Seema Chishti Especial para BBC Mundo desde India |
Uno todavía puede ver a la animada ciudad de Calcuta detenerse por completo como lo hizo el año pasado, cuando Brasil fue eliminado del Mundial de fútbol. Quizás se lloraron tantas lágrimas en Calcuta como en Sao Paulo.
Pero ahora es más que un sentimiento emocional de simpatía por otra región en desarrollo, más que una "solidaridad tercermundista".
Es fascinación lo que los países de América Latina generan en India. En 1983, una India conservadora se conmovió cuando el legendario líder cubano Fidel Castro envolvió a la primer ministro india Indira Gandhi en un fuerte abrazo durante una visita a Nueva Delhi.
Los nobles objetivos socialistas de la India de los setenta y ochenta ayudaron a forjar un vínculo político con el desafío que Fidel Castro hacía de su gran vecino.
Interés
Hoy, en este siglo, mientras América Latina se deshace de su deuda externa y sus jóvenes democracias están lideradas por gobiernos pragmáticos de la izquierda, India mira a la región con sus gafas de "superpotencia" económica.
Las palabras clave son comercio y complementariedad.
Para superar su dependencia de los combustibles fósiles, India ha adoptado el uso del etanol -el derivado del azúcar- como combustible de la manera en que lo hace Brasil |
Por ejemplo, para superar su dependencia de los combustibles fósiles, India ha adoptado el uso del etanol -el derivado del azúcar- como combustible de la manera en que lo hace Brasil, el segundo poder agrícola más importante del mundo después de la Unión Europea.
Además, se comparten tecnología informática y "trucos" de mercado, y se venden productos a la creciente clase media brasileña con poder adquisitivo.
Otra colaboración entre india y América Latina tuvo como protagonista a Tata Consultancy Services (TCS), una de las firmas de tecnologías de la información más conocidas de India. TCS instaló un centro de capacitación regional para América Latina -conocido como el Centro de Desarrollo del Conocimiento (CDC)- que es albergado en Montevideo por el Laboratorio Tecnológico de Uruguay (LATU).
El CDC servirá como un lugar de entrenamiento para todo el personal de TCS en los países de la región, como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Uruguay mismo, entre otros.
Palabras
Pero más allá de eso, el presidente venezolano Hugo Chávez es todavía uno de los pocos líderes del tercer mundo cuyas declaraciones alcanzan las primeras páginas de la prensa india. No siempre es venerado, pero nunca es ignorado.
Se habló mucho del momento en el que sostuvo un libro de Noam Chomsky en Nueva York, y sus referencias al diablo durante su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas. Aunque no se conoce mucho sobre las políticas de su gobierno, sus comentarios y palabras dramáticas sobre Estados Unidos siguen fascinando a los indios.
Cuando Chávez estuvo en India hace casi dos años, el centro de estudiantes de una universidad tradicionalmente izquierdista de India lo recibió con una ovación. Y uno no contaba como un verdadero liberal de izquierdas si no había formado parte de esa ovación.
El gobierno de India juega a lo seguro cuando trata de lograr un equilibrio. Por ejemplo, cuando se tuvo que elegir entre Venezuela y Guatemala para alcanzar el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y dada su nueva ecuación de poder con Estados Unidos, el gobierno indio apostó a lo seguro para no quedar mal con nadie.
"Amigo Lula"
El gobierno indio se siente mucho más cómodo con otro importante líder de izquierda de la región: Luiz Inácio Lula da Silva. El presidente brasilero no es un gran tema de conversación como Castro o Chávez, pero sus orígenes como lustrabotas definitivamente generan interés.
Durante la primer reunión del IBSA - el grupo de tres países: India, Brasil, y Sudáfrica- en Brasilia, el primer ministro indio alabó a Lula y a su compromiso con los mercados libres y la empresa con una "cara humana".
En general, mientras que Pelé, Gabriel García Márquez y Fidel Castro siguen siendo los nombres latinoamericanos más conocidos en India, la relación es ahora más profunda.
Todavía toma 20 horas viajar de India a América Latina y viceversa, pero los comentarios sobre "economías emergentes" y el BRIC (Brasil, Rusia, India y China) dan conciencia de que no sólo nos une nuestro pasado anti-colonial, sino también las esperanzas compartidas de un futuro renaciente.
Eso es lo que evoca interés en la maravillosa región latinoamericana y ayuda a superar la distancia continental.
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