11 septiembre, 2006

QUINTO ANIVERSARIO DEL 11-S ¿Conspiración o paranoia?

Cuando se cumplen hoy cinco años de los trágicos atentados, la teoría de la conspiración sigue dividiendo a la población de EE UU. El 42% duda de la veracidad de la versión oficial

OIER FANO

SAN SEBASTIÁN. DV. ¿Y si el 11-S fue un montaje? ¿Y si las Torres Gemelas se derrumbaron por la explosión de bombas depositadas en su base y fue un misil el que impactó contra el Pentágono, con el beneplácito de George W. Bush?

Cinco años después del ataque contra Estados Unidos, quienes se empeñan en hacer añicos la versión oficial han popularizado la teoría de la conspiración. Las pruebas que aportan han dividido tanto a la población norteamericana como a la mundial. Tanto es así que el 42% de los estadounidenses cree que su Gobierno no dice la verdad sobre el ataque, según una encuesta publicada por Zogby.

Paralelamente, muchas personas tratan de echar por tierra los argumentos de quienes defienden que hubo algún tipo de conspiración detrás de los brutales atentados. ¿Paranoia o cruda realidad?

¿COLAPSO PROVOCADO?

El derrumbe de las torres genera dudas. Los teóricos de la conspiración se plantean la siguiente cuestión: ¿Cómo es posible que se desplomaran a una velocidad próxima a la de edificios que son demolidos voluntariamente? Argumentan que si los pisos cedieron uno a uno hasta crear la presión suficiente como para colapsar todo el edificio, la caída habría sido mucho más lenta. Sostienen que se colocaron bombas en la base del edificio. Para reforzar su teoría, muestran en multitud de páginas de internet vídeos de los bomberos, en medio del caos, explicando haber oído el sonido de explosivos en las torres, momentos antes de su colapso.

Las autoridades aseguran que los incendios debilitaron los edificios. El combustible del avión ardió supuestamente a tan alta temperatura que empezó a fundir las columnas de acero que apoyaban las torres. Pero este material no se funde por debajo de los 1.500 grados. Ningún combustible, ni el de un motor de reacción, arde a más de 900 grados.

Hay otro hecho que crea controversia. El desplome, en similares circunstancias, de la torre 7 del World Trade Center (WTC7), utilizada para operaciones desconocidas por la CIA. El WTC7 sufrió un incendio pocos minutos antes de los ataques, sin queroseno ni colisiones de aviones de por medio, y se derrumbó horas después. Un estudio solicitado por la agencia AFP demostró que segundos antes del desplome de las tres torres, un sismógrafo detectó grandes y masivas explosiones en sus bases. La teoría extraoficial apunta a que los ataques fueron dirigidos por la inteligencia americana desde el WTC7, y que su derrumbamiento fue provocado para borrar pruebas.

Paul Craig Roberts, antiguo subsecretario del Tesoro en la era Reagan, expresó sus dudas sobre la historia oficial del 11-S: «Conozco a muchos ingenieros y prestigiosos científicos que han dicho que el WTC se derrumbó a causa de cargas explosivas. Si se mira la forma en que cayeron las torres, no hay más remedio que creerlo».

En Alemania, Andreas von Bülow -ex secretario de Estado de Defensa en el gabinete de Helmut Schmidt y parlamentario por el SPD durante 25 años-, está convencido de que la inteligencia de EE UU estuvo, apoyada por el Mosad (Inteligencia israelí), detrás de los ataques, y que los aviones fueron guiados por control remoto desde la Torre 7. Esta tesis, la de los aparatos teledirigidos, fue una de las primeras que barajó la CNN.

Por su parte, el ex agente del MI5 (Inteligencia Militar británica) David Shayler, ha expresado públicamente su convicción de que el 11-S fue un trabajo de altas esferas de EE UU con el propósito de crear un estado permanente de emergencia en el país y preparar el camino para las invasiones de Afganistán e Irak en primera instancia, e Irán y Siria en segunda. Shayler aseguró que sus sospechas acerca del 11-S surgieron por primera vez cuando los escombros de las torres fueron enviados a China sin dar tiempo a analizarlos.

Asimismo, Mathias Bröckers, un prestigioso periodista alemán del diario berlinés Die Taz, sostiene que los pilotos suicidas de aquellos aviones no llegaron a subir a los aviones y están vivos.

A todas estas aterradoras teorías se suma una con distintivo español. La Escola Universitària Politècnica de Mataró realizó un análisis de procesado y digitalización de imagen sobre los extraños bultos adosados a la parte baja del vuelo 175 (el del segundo impacto contra las torres). Se llegó a la conclusión de que los aparentes bultos no eran simples sombras, sino cuerpos tridimensionales. Nadie ha conseguido identificar estos apéndices.

PENTÁGONO

Otra tesis de la teoría conspirativa descarta que un avión comercial impactara contra el Pentágono. Varios sitios web muestran fotografías del edificio, tras el atentado, en las que se aprecian libros y mesas en perfecto estado, sin que los miles de litros de queroseno del supuesto avión los volatilizaran.

La teoría se plantea cómo el edificio más seguro del planeta no pudo detectar en sus radares un avión dirigiéndose hacia él, minutos después del impacto de las torres, y ya en estado de alerta.

Los propietarios de la web de la organización Asile aportan más instantáneas para mostrar que no es posible que el Boeing, teniendo en cuenta su velocidad y altura -840 kilómetros por hora a sesenta centímetros del suelo según la versión oficial-, sólo causara daños graves en el primer anillo del complejo, cuando las alas deberían haber provocado, según esta fuente, más destrozos. Apuntan al principio físico que dice que un objeto sólido no puede atravesar otro objeto sólido sin dejar un agujero por lo menos tan grande como él.

Las diversas webs se hacen eco de las declaraciones del jefe de Bomberos que acudió con su equipo a sofocar las llamas del Pentágono en rueda de prensa. El apagafuegos no fue capaz de aclarar si se encontraron restos del aparato entre las ruinas. La ausencia de daños sobre el césped del edificio americano alimenta las dudas, pues los aviones siniestrados dejan un gran un rastro negruzco al estrellarse contra la hierba.

Las imágenes oficiales no muestran claramente ninguna imagen del objeto que golpeó al Pentágono. Pero los más escépticos no dan crédito a que el Pentágono sólo tenga una cámara de seguridad grabando en uno de sus cinco lados, y añaden un dato. Una gasolinera cercana al edificio recibió la visita del FBI instantes después del atentado. Los federales se llevaron las imágenes de la cámara de seguridad de la estación de servicio. También requisaron las imágenes captadas por el cercano Hotel Sheraton. ¿Qué chocó entonces contra el Pentágono? ¿Y qué fue de los pasajeros del vuelo 77? La teoría baraja una hipótesis; el vuelo, por alguna razón, explotó o fue abatido por un caza. Recuerdan que sólo unos pocos estaban al corriente del supuesto plan y que por eso el vuelo 77 pudo ser alcanzado por miembros del Ejército para evitar males mayores. Creen que fue un misil el causante del caos. O impactó por error contra el Pentágono, o lo hizo para evitar suspicacias sobre el abatimiento, afirma la teoría.

CHINA Y EL MIEDO COMO ARMA

A estas alturas, se plantearán la explicación que da la teoría extraoficial a la supuesta implicación de un sector del poder político de EE UU. La tesis que cuenta con más adeptos asegura que el 11-S fue un siniestro plan para hacer cundir el pánico entre la población.

Varios de los escritores que han cuestionado la versión oficial afirman que Bush necesitaba emprender acciones militares contra Afganistán e Irak sin la oposición de la opinión pública. Recuerdan que se señaló a Al-Qaida y a Osama bin Laden como culpables, pese a que el millonario saudí negó su implicación en su primera aparición en Al Jazeera tras los atentados. La teoría expone que a Bush nunca le interesó encontrar a Bin Laden, porque éste personifica el terror, y es una vía para justificar sus acciones militares sin dar explicaciones. Además, recuerdan una información del New York Times en la que se aseguraba que la primera empresa petrolera de los Bush, Arbusto, fue parcialmente financiada por los Bin Laden.

El oscarizado director de cine Michael Moore insinúa en Farenheit 911 que la guerra con Afganistán no tenía como principal objetivo capturar a los líderes de Al-Qaida sino hacerse con el país y favorecer la construcción de un gaseoducto. Además, sostiene que Irak no suponía, en el momento de la invasión, una amenaza real para EE UU sino una fuente potencial de beneficios para varias empresas norteamericanas, con las que en algunos casos la familia Bush tenía estrechos lazos. Moore añade que un avión desplazó a familiares de Bin Laden horas después de los atentados, pese a que el tráfico aéreo estaba cerrado. El director de Bowling for Columbine recalca la importancia de Arabia Saudí para la economía de EE UU y se pregunta, irónicamente, por qué se bombardeó Afganistán si 15 de los 19 terroristas eran saudíes.

El ántrax también ocupa líneas en la versión extraoficial. Poco después de los atentados, aparecieron misivas con esta bacteria. Se vinculó a Al-Qaida con estos sucesos. El pánico cundió de tal forma que se agotaron las vacunas en EE UU. Poco después los casos desaparecieron y las investigaciones negaron la implicación deAl-Qaida.

El afán de crear pánico iría ligado a la tesis que apunta al temor que tuvo la Administración Bush por el incipiente crecimiento económico de China. Por ello, se habría apresurado a hacerse con Oriente Medio para hacer acopio de recursos energéticos. El miedo, según la teoría conspiratoria, se utilizó como arma.

Es difícil distinguir entre quienes investigan por su afán de buscar la verdad o quienes ven en los salvajes atentados un modo de dar rienda suelta a su imaginación, pero son muchas las voces que consideran que algunas de las hipótesis extraoficiales tienen visos de ser ciertas. ¿Y usted qué opina?

2 comentarios:

HugoRueda dijo...

Me parece interesante que visiten el blog "sin claudicar" que se ha especializado en el tema, que tengo destacado en "Enlace a otros blogs". Vean el último artículo: http://sinclaudicar.blogspot.com/2006/09/iii-el-da-de-la-gran-farsa-hechos.html

Angel dijo...

Gracias Hugo.

El post que presentas está muy bueno, que estés bien.