Funcionarios del Pentágono ignoraron los informes de las agencias de Inteligencia estadounidenses en los meses previos a la invasión a Irak, en marzo de 2003, al persistir en sus propios informes a la Casa Blanca sobre la clara relación entre el ex presidente iraquí Sadam Husein y la red terrorista Al Qaeda, según informó hoy el supervisor del Departamento de Defensa estadounidense.
Por su parte, el inspector general Thomas F. Gimble subrayó ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado el hecho de que la oficina del subsecretario de políticas de Defensa, Douglas J. Feith, impulsó acciones "inapropiadas" al presuponer y adelantar conclusiones sobre las conexiones de Al Qaeda que, incidió, no estaban respaldadas por las agencias de Inteligencia norteamericanas.
No obstante, Gimble aclaró que, a pesar de que las acciones por parte de la oficina de la subsecretaría de Defensa "no eran ilegales ni desautorizadas", éstas "no proporcionaron el mejor análisis de Inteligencia para los altos cargos de los que dependía tomar una decisión (final)" en el momento en el que la Casa Blanca planeaba impulsar una acción militar contra el régimen iraquí de Husein.
Por su parte, el presidente del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, el senador demócrata Carl Levin, citó los hallazgos de Gimble en relación a la conclusión a la que llegó la oficina que dirigía Feith --a pesar de las dudas explícitas expresadas por las agencias de Inteligencia-- de que el secuestrador de uno de los aviones del 11-S Mohammed Atta se había reunido con un agente de la Inteligencia iraquí en Praga cinco meses antes del ataque contra las Torres Gemelas, al tiempo que la oficina recalcó "las múltiples áreas de cooperación" entre Irak y Al Qaeda, incluida la búsqueda compartida para hacerse con armas de destrucción masiva.
"Ese fue el argumento empleado para vender a los americanos la necesidad de ir a la guerra", subrayó Levin ayer en una entrevista, en la que criticó el trabajo del Pentágono "distorsionado, inapropriado".
Gimble aseguró que la información brindada por la oficina de Feith en sesiones con el Consejo de Seguridad Nacional así como con la oficina del vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, fue "proporcionada sin advertencias" sobre la inclusión de opiniones o presentimientos, y no puramente hechos probados. En este sentido, el informe de Gimble pone de relieve que la subsecretaría de Defensa hizo "asertaciones que eran inconsistentes con el consenso de la comunidad de Inteligencia".
Mientras, la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, aseguró que el presiidente estadounidense, George W. Bush, ha tomado las medidas necesarias para impedir que se repitan fallos en las investigaciones que llevan a cabo las agencias de Inteligencia, incluida la Agencia Central de Inteligencia (CIA) o el Oficina Federal de Investigación (FBI), entre ellas, la creación del cargo de Director Nacional de Inteligencia, cargo desempeñado hasta ahora por John Negroponte, llamado a ser el número dos de la Secretaría de Estado norteamericano.
Por su parte, el informe de la Comisión de Investigación del 11-S, de 2004, no encontró ninguna prueba de la cooperación entre Husein y el máximo líder de Al Qaeda, Usama bin Laden, antes de la invasión a Irak, liderada en marzo de 2003 por Estados Unidos.
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