con usted, generalmente llegan las amenazas, como me pasó a mí en el 2002."

O como pasó en 2005, cuando las amenazas llegaron hasta  la familia de Daniel Coronell, amenazas que Daniel y su equipo rastrearon y encontraron que se originaban en la computadora de un personaje bastante cercano al presidente y a su familia, como nos cuenta en una reciente entrevista.

 "… aquella misma mañana recibí la mas aterradora de las llamadas. Un hombre,  al otro lado del teléfono,  me contó que mi hija llegó a su colegio a las 7.30 con mi esposa y dos guardaespaldas: "estos dos son un chiste para nosotros – siguió el tipo – como que no quisiste irte, hijo de puta, te las vamos a devolver en pedazos.

"Me las describieron en los mínimos detalles: cómo estaba vestida mi hija, hasta el gancho en el pelo.

"En aquel tiempo ya había pedido ayuda a las autoridades y en teoría podían rastrear todas las llamadas. Pero no lo lograron.

"Unos días después, llegó una e-mail al abogado  de nuestra empresa,  que también es columnista del  periódico El Espectador. El correo decía: "ya verás lo que le va a pasar a Coronell esta semana o la próxima".

"Gracias a la ayuda de un informático que trabaja con nosotros  empezamos a rastrear el correo. Todo por nuestra cuenta, sin ayuda de las autoridades. La dirección IP del computador originario estaba enmascarada, pero con un programa de e-mail cracker y de network scan, todos muy simples que se bajan de Internet, hemos seguido por 4 días la falsa dirección de IP hasta que el domingo siguiente, a las 4 de la tarde,  hemos recibido el "bip" que anunciaba que la computadora desde donde enviaron las amenazas se había conectado.

"La computadora pertenecía a un ex parlamentario, muy amigo del presidente Uribe y de su familia, el señor Carlos Náder Simmonds, que ya estuvo preso en los EE.UU. con una condena de 3 años por narcotráfico en los '80. Ahora anfitrión de muchos aristócratas colombianos frecuentemente huéspedes de su mansión en España, que se encuentra muy cercana a la del jugador Beckham.

"Yo no entendía que podía querer de mí este señor, porque nunca lo había encontrado en mi vida. Con la ayuda de la redacción hemos empezado a recolectar informaciones sobre  él.

"El jueves siguiente ya tenía un dossier completo sobre Carlos Náder y decidí escribir una columna en Semana denunciándolo. Aquel mismo día me fui a denunciarlo a las autoridades. Existe un pequeño inciso en el código penal colombiano que me permitió pedir el allanamiento inmediato de su casa, porque el domingo la columna ya iba a ser pública y el hubiera podido destruir la pruebas.

"La policía encontró todas los  e-mail en su computador con la cuales me había amenazado. No obstante esto, Caros Náder sigue libre y se defendió afirmando que mucha gente tenia acceso a su computador". Incluidos los hijos del presidente Uribe.

Es extremamente irresponsable de parte del presidente Uribe exponer públicamente a los periodistas que no hacen nada más que su trabajo. Esto, en Colombia,  es equivalente a  poner un blanco en su cabeza y en las de sus familias
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