Tenemos el compromiso de crear un reservorio genético en los 12 jardines de la Red a fin de preservar el patrimonio biológico de la nación, estimado en siete mil entidades vasculares, afirmó Leiva en declaraciones a Prensa Latina.
Su llamado considera el papel que toca a esas instituciones científicas en la protección ex situ (fuera de su hábitat natural) de determinadas especies, las cuales podrían extinguirse o disminuir sus poblaciones ante determinados eventos externos.
De acuerdo con la también Coordinadora de la Red Nacional de Jardines Botánicos en Cuba, "el asegurar una buena colección en los espacios naturales bajo su control permitirá restituir una población afectada en su sitio de origen".
También contrarrestar el efecto de huracanes, inundaciones y plagas, indicó la funcionaria durante una visita a esta provincia, al oeste de La Habana.
Tenemos un papel que cumplir, aseveró, y éste tiene que ver con la responsabilidad de conservar en los jardines el 50 por ciento (unas 150) de las especies cubanas que hoy se encuentran a punto de desaparecer.
Unas 997 entidades biológicas con categoría de amenaza y 300 de ellas en peligro crítico se reportan en Cuba, la cual posee la flora más rica de todo el Caribe y el mayor número de ecosistemas del área.
Los estudios de la isla en la materia están considerados dentro de la estrategia mundial para la conservación de la flora, derivada del convenio de Diversidad Biológica suscrito en la Convención de Río de Janeiro en 1992.
Cuba es signataria de ese Protocolo, que considera una serie de metas para el 2010, en lo que respecta al desarrollo humano.
La experta consideró una garantía que los ejemplares más propensos a desaparecer puedan ser cultivados en los jardines botánicos del país, pues eso -dijo- garantizará el equilibrio de los ecosistemas y la supervivencia de la especie.
A manera de ejemplo, citó el caso de las palmas, con un registro de 87 especies, 17 de las cuales se reportan fuera del sistema nacional de Areas Protegidas.
Sostuvo que los botánicos no están ajenos a la preservación de las especies biológicas in situ (en su habitat natural) al trabajar de conjunto con el personal que labora en los sistemas protegidos, pero su reto hoy es "cubrir la protección ex situ".
Inmersos en una cruzada nacional para recuperar poblaciones amenazadas de la flora, científicos cubanos trabajan en un proyecto para restituir cinco especies naturales, conocidas como helecho, erizo, anoncillo de costa y palmas Barrigona y Petate.
Según Leiva, se trata, en unos casos, de propagar la especie de una región a otra para restituir el hábitat donde se perdió y en otros, de alcanzar la cantidad de efectivos demográficos necesarios para considerar una población genéticamente viable.
Responsabilizada con el patrimonio genético de poco más de tres mil entidades biológicas endémicas de esta porción geográfica, la isla desarrolla acciones para fortalecer el control de las especies y la conservación de aquellas en peligro de extinción.
La confección de manuales con el propósito de garantizar el manejo de las especies, la elaboración de multimedias para el trabajo en las escuelas y la educación ambiental, son actividades priorizadas junto al monitoreo y la investigación
[Conocí de estos esfuerzos en el área de "turismo de caza", donde las especies autorizadas tenían claras cuotas limitadas de caza y las especies protegidas altísimas multas en caso de trasgresiones]
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