25 enero, 2007

Los demócratas buscan las fórmulas para limitar los poderes de Bush

El desafío presidencial de mantener su plan para. Irak causa irritación en la mayoría en el Congreso. Destacados republicanos se alejan del dirigente porque carece de "estrategia" para el conflicto.

25/01/2007 MERCEDES HERVÁS

Pocas horas después de que el presidente de Estados Unidos, George Bush, pidiera en su discurso sobre el estado de la Unión el apoyo del Congreso a su impopular decisión de enviar 21.500 soldados más a Irak, los demócratas, con el apoyo de destacados republicanos, le advirtieron ayer de que si no abandona este plan buscarán medios constitucionales para limitar sus poderes presidenciales.

"Yo respaldaré otras formas para limitar de forma efectiva y constitucional al presidente", recalcó el demócrata Joseph Biden, presidente del Comité de Servicios Armados del Senado, que ayer tenía previsto aprobar una resolución no vinculante para oponerse a la escalada militar en Irak. Biden añadió que esta resolución sería solo el primer paso del comité si Bush sigue adelante con el envío de tropas al país árabe, que tardará cinco meses en completarse.

Jugar con vidas

Otras voces republicanas fueron igualmente críticas con el presidente, quien adelantó que ignoraría la resolución, cuyo voto por el pleno del Senado será la semana que viene. "No tenemos estrategia" para Irak, arremetió el senador republicano Chuck Hagel, copatrocinador de la resolución. "Estamos jugando al pimpón con vidas estadounidenses", añadió. Incluso uno de los leales de Bush, el senador Richard Lugar, admitió su "falta de confianza" en el éxito del plan del presidente.

"Nuestro país está llevando a cabo una nueva estrategia en Irak y yo les pido que le den una oportunidad para funcionar", rogó el presidente la noche anterior ante un Congreso rebelde --en el bando demócrata-- y escéptico --en el republicano--, que aplaudió por cortesía el discurso. Con una popularidad por los suelos --en torno al 28%-- por la sangría de Irak, Bush reconoció: "Esta no es la pelea en que nos metimos, pero es la pelea en la que estamos".

Aún así, Bush siguió sin dar su brazo a torcer, y reiteró su intención de enviar más soldados en lugar de planear la repatriación de los 135.000 ya destacados en la nación árabe porque, dijo, es la única baza para controlar la violencia y evitar que se derrumbe el Gobierno iraquí.

Repatriación

Su mensaje no convenció a nadie, empezando por los demócratas, que se han decantado por repatriar a los soldados de forma escalonada, comenzando dentro de cuatro o seis meses. "Desafortunadamente, esta noche el presidente ha demostrado que no ha escuchado cuál es la preocupación mayor de los ciudadanos: la guerra de Irak", afirmó el jefe de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid.

Sin embargo, Bush tendrá que escuchar los gritos de los manifestantes contra este conflicto, que se han dado cita este mismo sábado en Washington para manifestar su inamovible oposición ante la Casa Blanca y pedir la repatriación de los soldados destacados en Irak.

"El presidente es una causa perdida y ahora se trata de que actúe el Congreso y haga aquello para lo que lo hemos elegido", explicó Tom Andrews, de Ganar sin Guerra, una de las organizaciones antiguerra de Irak que acudirán a la capital, procedentes de 30 estados.

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