Una conferencia en París trata la tragedia humana de los más de 250.000 menores que participan en conflictos bélicos.
Niños soldados de Uganda en apoyo de los rebeldes congoleses. / karel prinsloo
Agencias.París
Niños soldados de Uganda en apoyo de los rebeldes congoleses. / karel prinsloo
Agencias.París
La conferencia internacional sobre los niños soldados se abrió ayer en París con llamamientos a una resuelta movilización para poner fin a la tragedia humana, que afecta actualmente a entre 250.000 y 300.000 menores, esencialmente en el continente africano, pero también en Asia y América (Colombia y Haití).
Organizada por el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) y Francia, la reunión concluirá hoy con la adopción de los "Compromisos de París", que serán una guía práctica para prevenir el reclutamiento de menores de 18 años y mejorar su reinserción, con especial énfasis en las muchachas y sus hijos (fruto de violaciones), los temas judiciales y los refugiados o desplazados.
Entre los más de 250 participantes, está el ex niño soldado de Sierra Leona Ishmael Beah, cuyo testimonio personal pone un rostro humano al problema de los niños y niñas utilizados por fuerzas o grupos armados en conflictos.
"Quiero saber que cuando hablo de mi experiencia se están poniendo en marcha cosas prácticas", explicó Beah, de 26 años y que a los 13, con sus padres y hermanos recién matados en la guerra, fue reclutado para combatir durante más de dos años, hasta que Unicef lo introdujo en un centro de rehabilitación.
"Ningún niño quiere ser parte de una guerra, pero una vez está metido es la única realidad que conoce. Durante más de dos años no supe que existiera otra cosa. Empuñar un arma era tan fácil como coger un vaso de agua", subrayó el joven ante ministros, viceministros, diplomáticos o expertos de casi 60 países, muchos de ellos europeos, pero también de otra regiones, especialmente África.
Los países con más niños soldados en el mundo son Colombia, Liberia, Siera Leona, Afganistán, Sudán, Congo y Nepal. Casi 95.000 menores abandonaron las armas desde el año 2001.
[Recomiendo ver la película "Diamantes de sangre" que transcurre en Sierra Leona en 1999 y muestra esta cruda realidad]
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