10 septiembre, 2006

China no quiere castigos, pero tampoco un Irán atómico

Pekín pide «precaución» y que se busque una salida pacífica
AGENCIAS/HELSINKI
 
El Gobierno de Pekín se ha convertido en el mayor escudo de Irán contra la presión de la mayoría de la comunidad internacional que pretende sancionar al régimen de los ayatolás por no paralizar su programa nuclear. Ayer, el primer ministro chino, Wen Jiabao, se mostró contrario a castigar al país islámico por sus controvertidos planes atómicos, y en su lugar pidió precaución y continuar la vía diplomática para lograr «una solución pacífica».

«Aumentar la presión o imponer sanciones no traerá necesariamente una solución pacífica», afirmó Wen en la conferencia de prensa final tras la cumbre UE-China que se celebró ayer en Helsinki, en la que también pidió que Irán dé «pasos constructivos» hacia un acuerdo. Por ello, Wen insistió en la importancia de que la comunidad internacional «tenga precaución en este asunto y continúe trabajando a favor de una solución pacífica».

«No nos gustaría tampoco ver que Irán desarrolla armas nucleares, ni que empeore la tensión en la región de Oriente Próximo», recalcó el jefe del Gobierno de Pekín, que elogió los esfuerzos de la Unión, y especialmente del alto representante para la Política Exterior, Javier Solana, para encontrar una solución pacífica a la crisis.

«Trabajar juntos»

Por su parte, el primer ministro finlandés y presidente de turno de los Veinticinco, Matti Vanhanen, señaló que la UE y China habían decidido «trabajar juntos» para resolver la crisis iraní y reiterar el llamamiento al régimen de Teherán para que detenga el enriquecimiento de uranio, tal y como le han exigido las últimas resoluciones de la ONU y de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA).

La conferencia entre Pekín y Bruselas trató, además de los programas nucleares de Irán y Corea del Norte, cuestiones comerciales, derechos humanos o el embargo europeo a la venta de armas a China. Wen insistió en pedir el final de las restricciones, así como que la UE le conceda el estatuto de economía de mercado.

Sobre la venta de armas, la Unión Europea «reconoció la importancia de este asunto», sobre el que estuvo a punto de tomar una decisión en 2005 pero finalmente la frenó en medio de presiones del Gobierno de Estados Unidos, contrario al levantamiento del embargo europeo.

El presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, señaló que para conceder a China el estatuto de economía de mercado deben darse ciertos pasos técnicos en cuanto al nivel de la influencia del Estado, las normas de contabilidad, la ley de bancarrotas o el proceso de reformas.

Europeos y chinos se mostraron a favor de la reanudación «lo antes posible» de las conversaciones a seis sobre el programa nuclear norcoreano, y mostraron su «grave preocupación» por el lanzamiento de misiles por parte de Pyongyang.

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