10/02/2007 - 20:39
IBLNEWS, AGENCIAS
Si no fuese por el aroma fresco e intenso, uno fácilmente podría confundir al ajenjo dulce con cualquier otra clase de arbusto.
Pero este arbusto, también llamado artemisia annua, es ampliamente considerado por expertos en medicina como la mejor cura para la malaria, una de las principales enfermedades letales del mundo.
Fue en Luofushan, en la provincia Guangdong del sudeste chino, donde el arbusto con hojas similares a las del helecho se abrió camino por primera vez a los anales de la medicina china hace más de 1600 años.
Nadie sabe cómo descubrieron los chinos las propiedades salvavidas del arbusto, pero fue el doctor Ge Hong (283 a 363 D.C) quien primero escribió acerca de él en su Libro de Medicina de Emergencia, cuando era un cura taoista en la región montañosa.
"Los curas taoistas estaban obsesionados con la idea del elixir. Ge Hong nunca encontró ningún elixir pero descubrió muchas drogas herbales y él fue el primero en registrar las propiedades del artemisinin," dijo Zhang Shaoping de Guangdong New South Group Co. Ltd., que produce terapias a base de artemisinin.
El artemisinin es el compuesto para combatir la malaria extraído del arbusto y es usado para tratar la enfermedad, que causa fiebre, vómitos, dolores corporales, diarrea, anemia, pérdida de concentración, delirios, convulsiones, coma y finalmente la muerte.
Los niños y las mujeres embarazadas se deterioran especialmente rápidamente debido a sus débiles sistemas inmunológicos y los muy jóvenes pueden morir dentro de las 24 horas de la aparición de los síntomas si no son tratados.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el artemisinin sea usado en combinación con otras drogas o terapias combinadas, para aminorar el desarrollo de cualquier resistencia.
DESTACADA SALVACION
No ha habido pausa en la búsqueda de una eficaz droga anti malaria con mínimos efectos colaterales.
La enfermedad mata a más de un millón de personas al año o una persona cada 30 segundos y afecta unos 300 a 500 millones de individuos.
El 90 por ciento de las muertes ocurren en la Africa subsahariana.
La OMS describe a la malaria y al sida como dos de los problemas de salud más devastadores de nuestro tiempo, con unos cuatro millones de muertes al año.
Africa, muchas partes de Asia y Sudamérica han sido durante mucho tiempo semilleros para el parásito de la malaria, pero no es sólo un problema de las naciones más pobres.
Incluso en las naciones más desarrolladas, que despliegan tropas en territorios remotos y con frecuencia infectados de mosquitos, también han estado buscando la mejor cura.
Lo que agrava la urgencia es la falta de una vacuna contra el parásito de la malaria, que ha desarrollado resistencia a los medicamentos más conocidos, como la cloroquina y la pyrimetamina.
La quinina, extraída de la corteza del árbol de la quina y usada durante más de 160 años, estaba considerada como la mejor droga hasta comienzos del año 2000, cuando fue desplazada por el artemisinin en un estudio médico.
En ese ensayo, el más grande jamás realizado para la malaria severa, doctores de India, Bangladesh, Indonesia y Myanmar dividieron a 2.000 pacientes que sufrían ese mal en dos grupos, suministrándoles a la mitad de ellos artemisinin y quinina a la otra parte.
Hablando sobre el ensayo en una conferencia contra la malaria en la ciudad de Guangzhou al sur de China recientemente, Arjen Dondorp, de la universidad Mahidol en Tailandia, dijo: "Tuvimos que detener el ensayo debido a la enorme diferencia en la mortandad de los dos grupos."
Veintidós por ciento de los pacientes del grupo al que se le suministró quinina murieron, mientras que al que se le dio artemisinin tuvo una tasa de fallecimiento del 15 por ciento.
"El artemisinin es mejor que la quinina en todos los subgrupos de pacientes con malaria severa. El artemisinin es el tratamiento por elección para la malaria severa," señaló.
REDESCUBEIRTA
No fue hasta fines de la década de 1960 cuando el ejército chino lanzó una búsqueda masiva de una buena cura de la malaria debido a que los científicos del país lograron identificar el ingrediente enti enfermedad en la planta o el compuesto artemisinin.
China, hogar de la artemisia annua, es ahora un exportador para muchos países afectados por la malaria en el mundo.
Existen planes de exportar su tecnología y conocimientos a naciones africanas, donde la malaria es muy letal y necesitan de la droga para sobrevivir.
En Luofushan, los visitantes pueden ver un pequeño estanque, donde Ge Hong solía lavar hierbas y ponerlas a secar. Junto a él se encuentra un horno, el cual usaba para preparar sus elíxires.
Cerca de allí hay una placa, que detalla lo que Ge Hong escribió sobre el arbusto mágico, el cual los clínicos modernos dicen que es capaz de controlar las enloquecedoras fiebres de la malaria en menos de dos horas en algunos casos.
"Poner en remojo en dos litros de agua un fajo de artemisia annua, retorcer para extraer su jugo, luego tomarlo todo para el tratamiento de la malaria," escribió el cura taoista y doctor.
Cuenta la leyenda que Ge Hong murió, a los 80 años, después de consumir un elíxir que había creado.
Pero una comerciante cerca de un santuario levantado en honor de Ge en 1985 insiste en que eso no es cierto.
"El se fue a una caverna en la montaña y se convirtió en una mariposa," dijo la mujer, observando el monte a la distancia.
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