12 septiembre, 2006

Los paisajes glaciares, más amenazados que nunca

El glaciar de Grindelwald en 1910 y en 2000. (Gesellschaft für ökolische Forschung)

 

El glaciar de Grindelwald en 1910 y en 2000. (Gesellschaft für ökolische Forschung)  

 

A finales de este siglo, los glaciares habrán prácticamente desaparecido del paisaje alpino. Una evolución dramática que tendrá consecuencias.

Con la exposición «Glaciar bajo invernadero», la Sociedad Alpina Suiza testimonia este fenómeno y propone un balance global de la situación.

En el curso de estos últimos años, los glaciares retrocedieron de modo dramático en Suiza. De 1850 a 1975, los hielos eternos de los Alpes perdieron cerca de la mitad de su volumen y la tercera parte de su superficie.

Desde 1975, 20 a 30% del volumen de los glaciares se derritió. El tórrido verano de 2003 causó la desaparición de entre el 5 y el 10% de las reservas de hielo en el arco alpino.

«El fenómeno no es nuevo, en todos los tiempos los glaciares se derritieron y distanciaron. Pero, en lo sucesivo, la amenaza es su desaparición total». Estas declaraciones alarmantes de Sylvia Hamberger, coautora de la obra 'Gletscher als Treibhaus' (Glaciares bajo invernadero) destacan la urgencia del problema.

El coautor de la investigación, Wolfgang Zängl añade: «hace cerca de 20.000 años, Lucerna se encontraba a 1.000 metros por debajo del hielo y, Viège, en el cantón del Valais, estaba incluso recubierto por una capa de 1.400 metros».

Comparaciones alarmantes

La exposición propuesta por el Museo Alpino Suizo atestigua la evolución del paisaje glaciar en el curso de estos 100 últimos años. Imágenes de hace cerca de un siglo son yuxtapuestas a fotografías recientes y se comprueba que el contraste es sorprendente.

La comparación entre el pasado y el presente para el glaciar del cuello de la Furka, por ejemplo, muestra de modo elocuente esta evolución dramática. En una foto que data de 1906 podemos ver el hotel Belvedere que linda con un verdadero río de hielo, mientras que en otra imagen, tomada en 2003, el mismo establecimiento está rodeado por una suerte de estepa árida y rocosa. Más abajo del hotel, el río helado que había sido inmortalizado 100 años atrás, desapareció totalmente.

Otras imágenes ilustran la complejidad de los lazos que existe entre los fenómenos de cambios climáticos, la fundición de los glaciares, los derrumbes rocosos, las inundaciones y hasta las sequías.

Cambio climático

Numerosos son aquellos que rechazan la responsabilidad del cambio climático y del calentamiento del planeta por el aumento de CO2 en la atmósfera, consecuencia de la combustión de energías fósiles tales como el carbón, el petróleo y el gas natural.

En cien años la temperatura media global aumentó 0,6 grados centígrados. Y en el curso del siglo venidero el barómetro todavía podría subir de 1,4 a 5,8 grados.

«Hay que saber que las emisiones de CO2 que se difunden en la atmósfera hoy, producirán un impacto sobre el clima en unos treinta años solamente. En otros términos, todavía ignoramos las consecuencias que el CO2 emitido hoy tendrá para el medio ambiente dentro de 30 años. Y es precisamente el factor que queremos poner en evidencia aquí», explica Sylvia Hamberger.

Sin embargo los glaciares no funden únicamente en los Alpes, aunque el calentamiento del clima sea en ellos dos veces más elevado que a escala global, en promedio. Ambos Polos, el Himalaya y los Andes representan regiones del mundo que están también amenazadas por esta fundición ineluctable.

Graves consecuencias

Los glaciares cubren hasta el 3% del suelo helvético. Y, cerca del 6% del territorio es sumergido de manera permanente bajo una capa de pergélisol, suelo - o roca - que se mantiene a una temperatura igual o inferior a 0°C (permafrost en inglés).

En este contexto de cambio climático no hay duda que se presentarán problemas geológicos de ahora en adelante.

Wolfgang Zängl subraya particularmente que podrían aparecer nuevo estanques, como es el caso de Saas Balen, cerca del glaciar del Gruben, o bajo el glaciar de Grindelwald, cerca de Bäregg. Su desbordamiento podría poner en peligro las zonas adyacentes o situadas bajo estos nuevos lagos.

Las medidas para prevenir tales peligros son extremadamente costosas. Además se plantea también el problema de las reservas y del abastecimiento de agua potable.

«Y cuando se trata de representar este problema a escala planetaria, con la fundición del Himalaya como de las superficies heladas de Groenlandia o de los fiords noruegos, comprendemos que hasta el nivel de los mares va a aumentar dentro de algún tiempo», previene el especialista.

El aumento también constante del agua dulce en los mares podría tener consecuencias; por ejemplo, una modificación de las corrientes acuáticas. Wolfgang Zängl no se atreve a imaginar los efectos sobre el medio ambiente que podría tener un trastorno semejante.

Petición fotográfica

Los visitantes de la exposición son invitados a transmitir sus fotos de recuerdo de los glaciares, con el fin de que estas imágenes sean integradas a la muestra. Estas mismas ilustraciones serán entregadas luego a las autoridades políticas por los promotores de esta iniciativa, a título de petición fotográfica, para subrayar la importancia de las medidas tendientes a reducir las emisiones de CO2.

La organización para la defensa del medio ambiente Greenpeace y el Club Alpino Suizo (CAS), que contribuyó por otro lado a la exposición bernesa, quieren sensibilizar a los responsables y recordarles el afecto del hombre en estos «mares de hielo».

Esta acción tiene también por objeto pedir al parlamento y al gobierno tomar medidas con el fin de proteger a los glaciares, particularmente por la reducción de emisiones de gas a efecto invernadero.

swissinfo, Etienne Strebel
(Traducción, Marcela Águila Rubín)

EL CALOR TORRIDO DEL VERANO DE 2003

Junio del año 2003 fue el más caliente desde las primeras relaciones meteorológicas que datan de 1876.

Millares de metros cúbicos de roca se desprendieron de acantilados del Cervino tras la fundición del pergélisol. Unos 90 alpinistas debieron ser evacuados de la montaña por helicóptero.

En el cantón del Valais, el glaciar del Gruben perdió cerca de 60.000 metros cúbicos, mientras que normalmente son 20.000 metros cúbicos los que funden en promedio cada año.

El nivel de agua del Rin descendió a su nivel más bajo, para alcanzar 72 cm de profundidad.

Algunos meses más tarde registrábamos un nuevo récord: septiembre de 2003 fue el más caliente del que se tenga registro.

El límite del cero grados se situaba el 17.9.03 todavía por encima de los 4.562 metros de altitud.

Otro récord, el de la fundición de los glaciares que no habían perdido tanto volumen como entre 2002 y 2003.

Así, el glaciar del Brunegg perdió 156,9 metros, el de Trift 152,1 metros, el de Turtmann, 126,9 metros.

Según los meteorólogos de la Escuela Politécnica Federal de Zurich (EPFZ), el tórrido verano de 2003 es el precursor de futuros cambios climáticos extremos que van a perturbar sin duda los datos climáticos.

 

 


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