La Paz, 14 sep (PL) El vicepresidente de Bolivia, Alvaro García, regresó hoy de Estados Unidos sin resultados concretos de sus gestiones, aunque optimista por las perspectivas de las mismas y dispuesto a darles seguimiento.
A su arribo al aeropuerto de La Paz, García dijo haber acrecentado la confianza entre ambos países, en el afán de buscar un mayor acercamiento para afianzar la cooperación económica bilateral.
Refirió que también informó sobre el proceso democrático boliviano y la Asamblea Constituyente, la cual pese a las dificultades que atraviesa constituye un gran espacio de concertación.
García dijo haber hecho planteamientos sobre la lucha común por la democracia, contra el narcotráfico y la corrupción y exhibió logros en esos campos.
En lo tocante a la lucha antidrogas, afirmó que Washington y La Paz son aliados que comparten responsabilidades.
Tras considerar más fructífera su segunda visita a Estados Unidos, admitió que no hubo resultados en uno de los objetivos centrales de su misión, procurar una ampliación de un régimen de preferencias arancelarias norteamericanas para manufacturas bolivianas.
Explicó que el tema deberá esperar a las próximas elecciones norteamericanas, en las que se renovará el poder legislativo, y podrá retomarse en noviembre, cuando se instalen los elegidos.
La cadena radial Erbol, al resumir las declaraciones hechas esta madrugada por García, dijo que este volvió con las manos vacías, mientras el diario La Prensa apunta que el emisario retornó sin resultados de sus gestiones.
El gerente de la Cámara de Exportadores de Santa Cruz, Oswaldo Barriga, comentó que la suerte de las preferencias arancelarias está echada y que el régimen, creado años atrás para compensar el costo económico de la lucha antidrogas en Bolivia, expirará a fin de año.
Previendo esa situación, el gobierno creó esta semana un fondo crediticio de 12 millones de dólares para atenuar las pérdidas de los empresarios afectados, hasta que se restauren las preferencias arancelarias norteamericanas o consigan nuevos mercados.
Mientras, políticos derechistas y medios de prensa afines lanzaron duros ataques contra el gobierno por el supuesto entorpecimiento del presidente Evo Morales a la misión de García, al denunciar el involucramiento de Washington en un complot desestabilizador.
El vocero presidencial Alex Contreras negó ayer cualquier contradicción entre el viaje del vicepresidente y las declaraciones de Morales y dijo que éstas se ajustan a la diplomacia de los pueblos, que parte de la defensa intransigente de la soberanía nacional.
La arremetida conservadora pretende además presentar como incoherente el inicio de un procedimiento para condecorar al embajador norteamericano, David Greenlee, al término de su misión aquí, algo que el vicecanciller Mauricio Dorfler calificó como tradición carente de significación alguna.
Las relaciones entre Washington y La Paz han registrado diversos momentos de confrontación, causados según analistas locales por la hostilidad de funcionarios norteamericanos contra la administración de Morales y por actitudes injerencistas de Estados Unidos.
En febrero pasado, el Presidente rechazó públicamente la pretensión de la Embajada norteamericana de vetar el nombramiento de un oficial como jefe de una unidad militar de élite.
El jefe de Estado ha denunciado además reireradamente que Washington condiciona su cooperación con Bolivia a que el gobierno se sujete a sus criterios en materias como la política económica y la lucha antidrogas.
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