- Reflexivo Zorrilla, en la Casa Àsia, el martes. Foto: PERE BATLLE
JORDI CORACHÁN
BARCELONA
EDAD 60 AÑOS
LUGAR DE NACIMIENTO BILBAO
PROFESIÓN DIPLOMÁTICO
CARGOS EXCÓNSUL EN SHANGHÁI
Diplomático, licenciado en Derecho, director de cine y novelista. Todas estas cosas es Juan Antonio Zorrilla, que acaba de publicar China, la primavera que llega (Gestión 2000), que es una fotografía bien enfocada de la potencia asiática.
--El avance económico de China es descomunal, pero la política parece fosilizada.
--Así es, pero los chinos son gente muy inteligente y son conscientes de que el sistema político se agota. Saben que sin reformas políticas la economía no será productiva.
--¿Y cuándo cree usted que se producirán avances en los derechos sociales y políticos?
--En mi libro he entrevistado a 16 personalidades relevantes y muchos piensan que la estrategia del presidente Hu Jintao es diseñar su propia sucesión en el 2012.
--¿Apertura democrática?
--No vaya tan deprisa. Hay 1.500 millones de chinos y solo la reclaman 100 millones.
--¿Los que viven en Shanghái y otros polos de desarrollo?
--Sí, pero cada vez son más, porque hay una migración interna que no se va a frenar. Pero, hoy, para la gente lo primordial es llenar el plato. La política va al ralentí.
--Y la falta de libertades.
--Sí, pero no se equivoquen. China es un país totalitario, pero no una tiranía como Corea del Norte. No sé por qué los españoles nos asombramos de la situación. China es como la España del 58 al 75, cuando se aprobó el plan de estabilización. Franco dirigía el país con mano dura, pero en lo económico mucho menos. Sin embargo, hay una diferencia abismal entre los dos países. Los españoles venimos de una tradición liberal y China viene del imperio. No sabe nada de Estado de derecho, ni de cristianismo, ni de Roma ni del Cristo que la fundó. Va a su aire y hará los cambios poco a poco y cuando le convenga.
--Un sistema comunista, que comparte con otros tres países en el mundo.
--Y lo saben, desde la caída de la URSS. El profesor Ge Jianxiong, especialista en Geografía histórica de la Universidad de Fudan, en Shanghái, me dijo: "El problema es la parte política de la reforma. De todas formas algunos líderes lo tienen muy claro. El primer ministro,Wen Jiabao, acaba de decir que sin reformas políticas la economía terminará por estancarse". Los chinos no son como los soviéticos, que trataban de convencerse de que su sistema era el mejor y trataban de imponerlo. Los personajes a los que entrevisto reclaman sin ambages reformas políticas. Lo hacen dentro del Partido Comunista, porque no hay otra alternativa.
--¿Habrá que esperar al 2012?
--Celebrarán un congreso. Ellos son conscientes de que las clases medias pedirán un cambio o provocarán un conflicto.
--¿El caso es que el sistema se agota?
--Efectivamente, y ya le he dicho que los chinos no son tontos. Quieren ser tan productivos como EEUU y saben que para conseguirlo les hace falta acometer el cambio democrático.
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